Incendios en cordillera: fuego en inmediaciones de lof mapuche que impide la instalación de una pista de esquí

Escribe Iván Marín

Tiempo de lectura: 6 minutos

Lo denuncia Marilyn, de la comunidad Cañio, en las inmediaciones de El Maitén, zona en la que se halló el cuerpo calcinado del peón rural mapuche Sixto Garcés Liempe. Hasta allí nos dirigimos para recabar este importante testimonio. “El Estado demoró en hacerse presente y la primera respuesta para el combate del fuego vino de autoconvocados”, afirmó.

A los pocos kilómetros del desvío de Epuyén hacia El Maitén la tupida vegetación de bosque nativo se va entremezclando con pinos exóticos traídos de otras latitudes en las últimas décadas por empresas madereras y grandes terratenientes para reforestar la zona luego de haberla arrasado con el negocio de la madera y el inmobiliario, que en los hechos van de la mano. Viernes 19 de marzo, cerca de las dos de la tarde. Se divisa en las cimas de las montañas distintos focos de humo tras 10 días del feroz incendio de consecuencias catastróficas para las localidades de Las Golondrinas, El Hoyo, Cholila, Cerro Radal y El Maitén, adonde nos dirigimos para luego ir en búsqueda de la lof Cañio a charlar con Marilyn sobre los incendios.

Al llegar a El Maitén el olor a humo se hace presente en todo el resto del recorrido. En el paraje Buenos Aires Chico nos espera un miembro de la comunidad Cañio en auto, que nos guía los pocos kilómetros, esta vez de una huella, hasta la lof. Allí nos encontramos con Marilyn, su familia y dos vecinas autoconvocadas de Lago Puelo que se acercaron a llevar provisiones donadas en la impresionante campaña de solidaridad con los damnificados por los incendios. “El incendio nos rodeó, todo lo que vemos acá verde, bueno, el incendio siempre estuvo por atrás. Pasó todo por el costado”, comienza su relato Marilyn, -werkén (vocera) de la comunidad-, señalando las montañas de bosque nativo que dan a la espalda de la casa.

¿Estamos hablando de una distancia de 2 kilómetros?

Más o menos. Bueno, ahí quedó el lamien mapuche que estaba trabajando, que es en la parte aquella negra que se ve todo quemado.

Se refiere a Sixto Garcés Liempe, la primera de las tres víctimas fatales de los incendios conocidas oficialmente. “Trabajaba para un vecino lindero y su familia también. Él estaba en una veranada, porque acá lo que afectó todo fue parte de las veranadas y parte de lo que es invernadas”, prosigue y aclara: “Las veranadas son extensos campos donde se aprovecha todo lo que es pasturas. Entonces, en verano se sube con los animales para aprovechar eso y después a medida que va cayendo el invierno se los va pasando por otros sectores para aprovechar todo lo que es pasto y tratar de aguantar con forraje”, detalla la entrevistada, quien comunica que ella es la quinta generación en el lugar y que van por la séptima.

¿La existencia de esta lof está impidiendo negociados del gobierno?

Sí. Nosotros en el 2010 empezamos a frenar un megaproyecto turístico que constaba de 19 pistas de esquí. De hecho, lograron talar 500 metros bosque nativo y construyeron un refugio de montaña, que hoy sigue siendo la disputa. El pueblo nos sigue viendo como que nosotros nos oponemos al progreso pero la realidad es que nosotros acá estamos defendiendo el bosque nativo como de hecho lo hemos defendido en estos días del incendio porque si bien el incendio grande fue el martes, todo lo que continuó hasta el día de hoy tenemos voluntarios arriba que están ayudando a controlar.

Consultada si los incendios se produjeron en la zona donde quieren instalar as pistas de esquí, contesta que “están más para allá, donde se está asomando el nuevo incendio. Esa zona es un cerro con bosque nativo que estaba siendo amenazado”, y señala hacia la derecha. Es que el fuego nunca logró apagarse en su totalidad en el sector, y continuaron de forma subterránea por las raíces de la vegetación, que en algunos casos también incluyen pinos implantados. Agrega que los interesados en la pista de esquí son la municipalidad de El Maitén y el gobierno del Chubut, y ello obviamente trasciende a las gestiones actuales, lo que lleva a deducir que en realidad detrás se encuentran intereses económicos de capitalistas.

A Marilyn no le cabe duda de que los incendios son intencionales. “Ya sea por la minería, por todos estos proyectos turísticos, monocultivo. Hay de todo acá”, denuncia. Y no deja de mencionar la dirigencia política: “También abandono del Estado, que hasta el día de hoy lo seguimos padeciendo. Nos costó mucho que todo lo que sea Manejo del Fuego, brigadistas, puedan llegar hasta acá porque ya hace más de una semana que estamos con esto, que incansablemente insistimos”. Como en la mayoría de los testimonios que pueden encontrarse en la Comarca Andina, informa que “la realidad de todo esto es que la gente misma, la gente solidaria, gente de la comarca que lo perdieron todo allá, vinieron a solidarizarse con nosotros porque acá la defensa estaba en el bosque, que ahí se puede ver que eso que queda, eso es el bosque. Pero estuvo a una línea de avanzar y llegar al territorio”, y, aclara: “La mayoría es bosque nativo”.

¿El Estado demoró en hacerse presente y la primera respuesta para el combate del fuego vino de autoconvocados?

Exactamente. Todo el tiempo.

¿Cómo fue la organización?

Empezamos a organizarnos desde el martes (9 de marzo). Ya para el miércoles se organiza para ver si se habían salvado los animales, que siguen estando en la veranada. El jueves tuvimos que organizar desde la misma comunidad porque estábamos los 4 nada más. Mi padre tuvo que subir con un grupo de autoconvocados a controlar el fuego arriba porque se venía con todo también, con 74 años andaba apagando, mi hermano se solidarizó con la familia de Sixto para salir a buscarlo, o sea prestándoles caballos. Si bien anduvo un helicóptero pero a una distancia muy grande. Lo termina encontrando su propia familia y la comunidad Cañio que colaboró todo el tiempo, se puso todo lo que había a disposición, que no era mucho. La verdad que fue un momento horrible. Y después se junta todo el gabinete acá y el gobernador sale a saludar a la familia descaradamente diciendo, “en la madrugada hemos encontrado a Sixto”. Mentira, ellos no lo encontraron. Acá la gente nos organizamos tanto para hacer un llamado a la solidaridad a gente de la comarca, que de hecho respondió en todos los sentidos, ya sea trayendo alimentos, herramientas para colaborar. Nos ayudaron a salvar lo que queda de bosque, que en este momento siguen las columnas de humo y por lo tanto seguimos amenazados.

¿Si se salva el bosque es más por la acción de los propios vecinos y las comunidades que del propio Estado?

Exactamente, porque la mayoría eran también mapuches que están resistiendo.

Están arriesgando sus propias vidas al ir a combatir el fuego porque no creo que cuenten con los elementos necesarios.

En ese momento teníamos dos motos y el cerro estaba ardiendo todo, y quedaban los pozos que seguían ardiendo, raíces de las plantas que resguardan el fuego. Entonces, esa era la convocatoria, por eso se salió a también a hacer un llamado de esto. Necesitamos herramientas, gente equipada con borcegos, porque bajaban los chicos con las suelas toda derretida porque estaba ardiendo. Cada uno que subía sabía también el peligro obviamente, el riesgo que se corría porque es un lugar inaccesible. Se fue haciendo camino a medida que se iba avanzando. Ahora, lo que yo digo, teníamos que hacerlo porque también era una cuestión de salvar lo que quedaba de bosque y si avanzaba el fuego llegaba a acá. No podíamos quedarnos a esperar que resolviera brigada a ver cuándo podía venir o que el intendente vea el fuego encima para mandar gente. Quizá tampoco, si hubiese llegado, lo hubieran hecho.

¿Vos te comunicaste con las esferas oficiales?

Desde el martes a la noche. Llamé a la Policía primero. Me atiende una chica que estaba sumamente asustada como yo, me dice que llame a los bomberos. Llamo a los bomberos y me dicen “autoevacúense, tiren agua y salgan”, porque ellos estaban concentradísimos el día anterior apagando fuego para evitar que llegue a la zona urbana. Evacuaron Buenos Aires Chico, que es la aldea escolar, y para acá bueno, tienen que salir. O sea que tampoco te daban la chance de salvar al lugar.

¿Esta zona está cerca de las tierras apropiadas por Benetton?

Sí, pero ahí no llegó el fuego. A ellos no les llega nunca el fuego, como a Lewis, a los jaques árabes. El fuego les llega a las comunidades mapuches, a los vecinos. Acá es como que estamos en el centro y después es gente de poder alrededor, grandes terratenientes, multinacionales como Benneton.

¿Cómo fue que respondieron el día del incendio?

Hicimos ceremonia como mapuches y a las dos de la mañana empezó a llover. Eso aplacó todo el fuego, pero bueno, después no terminó. Nosotros la resistencia que tuvimos fue desde la propia espiritualidad. Era eso y sentarnos a esperar porque veíamos que el fuego estaba avanzando. En un momento viene Defensa Civil con Bomberos y dicen, “bueno, los sacamos”. “No, vamos a seguir resistiendo”. “Bueno, cualquier cosa estamos atentos, llamen, en dos horas el fuego se vuelve para acá”. O sea, el fuego que iba de aquel lado se venía para acá y también del lado izquierdo. Estábamos rodeados. Nosotros éramos 6 personas, incluido un niño y mi papá que está ancianito. Y ellos mismos decían “no podemos salir porque está todo acá en el territorio, ¿después de esto qué hay?”. Acá nosotros tenemos una conexión espiritual con el territorio y las vidas que se iban a perder acá, las plantas, el lemu, la mahuiza, todo. ¡Qué sentido tendría después seguir viviendo! ¡Si se termina el territorio, nosotros también!

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