Javkin y Perotti invitan al contagio hasta las 20.30

Escriben Aixa L y Juan Cruz Mondino

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Saturadas las camas de terapia intensiva de los principales hospitales de la región y con una capacidad cada vez más limitada en la provisión de oxígeno, los anuncios del intendente de Rosario Pablo Javkin y del gobernador de la Provincia Omar Perotti, demuestran la impotencia de la gestión capitalista de la pandemia en Santa Fe.

La medida más “significativa” del paquete anunciado fue la restricción de circular en vehículos personales luego de las 20:30 hs. Mientras tanto, el intendente rosarino se limitó a señalar “la falta de conciencia” en el uso de barbijo en los lugares públicos. Ninguno hizo una sola mención al problema de los contagios en las escuelas y la muerte de un docente en San Lorenzo, provocada por el Covid.

El sostén de la presencialidad escolar en Rosario y el Cordón se da entre una hecatombe sanitaria: el sector de salud viene anunciando que nos encontramos en puertas de un brutal colapso. La salud privada tiene una ocupación de camas del 99% y la salud publica ronda el 90%. Las cifras de ahora dan cuenta de que nos encontramos en un nivel de ocupación de camas igual al del año pasado en el mayor pico de contagios.

Martorano, la ministra de Salud, insiste en que los contagios no se dan en los colegios. Con esto, desdibuja la realidad de un virus que ha hecho estragos en la mayoría de los establecimientos educativos, por más “protocolizados” que hayan sido.

La presencialidad puertas para afuera significa la circulación de miles y miles por las calles. El transporte público es el escenario de fuertes aglomeraciones. Javkin nos ha dejado un aporte criminal: reducir las unidades de transporte, lo que significa una enorme aglomeración de estudiantes y trabajadores en cada viaje. Puertas adentro se vive el fracaso de la “presencialidad segura" con la docencia y los estudiantes contagiados.

En marzo, a solo dos semanas del comienzo de clases, quince colegios privados de Rosario tuvieron que aislar burbujas. En San Lorenzo se cerraron seis escuelas por contagio. Hoy Rosario tiene a más de 200 burbujas aisladas. Además, arrecian los reclamos por la debacle edilicia, cuando en muchos colegios falta algo elemental: agua. Las cifras serían mayores teniendo en cuenta que en numerosos establecimientos no se aíslan burbujas aunque sean contacto de un docente contagiado. Dicho sea de paso, la defensa de la salud es inexistente en la presión presencialista.

Entre otras cosas, la comunidad educativa fue forzada a dar clases presenciales sin vacunas. Aunque la docencia ahora haya entrado en agenda, en Rosario hay cerca de 3000 docentes sin siquiera la primer dosis. Entre la lucha salarial que se inscribió Coad, el sindicato de los docentes universitarios, aparece el reclamo por la inoculación. Mientras tanto, miles de estudiantes de la UNR iniciaran el segundo cuatrimestre sin recursos virtuales ni becas para garantizar la virtualidad, mientras las camarillas y sus agrupaciones estudiantiles (Franja Morada a la cabeza) presionan por avanzar más aperturas de cursos presenciales en la universidad, una verdadera impostura.

Las empresas y los grandes capitales instalados en Rosario y la región son los principales interesados en defender la presencialidad. Necesitan la circulación de miles de personas y la apertura total de la economía, en el marco del desastre sanitario. Nada de esto tiene que ver con la defensa de la educación pública o un tema pedagógico.

Es necesario que estudiantes y docentes nos organicemos para garantizar la suspensión de las clases en la región. Construyamos Comités contra la presencialidad en todas las escuelas e institutos educativos, donde profesores, alumnos y padres deliberemos por la defensa de nuestra salud y nuestras vidas. Vacunación masiva para toda la comunidad educativa. Luchemos por becas y conectividad para todos los estudiantes y docentes a cargos del estado. Titularización de todos los docentes reemplazantes para afrontar la virtualidad sin sobrecarga laboral. Frente a la desidia de los gobiernos, el camino hacia la huelga general educativa está planteado.

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