Gri Calviño: los trabajadores en una pulseada decisiva contra los despidos y la flexibilización laboral

Escriben Rocío Ruiz y Eugenia Arribalzaga

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El conflicto que libran los trabajadores de la metalúrgica Gri Calviño, con sede en Florencio Varela, ha entrado a una etapa decisiva. Luego de casi tres meses de lock-out patronal y con la totalidad del personal suspendido desde fines de agosto, los trabajadores no le dan el brazo a torcer a la patronal.

En la mañana del 9 de diciembre, los obreros reingresaron a la planta, como exigió la patronal, y desarrollaron una acción de paro de tareas en reclamo de la reincorporación de los 66 compañeros con telegrama de despido y la defensa de la comisión interna de manera íntegra.

Este conflicto comenzó cuando la empresa quiso imponer medidas de polifuncionalidad laboral, que significarían una recarga de tareas a los 200 trabajadores de la planta sin otorgar ninguna compensación en los salarios a cambio. Pero los trabajadores la rechazan y reclaman un “plus por movilidad”. Luego, en el marco del conflicto, en medio de la conciliación obligatoria, deben dar batalla por la reincorporación de los 66 trabajadores despedidos y la libertad de organización gremial. Es decir que la patronal fue desarrollando maniobras para desactivar el conflicto en función de imponer medidas cada vez más flexibilizadoras, pero se enfrentó a la firmeza de trabajadores que, a cada paso, supieron responder con medidas de lucha, debatidas y votadas en asamblea.

Esta lucha ha dejado en claro que los trabajadores tienen una enorme reserva de lucha apoyándose en los métodos históricos de la clase obrera de la asamblea y la acción directa para defender sus intereses.

Pero la patronal no actúa sola. Cuenta con el apoyo de del gobierno nacional, a través del Ministerio de Trabajo. El propio gobernador Kicillof ha enviado a la policía bonaerense a cargo de Berni a custodiar la planta. El intendente Watson, por su parte, trató de impedir un festival el 5 de diciembre pasado en puertas de la planta, en lo que fracasó. La multinacional Gri Calviño no ha podido frenar la tenacidad de los trabajadores.

En la última movilización dirigida al Ministerio de Trabajo de Nación y a CAMIMA -la cámara empresarial- del último viernes, la UOM estuvo ausente. El mencionado festival del sábado 5 se realizó sorteando el apriete policial y del gobierno municipal: fue una nueva jornada de resistencia que contó con el apoyo de organizaciones, partidos de izquierda, y la familia de “Mechi” Cantero, obrero papelero muerto en un "accidente laboral".

Es urgente y decisivo que la UOM convoque a un paro de la seccional Quilmes, que sirva de apoyo para torcer por completo esta ofensiva patronal. Será necesario superar a la burocracia y su política de aislar las luchas del movimiento obrero, negándose a ir a fondo por sus reivindicaciones o en defensa de sus condiciones de trabajo, como lo hace con los metalúrgicos de Gri Calviño.

Los trabajadores se están abriendo paso para desenvolver todas las acciones necesarias para lograr la reincorporación de los despedidos, el rechazo a la flexibilización laboral y la defensa de la interna.

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