Escriben Analía Pascual y Laura Kaplan
Iniciativa de la Multicolor.
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En la reunión de delegados del pasado viernes 27 que la directiva Celeste organizó para hacer pasar el irresponsable plan de gobierno de “retorno a la presencialidad” en plena pandemia, las compañeras de la oposición Multicolor logramos introducir en el temario la lucha por el aborto legal.
Explicamos las diferencias entre el proyecto oficial y el de la Campaña Nacional por el Aborto Legal, síntesis de décadas de lucha del movimiento de mujeres para lograr una ley efectiva. El mismo que miles de mujeres levantamos en las calles en 2018.
Denunciamos que el proyecto presentado por el gobierno de Alberto Fernández incorpora la objeción de conciencia, una enorme concesión a los sectores clericales para bloquear en los hechos el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo.
Mariela Preuss, Secretaria de Salud de Hurlingham, que participó de la reunión, realizó una lamentable defensa de la objeción de conciencia como un derecho individual de los médicos en función de sus creencias y convicciones. Replicamos que la objeción de conciencia es aceptable si no vulnera el derecho de otrxs, pero en el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo, la objeción atenta contra el derecho que se supone que la ley viene a garantizar. Si acordamos que la Interrupción Legal del Embarazo es un tema de salud pública que va a evitar la principal causa de muerte de mujeres gestantes, no puede estar sujeta al criterio individual de cada médico.
Explicamos, además, que la objeción de conciencia tampoco es el ejercicio de un criterio individual. Los servicios de salud alineados clericalmente pueden forzar a los médicos a rechazar el tratamiento del aborto bajo amenaza de despido o la no renovación de contrato en un sistema de salud altamente precarizado. El proyecto, además, responsabiliza al médico objetor de la derivación de la paciente para que sea atendida por otro profesional ¿La garantía de un derecho puede ser responsabilidad de un solo médico? ¿No debería garantizar el Estado el pleno acceso a este derecho?.
La violenta reacción contra las compañeras de la oposición que colocamos el tema puso en evidencia que la “sororidad” de la Celeste es con el gobierno y refuerza nuestra convicción de que la defensa incondicional del aborto legal es en las calles, con la movilización independendiente del Estado, de la iglesia, de las patronales y sus partidos, para lograr su aprobación y continuar la lucha contra todas las limitaciones que se le pretenden introducir.
Defendamos el derecho incondicional al aborto. No a la objeción de conciencia.