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Cuando se cumplía un mes del femicidio de Paola Tacacho, el lunes 30 de noviembre encontraron el cuerpo de Liz Flores con un tiro en la cabeza. La joven de 15 años fue hallada boca abajo en el canal situado frente a las vías del ferrocarril y a unos cien metros de la ruta nacional 34, entre los barrios Justo Juez y Belgrano, de esa localidad situada a 416 kilómetros al norte de la ciudad de Salta y en la frontera con Bolivia. Liz trabajaba en el bagayeo, había salido el domingo de su domicilio ubicado en el barrio La Pista y desde entonces su familia la buscaba.
En lo que va del año ya son 11 femicidios en Salta. Cada mes tenemos una mujer asesinada. Al parecer, Liz fue asesinada por su exnovio. La investigación esta a cargo del fiscal Pablo Cabot de la sede Judicial en la ciudad de Tartagal. En todos los femicidios de este año no ha habido avances, y los que avanzan es resultado de la movilización de las familias de las víctimas. En Salvador Mazza aun siguen impunes los crímenes de Abigail Antelo, en el 2014, y Liliana Ledesma en el 2006. Las oficinas y toda ley de género es papel pintado. En Salta hay un Polo de la Mujer que no tiene otra función que la cooptación de activistas. Los jueces y fiscales cajonean causas como el de Agustina Nieto o Paola Avila.
Las movilizaciones contra los femicidios crecen con la organización de las familias de las víctimas. Ya han realizado el primer debate y reuniones para coordinar las luchas por justicia. Esta planteado la pelea por acabar con el aparato judicial garante de los femicidios y toda forma de violencia hacia la mujer. Los diferentes casos dan luz de la responsabilidad estatal como Liliana Flores o Paola Tacacho. Para continuar el camino por justicia es preciso un encuentro provincial de familiares que luchan contra la impunidad. Organicemos comisiones de mujeres en los barrios contra la violencia. Justicia por Liz Flores.
