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El cuerpo de delegados del subte votó un paro el sábado 3, de 10 a 17hs, ante el fallecimiento de un trabajador a consecuencia de un cáncer producido por la contaminación de asbesto. Se trata de la segunda muerte confirmada, a sólo tres meses del primer caso de un jubilado en el que recientemente una pericia médica ha confirmado la vinculación de su cáncer con al asbesto (ver https://politicaobrera.com/movimiento-obrero/4081-subte-la-muerte-de-mi-padre-seria-la-primera-confirmada-por-asbesto).
Ayer por la noche comenzó a circular entre los trabajadores del subte un mensaje de la secretaría de salud laboral de la Agtsyp informando, tras hablar con la familia del compañero: “nos expresan que falleció el 21 de marzo, de neumoconiosis por exposición al asbesto metástasis pulmonar y Metrovias lo oculto, la ART Galeno lo oculto. El compañero estaba trabajando y Metrovias lo expuso al asbesto, contrajo el cáncer y murió de metástasis. Ahora más que nunca. La vida no se negocia, se lucha y se defiende con tú participación colectiva.”
Habiéndose hecho estudios sobre menos de la mitad del total de trabajadores activos, hay 42 trabajadores a los que se les ha confirmado afecciones por asbesto. Todos ellos reconocidos por la propia ART y la empresa. La afección pulmonar que genera el asbesto implica cuidados y la realización de estudios periódicos de por vida para prevenir la posibilidad que derive en un cáncer. Todavía no se han realizado estudios a ningún jubilado del subte, ni tampoco sobre usuarios habituales.
Los trabajadores vienen reclamando hace más de 3 años contra la contaminación por asbesto. En la cual la responsabilidad del Estado y la empresa es sencillamente criminal. Tras la prohibición de este material en el país (2003) y cuando el subte aún estaba en la órbita del gobierno nacional no se avanzó en nada con la desabestización, posteriormente, tras el traspaso del subte a la ciudad, Metrovías y el gobierno de la ciudad fueron responsables de la compra e incorporación de más material rodante con asbesto, todo lo cual debería tener consecuencias penales para directivos de la empresa, funcionarios estatales y el propio Larreta, responsables de la contaminación y de sus consecuencias.
Los trabajadores del taller Rancagua, el sector con más afectados hasta el momento (13 compañeros) se encuentran realizando una retención de tareas histórica. La misma cumplió 2 años, y jugó todo un rol en instalar el problema en el conjunto del subte. Durante todo este tiempo también hubo retenciones en otros sectores, movilización a las puertas de Sbase (ente estatal que regula el subte), y un amparo ambiental con una medida cautelar presentado por el sindicato, en el cual la justicia falló a favor de los trabajadores sin que Metrovías cumpla un ápice de lo que se le exige. En Rancagua, exigen como en todo el subte el cambio de flotas, pero también la urgente readecuación de las condiciones del taller. Sin embargo no han tenido respuesta concreta, por el contrario la patronal junto a la UTA ha implementado un plus para que otros trabajadores no sumados a la medida vayan a realizar tareas insalubres y prohibidas.
La patronal tampoco ha cumplido con el compromiso firmado en marzo de 2020, de presentar un presupuesto y un plan concreto para iniciar el recambio de flotas en la línea B. No habiendo hecho nada de esto en todo el 2020, a pesar de que en plena pandemia y a contramano de todas las empresas de transporte del mundo, en base a subsidios estatales cerró el año con ganancias por 432 millones de pesos (enelsubte.com, 1/4)
Como si esto fuera poco, los trabajadores vienen de dos medidas de fuerza, primero por la pretensión de Metrovías de mandar a trabajar a los mayores de 60 a pesar de ser población de riesgo de Covid, y luego por la pretensión de romper condiciones de trabajo determinadas por prevención sanitaria por la pandemia. Por este el último conflicto la empresa con total descaro a “castigado” a un grupo de delegados de la línea B con un juicio de desafuero y la pretensión de despedirlos. Ratificando así que la vida y la salud de los trabajadores le importa un comino.
El Subte de Buenos Aires está plagado de asbesto, a las flotas de material rodante se suman decenas de materiales en cableados eléctricos e instalaciones. La desidia patronal es total, al no señalizar los materiales contaminados y mandar a realizar trabajos que implican una severa contaminación del ambiente y un serio riesgo para los trabajadores que manipulan dichos materiales.
Justicia por los compañeros fallecidos y afectados. Que paguen los responsables empresarios y políticos de este crimen contra la clase obrera.