“La escuela es un lugar seguro”: “fake news”

Escribe Ana Belinco

A costa de la salud y la vida de la familia obrera.

Tiempo de lectura: 5 minutos

Mientras la docencia de todo el país, especialmente en la Ciudad de Buenos Aires, viene desarrollando una pelea a brazo partido por la suspensión de las clases presenciales en pandemia y sin vacuna, desde el gobierno nacional y los gobiernos provinciales se sigue sosteniendo, contra toda evidencia científica, que las escuelas son “espacios seguros” y que en las aulas no se dan contagios.

Un estudio reciente de The Lancet sostiene, por el contrario, que el Covid-19 se contagia por aerosoles y gotas de saliva. José Luis Jiménez, Doctor en Ingeniería del MIT y profesor de Ciencias Ambientales de la Universidad de Colorado, uno de los autores de este artículo, entrevistado por La Nación (25/4), sostiene que “el contagio es veinte veces más fácil en interiores que en exteriores”. “Lo que demostramos es no solo que se puede transmitir por el aire, sino que esa es la forma dominante en que ocurren los contagios, que la transmisión por superficies es difícil y que por estas gotas que planteaba la OMS solo se da si alguien tose o te estornuda en la cara. Tenemos que enfocar el esfuerzo en la forma de transmisión prioritaria”.

Ante la pregunta de cuáles son las evidencias que no dejan lugar a dudas al respecto, Jiménez responde que “son tantas que es difícil mencionarlas sucintamente. Primero, se estudiaron miles de ejemplos de ´superpropagación´ (...) Son todos lo mismo: personas que se contagian por compartir el aire de una habitación. Esos casos no pueden explicarse por gotas ´balísticas´ o por tocar superficies contaminadas (...) Después, el hecho de que la mitad de los contagios se dan a partir de gente que todavía no tiene síntomas. Estos individuos no tosen ni estornudan, esto implica que tiene que ser por el aire. Luego, está el hecho de que el contagio es veinte veces más fácil en interiores que en exteriores, y la ventilación de interiores lo disminuye. Esto solo se explica si va por un humo. Si es un ´proyectil´, el riesgo sería el mismo adentro que afuera. También se infectaron trabajadores de la salud que llevaban mascarillas que los protegían de las gotas. Se ha encontrado virus en el aire que luego se han puesto en células y han conseguido infectarlas. Se lo ha descubierto en tubos de edificios donde sólo puede llegar si está en el aire. Se han infectado a través del aire modelos animales como hurones y hamsters. No hay ningún estudio que demuestre u ofrezca algún argumento importante de que no vaya por el aire. Y lo último, y casi lo más importante, es que no hay evidencia de que vaya por superficies o por estas gotas pesadas”. Para cualquiera que haya pisado un aula se torna incomprensible la idea de que puedan ser ¨espacios seguros¨ siendo habitaciones cerradas, en condiciones edilicias paupérrimas, sin ventilación cruzada y compartidas, en el mejor de los casos, por una decena de personas, en el escenario de un sistema escuela con baños y espacios compartidos por el conjunto de profesores y estudiantes.

El científico sostiene también que hay resistencia a aceptar la evidencia de que la enfermedad se transmite a través del aire por el dogmatismo de los referentes de epidemiología y enfermedades infecciosas que tienen la sartén por el mango en la OMS y en los ministerios de Salud, debido a que, equivocadamente, “...a las autoridades les parece que entonces es como un fantasma y la gente no se sabe defender”. Según Jiménez, “hay varios artículos de estos expertos del comité de la OMS en los que no hay nada correcto. Es todo incorrecto. Es vergonzoso”. Según el experto, el virus permanece en el aire entre una o dos horas. “En ese tiempo, o sale afuera por la infiltración de aire o pierde infectividad. Lo que es peligroso es que haya mucha gente a la vez en una habitación, así se ven muchos casos: cuando respiran el mismo aire durante mucho tiempo, o están hablando muy cerca de alguien. Si llegas a un sitio donde ha habido alguien infectado dos horas antes es muy improbable que te contagies”. Las escuelas, en tanto espacios cerrados, están funcionado como un criadero de covid larvado porque los protocolos son totalmente inviables en el pico de la segunda ola y sin haber alcanzado siquiera a inocular a un cuarto del universo vacunable y porque en su mayoría los niños son portadores asintomáticos que, sin saberlo, llevan el virus a sus familias. Solamente en CABA se han tenido que cerrar cientos de ¨burbujas¨ y aislar a más de 2000 mil docentes y estudiantes. Los contagios dentro de la franja etaria entre 0 y 19 años se han quintuplicado, la obra social de los empleados del gobierno de la ciudad ha colapsado en el marco del colapso general del sistema sanitario. A nivel nacional ya son casi 60 los trabajadores de la educación fallecidos a causa de un verdadero crimen social perpetrado por el Estado.

Sobre los transportes públicos Jiménez sostiene que habría que asegurar su buena ventilación, “abrir bien las puertas o tener menos gente, o ambas cosas. También hay que preocuparse de que la gente lleve barbijos bien ajustados y que no hablen”. Desde el inicio de las actividades escolares presenciales, el uso de transporte público en el AMBA se incrementó en un 25 por ciento, según datos aportados por el Ministerio de Transporte Nacional por más que Larreta, contrariando a la Física, diga que con millones de estudiantes y docentes empujados a circular, no ha aumentado el uso del transporte de pasajeros. Los trenes y colectivos van abarrotados mientras en el subte, cada vez son más los trabajadores afectados por el covid.

En torno a cómo actuar en lugares cerrados como oficinas y escuelas, dice que “lo más fácil y barato es hacer las cosas al aire libre los días que haga buen tiempo y las actividades que se pueda. Eso es gratis. Lo siguiente es abrir las ventanas, aunque durante el invierno tiene un costo de calefacción. Lo que tenemos que evitar a toda costa es usar química. Fíjate que yo soy químico, pero digo que hay que evitar la química. Sistemas con iones, con plasmas, con fotocatálisis, con hidroxilos, o poner desinfectantes en el aire, como ozono, agua oxigenada, ácido hipocloroso o dióxido de cloro, todo esto es una barbaridad. Y en mi opinión debería estar prohibido. Es peligroso”. Sin embargo, desde los ministerios de educación nacional y jurisdiccionales, se sostiene como un mantra y contra toda evidencia científica que, con purificadores de aire y protocolos, las escuelas son “espacios seguros”.

La realidad es que la apertura escolar, en el marco de la apertura general que administraron todos los gobiernos, ha actuado como catalizador de una situación sanitaria explosiva. Le presencialidad ¨segura¨, ¨bimodal¨, ¨administrada¨, ¨temporal¨ agitada por los ministerios, por la burocracia de los sindicatos docentes y, con matices, por las corrientes del FIT-U, no es más que una estafa política que enferma y mata.

Desde Tribuna Docente Tendencia sostenemos desde el año pasado que no hay presencialidad segura en pandemia y sin vacunación masiva. Por eso impulsamos comités de docentes contra la presencialidad en pandemia y sin vacunas.

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