Créditos UVA: la hipoteca eterna

Escribe Emiliano Monge

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Si antes del 31 de enero el Gobierno no prorroga nuevamente el congelamiento de las cuotas de los deudores de créditos UVA, los valores sufrirán un aumento inmediato del 51% (infobae, 15/1), algo imposible de afrontar con los salarios “desindexados” ya que se trata de préstamos ajustados por inflación, una variable que se ha “descalzado” de la evolución de los salarios. Hay un millón de créditos otorgados, de los cuales, según el gobierno, 90 mil se encontrarían en una situación crítica.

Autoconvocados de diferentes organizaciones de deudores de créditos UVA convocaron una caravana para el próximo martes a la Casa Rosada exigiendo soluciones o la cabeza del Ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, el ex intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi.

Tuvieron una reunión con el funcionario apenas asumió, en noviembre pasado, en la que se comprometió a encontrar una solución, pero “un mes después nos dijo, a través de un funcionario, Luciano Scatolini (escribano platense y Secretario de Desarrollo Territorial) que no puede hacer nada, que vayamos a los bancos” (El Día, 17/1). De la caravana participarán también los autoconvocados UVA automotor. Según anunciaron, un grupo que se encadenará a las rejas de la Casa de Gobierno hasta conseguir una solución.

Los UVA, una bomba de tiempo

Los UVA fueron lanzados en 2016, durante la gestión de Federico Sturzenegger al frente del Banco Central. “La línea tuvo un boom durante 2017 pero los deudores empezaron a tener problemas tras los episodios de devaluación y salto de inflación que se sucedieron a partir de abril de 2018. Si bien el bien adquirido también aumentaba de valor, el brusco aumento de la cuota empezó a chocar con la evolución de sus ingresos” (mdz, 15/1).

Según el Índice de Accesibilidad al Crédito Hipotecario (IACH) porteño, actualmente, para adquirir un departamento de 2 ambientes mediante un crédito UVA es necesario pagar más de tres veces un alquiler promedio por el mismo inmueble (infobae, 10/12), aun con tasa congelada durante la pandemia.

Los créditos UVA tuvieron dos congelamientos desde 2018. El primero, otorgado por Macri, entre agosto de 2019 y enero de 2020; el segundo ocurrió a fines de marzo del año pasado, cuando Fernández suspendió el ajuste mensual y dejó sin efecto nuevos aumentos.

Los Decretos de Necesidad y Urgencia 319/2020 y 767/2020 establecieron que se mantendrán sin variación hasta febrero de 2021 respecto de la vigente al mes de marzo del corriente año, recordó el Banco Central (BCRA). El decreto dice que “las cuotas pagas por los deudores hasta el 1° de febrero de 2021 no podrán superar el importe de la cuota correspondiente al mes de marzo de 2020”. Las deudas acumuladas “deberán también ser refinanciadas para su pago a la finalización de la vida del crédito”. En este caso podrán aplicarse intereses compensatorios, sin exceder la tasa de interés del préstamo original. Incluso si se aplicara una nueva prórroga, el monto a pagar extendería los plazos en el tiempo, con infinitas refinanciaciones o, eventualmente, miles de desalojos.

Los deudores sostienen que el Gobierno habló de aplicar una fórmula distinta, atada a la suba de los salarios y no a la inflación, aunque los perjudicados no veían esto con buenos ojos porque no solucionaba la indexación de cuotas y capital (ídem). Hoy deben mucho más de lo que pidieron y tiene una cuota que es cuatro o cinco veces superior a la que pagaban al inicio.

El país atraviesa una crisis habitacional que quedó en evidencia con la ocupación de tierras en Guernica. La situación se agrava por la combinación de una burbuja inmobiliaria con los 4 millones de despidos que se produjeron durante la pandemia. Más de 9 millones de personas alquilan y la mitad no puede pagar los alquileres – entre el 60 y el 80% se endeudó para llegar a fin de mes. A esto hay que sumar la crisis habitacional en las villas, donde se registra una suba de casos de covid-19 en medio de un enorme hacinamiento y de desalojos. También afecta al millón que tomó créditos UVA, prendarios y personales. El 80% de la ayuda durante la pandemia fue a parar a manos de los capitalistas.

Estamos parados sobre una bomba de tiempo.

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