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El próximo 14 de abril es la fecha prevista para el inicio del juicio por abuso sexual contra el cura Juan de Dios Gutiérrez. Será el primero de los curas denunciados por abuso eclesiástico en la provincia que se sentará en el banquillo de los acusados.
Juan de Dios fue denunciado en 2015 e imputado por abuso sexual con acceso carnal agravado por ser ministro de culto en la localidad de Belén. Dirigía un grupo denominado "Jóvenes por amor a Cristo" al cual pertenecía la joven que fue víctima de los abusos.
En la lucha de estos años, la sobreviviente y su familia decidieron cambiar su residencia a la ciudad capital y han enfrentado innumerables audiencias, maniobras y dilaciones por parte del Estado y la Iglesia para garantizar la Impunidad de Gutiérrez y los curas pederastas.
En la provincia las denuncias por abusos eclesiásticos son varias y datan de hace más de ocho años en los cuales los curas han gozado de todos los privilegios. Es el caso de los curas Renato Rasjido y Moisés Pachado.
El encubrimiento orquestado por la Iglesia Católica con el obispo Urbanc a la cabeza ha sido notable. El mismo ex abogado de Gutiérrez, en diálogo con los medios locales, manifestó que el mismo obispo Urbanc en persona había solicitado que se utilicen todos los recursos necesarios para que Juan de Dios no llegue a ser condenado y que las denuncias contra los curas eran campañas para desprestigiar a la Iglesia.
Para garantizar esta Impunidad, la iglesia y su obispo no estuvieron solos. Diversas instituciones del Estado, desde la misma Justicia, los medios, los gobiernos de turno -provincial y locales-; todos han contribuido para proteger a los curas abusadores que siguen resguardados en los cómodos edificios que posee el clero, mientras las familias y las sobrevivientes transitan los juzgados y tienen que soportar todo tipo de campaña de difamaciones y calumnias de quienes se proclaman representantes de la iglesia.
Ante este cuadro de impunidad y encubrimiento garantizado por el Estado y la Iglesia, el movimiento de mujeres y todas las organizaciones de lucha debemos impulsar la lucha por la separación de la Iglesia del Estado y por el Juicio y castigo a los curas abusadores.