Al maestro, camarada y amigo, con cariño

Escribe Cristina Occhipinti (Círculo Senior Paternal Villa Crespo)

Despedida a Leo Izraelson.

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Hace cinco años, el querido Colo Rath me comentó que estaba formándose un grupo de Jubilados en el Partido. Tenía ganas de volver a militar, ya estaba jubilada y el Colo le pasó mi teléfono a Leo. Fue Edu el que me llamó y me invitó a una reunión con ellos dos. A Leo no lo conocía ni de nombre, hacía muchos años que estaba alejada de la militancia y no era del grupo de compañeros que frecuentaba. Nos vimos en el local de Paternal, el que estaba en ese momento en la calle Trelles. Y al rato ya estaba militando en Jubilados Clasistas. Fue mi primer responsable político en esta vuelta al Partido. Nuestra amistad y cariño fue naciendo de las peleas, muchas en joda, que teníamos continuamente. A veces me molestaba su crudeza para explicar algo, pero me volvió a ubicar en una realidad política de la que estaba un poco alejada, me hizo releer libros olvidados y me dio todo el empuje que necesitaba para seguir en la lucha. Otras veces, me enojaba porque corregía a los compañeros o porque me discutía hechos de manera muy dura, hechos que yo creía no haber mencionado. Pero después me daba cuenta que su lucidez iba más allá de lo que yo planteaba, veía el problema político, lo desmenuzaba y lo explicaba las veces que fuera necesario, a mí y a todos los compañeros. Un gran docente, un revolucionario. Un luchador que después de arduos debates en las actividades en la calle, proponía el balance en algún bar con cafecito de por medio. Siempre tenía un chiste para contar, una historia. Nos reíamos mucho, hasta de las peleas nos reíamos. Cuando el oficialismo nos expulsó y nos robó el local de Paternal en N. Oroño, hacíamos las reuniones de círculo en casa. Paternal al principio y luego se unieron los compañeros de Villa Crespo, este grupo de camaradas que nos permite hoy seguir adelante con el desgarro de la muerte de un amigo y luchador como Leo. En las reuniones, como siempre, se cumplía con el informe político y con todo el temario propuesto. Se armaban las actividades y se debatía muchísimo pero también se tomaba café y se comía entre chistes, carcajadas y el vozarrón inconfundible de Leo al que cargábamos porque comía mucho, todo le parecía rico.

Hace un año festejó su cumpleaños, una fiesta hermosa con temática sobre los Beatles que lo apasionaban. Estaba tan feliz, como un chico con juguete nuevo. Se debía una fiesta de cumpleaños con sus amigos y compañeros después de su enfermedad y años de lucha. Todos estábamos felices. Al final como souvenir nos llevamos un vaso de Los Beatles. Por error me traje dos. Cuando se lo comenté me dijo: Te traigo más. Hace nada más que un año.

Antes de ayer, pensaba mientras cocinaba, para darme ánimo por el panorama que cuando Leo saliera y estuviera mejor le iba a preparar una comida especial, la que más le gustara y se la iba a mandar con algún compañero que pudiera salir a la calle.

Ayer, Leo se nos murió. Cuando Charly avisó al grupo solo pude articular tres palabras, no podía creerlo, venía resistiendo desde varios días y nosotros acompañándolo en forma virtual como solo se puede acompañar ahora, con el pensamiento, con los recuerdos, escribiéndole como si nos pudiera leer. Como diría Oliverio lloramos a chorro, todos juntos, por WhatsApp. Todos los mediodías esperábamos que el informe de Charly en lugar de decir: Todo sigue igual, la sigue peleando, dijera Leo está mejor, está venciendo al virus. Pero ayer llegó la peor noticia. Y a todos los que hemos estado estos años junto a él nos pasó un tornado que intentó derrumbarnos. Y llegó el dolor esperado que con una tristeza minuciosa nos comió el alma.

Algunos dicen que el virus nos está matando. El virus del capitalismo es el que nos está matando. Y los gobiernos que lo sostienen, incapaces de enfrentarlo. Miles de millones destinados a los negociados del poder y chirolas para la salud. ¿Quiénes se van a hacer cargo de los compañeros que han muerto porque la obra social no llegó a tiempo o no los pudo atender?

La lucha continúa Leo, las lágrimas no taparán las convicciones y con toda la tristeza a cuestas estarás presente siempre. Fuiste un constructor del Partido Obrero, de la Tendencia, un luchador tenaz por el gobierno de los trabajadores y por el socialismo.

Gracias por hacerme volver, por tu rudeza y tu ternura, por tus enseñanzas, por tu cariño. Gracias a mis compañeros de Paternal y Crespo, militantes camaradas y amigos sin los cuales nos costaría más soportar lo que nos toca vivir.

¡Leo querido compañero y amigo hasta el socialismo siempre!

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