Neuquén: 10 cuadras de manifestación en apoyo a la lucha de la salud

Escribe Iván Marín

La rebelión de los autoconvocados precisa de la huelga general.

Tiempo de lectura: 5 minutos

Los piquetes y las movilizaciones multitudinarias en apoyo a la lucha empalman con las reivindicaciones del conjunto del movimiento obrero.

La mal llamada “segunda ola” de covid-19 en Neuquén coincidió con una rebelión de los trabajadores de salud que es un desafío para el conjunto de su régimen político: el gobierno y el tradicional Movimiento Popular Neuquino (MPN), la oposición patronal, la burocracia sindical y el poderoso sector hidrocarburífero, con Vaca Muerta a la cabeza. Es que el levantamiento es protagonizado por las bases autoconvocadas de la salud tras repudiar un acuerdo paritario entre las conducciones sindicales estatales (en especial ATE y UPCN) con el gobernador Omar Gutiérrez por un nimio 15% de “aumento” salarial. Más de 40 días de lucha, y 10 días de piquetes totales e ininterrumpidos en las rutas petroleras, han logrado un apoyo masivo de la población, que no solo les reconoce haber puesto en riesgo sus vidas al encontrarse en la “primera línea” de la lucha contra la pandemia, sino que además saluda el feroz combate por la legítima defensa del salario en tiempos de inflación galopante. Las principales exigencias de los trabajadores son un aumento del 40% al básico, el pase a planta permanente de los eventuales -medida imprescindible para afrontar al coronavirus-, la devolución de los días caídos y el compromiso de no iniciar ninguna causa penal a los luchadores.

Ayer miles de personas movilizaron en una marcha de antorchas en solidaridad a la lucha que llegó a congregar más de 10 cuadras en la ciudad capital de la provincia. En otras localidades también los manifestantes se cuentan de a miles. La rebelión de la salud autoconvocada concentra la simpatía de la inmensa mayoría del pueblo neuquino.

El gobernador de Gutiérrez no ha podido doblegar a los autoconvocados ni con amenazas de desalojo, mediaciones en el Ministerio Publico Fiscal ni tampoco con un bono Covid de 30 mil pesos, en tres cuotas de 10 mil pesos por mes. Los trabajadores también han enfrentado los descuentos y sumarios impulsados por la conducción de ATE, que tildó de “Elefante” a los autoconvocados, lo que generó mayor repudio hacia la burocracia sindical aliada del MPN, quien en la persona de su secretario general, Carlos Quintriqueo, hace campaña con el candidato a diputado nacional apadrinado por Gutiérrez, Claudio Domínguez.

El gobierno se encuentra en la disyuntiva de ceder al reclamo, -y con ello exponer a la burocracia sindical, socia fundamental-, lo que envalentonaría inmediatamente al resto de los estatales, o mantenerse firme en su tesitura ajustadora. El decreto del bono Covid puede leerse como un ensayo de salida a mitad de camino, aunque fue repudiado en el acto como una provocación. El reclamo no deja tutía: exigen un aumento al básico y no cifras en negro.

Sin embargo, con el correr de los días el gobierno se expone a que el reclamo deje de tener como protagonistas exclusivos a las bases sanitarias y se sume el conjunto de los estatales. El apoyo a los piquetes registró principios de cuasi puebladas en localidades del interior, lo que expresa que el reclamo de Salud empalma con reivindicaciones del conjunto de la población. Y si bien ha habido rencillas con camioneros, la conducción nacional del sindicato tuvo que solidarizarse con la lucha.

La huelga ha expuesto el papel de las variantes políticas patronales, como el MPN, que aplican en las provincias el ajuste impulsado desde Nación por El Frente de Todos, o el oportunismo de la CTA Autónoma que presta su “sello” de personería gremial para simpatizar con el proceso, buscando una mejor performance para las próximas elecciones de ATE. La contundencia de la medida empujó tanto a la conducción provincial de ATEN (TEP-Celeste) y SEJUN (Judiciales) a convocar al paro para este 16/04. En paralelo este jueves se desarrolló un paro nacional de petroleros en reclamo por paritarias salariales, en el que se destaca Neuquén por el peso que tiene la actividad. El desabastecimiento de combustible comienza a sentirse con fuerza en la provincia y también en localidades de la vecina Río Negro.

Los piquetes proliferan por doquier. A los bloqueos en Añelo, Zapala, Plaza Huincul, Picún Leufú, Vista Alegre, Chos Malal, Villa la Angostura y Junín de los Andes, se les sumaron Arroyito, sobre Ruta 22 y el del ingreso a El Chañar. Al momento de redactar este artículo se contabilizan casi una veintena de cortes de rutas.

El convulsivo escenario se desenvuelve mientras el gobierno intenta pilotear la crisis económica en un año electoral, lo que necesariamente expresa contradicciones en la dirigencia patronal. Algunos sectores del kirchnerismo apoyan retóricamente la lucha, es el caso de Alfredo Marcote, secretario General de la CTA-A y opositor al repudiado titular de ATE, Carlos Quintriqueo, o las concejales del Frente de Todos, que emitieron un comunicado en apoyo a los trabajadores. Pero allí donde verdaderamente importa, es el propio kirchnerismo el que le pone límites al proceso, como puede observarse en la negativa de la conducción provincial de ATEN (Asociación de Trabajadores de la Educación de Neuquén), a cargo de Marcelo Guagliardo, a sumarse con contundencia a las medidas de fuerza, más allá del paro aislado de este viernes. Hay que decirlo sin eufemismo: el apoyo “K” a la lucha no va más allá de un mero cálculo electoral, pues no se juega a desarrollar asambleas y movilizaciones masivas en los sindicatos que conduce.

“La Cámara Argentina de la Energía (CADE) y la Cámara de Empresas Productoras de Hidrocarburos (CEPH) emitieron comunicados al Gobierno de Neuquén para advertir que los prolongados cortes de ruta afectarán gravemente la producción de petróleo y gas en la provincia”, señala La Mañana Neuquén. Ese medio también informa que “hay 53 bocas de expendio con quiebre de stock. Esto quiere decir que no están reabasteciéndose y que una vez que vendan su producto, se quedarán sin combustibles”. Agregan que: “La industria en su conjunto tiene alrededor de 40 equipos de torre parados desde hace siete días, sumando perforadores, sets de fractura, workover y asistencia con objetivo en la roca Vaca Muerta. A este panorama, se suma una pérdida de producción en instalaciones remotas o que tienen evacuación de líquidos (como petróleo y gasolina) por camiones”. Las pérdidas en las industrias del petróleo y gas provincial rondarían los u$s 10 millones diarios.

No cabe duda que con este panorama está planteada de hecho la cuestión de la huelga general, no solo en apoyo a la histórica lucha de los trabajadores de la salud, sino también para poner en primer plano la defensa de los salarios y las condiciones laborales. Las autoconvocatorias en salud deben desarrollarse en el resto de los sectores, aprovechar el apoyo de las poblaciones para impulsar asambleas populares masivas. A las maniobras del régimen político para desgastar la lucha hay que contraponerle la deliberación democrática del pueblo en las calles. Más que nunca es necesario apoyar la lucha de la salud neuquina, que en definitiva es la lucha contra el ajuste de los Fernández, los Gutiérrez, contra el pago al FMI, por la defensa de la Salud, de la Educación, de la Vida. ¡Viva la lucha de los elefantes neuquinos!

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