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Los trabajadores de Página/12 declararon un paro desde el 18 de diciembre hasta la Navidad por el pago de la paritaria de prensa. Es un conflicto que se desarrolla desde hace meses. Los trabajadores también reclaman la regularización de medio centenar de trabajadores precarizados y denuncian que la mitad de quienes trabajan en últimas noticias y redes están contratados por fuera del diario. Los pasantes, que cada vez son más, cobran menos de $14.000.
Pero la huelga de una semana de Página no es un hecho aislado. El gremio viene de semanas y semanas de asambleas, quites de firmas y de colaboración, y paros. El 3 de diciembre hubo un paro nacional de 24 horas convocado por Sipreba y la Fatpren, para rechazar la paritaria firmada a espaldas de los trabajadores. El acatamiento fue alto, la mayoría de los trabajadores se sumó a la lucha y en muchas redacciones los diarios fueron escritos por jefes y alcahuetes. También la redacción de El Cronista Comercial viene atravesando un proceso particular de lucha, con paros de 24 horas.
Las patronales no quieren negociar con el Sipreba, el sindicato que agrupa a la inmensa mayoría de las y los trabajadores del gremio. La Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA) es un cascara vacía y burocrática sin ninguna representación ni afiliados en las redacciones.
El acuerdo entre las patronales y la UTPBA deja caer todo 2020 -no hay ninguna suma retroactiva-, pacta un aumento que redondea el 10% y estipula una suma fija no remunerativa de $20.000 a cobrar en cinco cuotas de $4.000 hasta agosto de 2021. La categoría más baja del gremio cobra un salario que no llega a la mitad de la canasta familiar informada por el INDEC.
Según el Sindicato de Prensa de Buenos Aires la pérdida del poder adquisitivo de los salarios llega al 40%. Para quedar empatados con 2016, la categoría más baja de la prensa escrita debería estar percibiendo un salario de 85 mil pesos.
El gremio de prensa, además, se vio afectado por la pérdida de numerosas fuentes de trabajo. Al cierre de algunos medios se sumaron los despidos de 2019 en Clarín y, en menor escala, en otros diarios del interior. Según el Sipreba, ascienden a los 4.500 los trabajadores que quedaron sin trabajo.
A los despidos directos se agregan los causado por los “retiros voluntarios” que les permiten a las empresas contratar en condiciones precarias y con salarios miserables a nuevas camadas de periodistas.
En el gremio de prensa está planteada una lucha unificada que coloque en agenda la huelga general.