Anuncios de Fernández: todo para la UIA y los fondos internacionales

Escribe Ana Belinco

Necesitamos una caracterización de conjunto.

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Alberto Fernández ha anunciado un nuevo paquete de “medidas de restricción” frente al crecimiento “exponencial” de la curva de contagios y muertes, y el colapso del sistema sanitario. En rigor, marcó el paso en el mismo lugar, a pesar de que en la Casa Rosada no dudan de que “la situación se agravará en los próximos días” (La Nación, 30/4). También anunció que enviará un proyecto de ley al Congreso para ´blindar´ las decisiones del Ejecutivo en materia sanitaria, ante los cuestionamientos judiciales a los últimos DNU. Se adelanta, en horas, al fallo de la Corte que respaldará la autonomía federal de Larreta.

En concreto, Fernández se ha limitado a prorrogar las medidas cosméticas anunciadas quince días atrás. Mantiene así la política de apertura económica que exige la UIA, las cámaras empresariales y los fondos internacionales, incluso después de conocerse que el ausentismo laboral ha crecido al 20 y 30% de los trabajadores. En cambio, insiste en las mismas migajas para la masa de desocupados, informales, precarizados, ni hablar del personal de salud y la clase obrera de la ciudad y del campo. Avala, en cambio, el básico que ha firmado Uatre con los trabajadores permanentes y temporarios del limón – un jornal de 1.400 pesos. Las cajas del fisco siguen cerradas para la clase obrera y abiertas para el pago de la deuda usurera. Por otra parte, vuelve a dar a los gobernadores vía libre para que adopten medidas según su propia interpretación, incluido Rodríguez Larreta, aunque la crisis ‘exponencial’ se extiende a dieciséis provincias.

Respecto de la presencialidad escolar, Fernández afirma que "las clases serán exclusivamente a distancia hasta el 21 de mayo próximo", a sabiendas de que el tema ya ha salido de su órbita. El federalismo que avalará la Corte se refiere al arbitrio del que gozan los gobenadores para subordinar la salud a los intereses de las oligarquías locales. Los únicos que han salido a ‘desacatar’ a Larreta han sido los docentes, con huelgas parciales o temporales, con el apoyo de estudiantes y familias. La “autonomía” porteña no ha sido puesta en entredicho por los DNU; de lo que se trata es de otorgar poderes extraordinarios a los goberndores para manejar la cuestión sanitaria a su antojo. El cierre afecta exclusivamente al nivel medio. Un acuerdo, en estos términos, apunta a reconstruir compromisos entre Nación y Ciudad, a costa de la salud y la vida de los trabajadores y de la población. Mientras tanto, los médicos del Garrahan advierten que han tenido que abrir la cuarta sala Covid para niños y que se encuentran a un paso de la saturación.

Las ´nuevas restricciones´ de AF no atenuarán un ápice el desastre. Argentina ha trepado al segundo país del mundo con mayor cantidad de fallecidos por millón de habitantes en una sola jornada, detrás de India. El sistema sanitario está colapsado y la crisis vacunatoria no encuentra salida, especialmente ahora que China restringió las exportaciones de dosis para privilegiar la inmunización de su propia población. O cuando India, uno de los principales centros de producción, cierra las exportaciones de vacunas, debido al colapso sanitario del país, con una población de 1.400 millones de personas. EEUU se ha convertido en el responsable de la crisis de vacunas a nivel internacional, al bloquear la exportación de dosis y, por sobre todo, de los insumos necesarios para transformarlas en vacuna. No ha dado la autorización clínica a AstraZeneca, mientras ejerce una presión política acentuada para que no se compre la Sputnik V. La guerra imperialista de las vacunas, que ejerce el gobierno Biden, es parte de los preparativos de una guerra general, propiamente dicha. El ‘think tank’ argentino de los Fernández, los Solá, los Béliz y los Argüello finge ignorar esta realidad, cuando en el propio territorio nacional -Malvinas- hay una base anglo-yanqui que desarrolla operativos misilísticos y la supervisión militar con submarinos a propulsión atómica.

El capital y sus estados han convertido a la pandemia en una crisis humanitaria y a la situación mundial en un volcán.

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