El PTS: del “globo de ensayo” a la provocación

Escribe Julio Quintana

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Tal como lo advertimos, luego de lanzar “un globo de ensayo” acerca de la unidad, el PTS ahora lo utiliza para endilgar a nuestra Tendencia la 'ruptura' que nunca existió ni a nivel de propuesta. El PTS ofrece como prueba de su posición los “llamados públicos” a la unidad efectuados desde su periódico, pero esto mismo prueba que no eran más que cáscaras vacías y un intento de transferir responsabilidades, puesto que ninguno de esos llamados estaban aprobados por el FIT-U, y eran lanzados a sabiendas de que nuestra presencia en un frente sería fuertemente condicionada por los socios de esa coalición, y finalmente rechazada. La operación “globo de ensayo” culmina ahora como lo previmos públicamente desde un comienzo: con una provocación.

Mientras el PTS “llamaba” a esa 'unidad', el aparato del PO procedía a intervenir al Partido Obrero de Jujuy, alegando la titularidad en el orden nacional. Lo hizo para invalidar la continuidad del FIT en Jujuy, donde está presente el PO real de Jujuy, vinculado a la Tendencia nacional. Iñaki Aldasoro, por caso, dirigente del PO de Jujuy, se encuentra en la Legislatura en representación del FIT. La legalidad del Partido Obrero de esta provincia -es fundamental aclararlo- no fue conquistada por Solano y compañía sino por los militantes de nuestro partido en Jujuy. La dirección central de un partido revolucionario no está autorizada a expulsar en forma sumaria a una regional, como se lo permite la legislación electoral proscriptiva del Estado. Por el contrario, está obligada a abrir un debate político; a reconocer el derecho a la defensa; y a llevar su posición a un Congreso nacional, con la presencia de las regionales o militantes cuestionados. Acostumbrado a 'arreglar' los 'asuntos internos' por medio de la intervención estatal, como ya lo hiciera en Tucumán, lo tiene sin cuidado añadirle una mancha más al tigre. Estos intervencionistas no tienen empacho, sin embargo, en proclamarse “políticamente independientes del estado burgués”. El palabrerío de este aparato está más desvalorizado que el peso argentino, o incluso que el bolívar venezolano.

En el caso de Salta, el “llamado público a que integremos el FIT-U” era completamente improcedente, porque el PO de Salta ya se encuentra en el FIT-U. Quien está afuera es el sector de Del Plá y compañía, que acaba de anunciar la fundación de otro partido – el Frente de Unidad Trabajadora, que no tiene reconocimiento legal. Convocar a la unidad a un partido que ya está inscripto en un Frente, es el anticipo de una ruptura. En resumen, como lo hemos advertido a tiempo, “el globo de ensayo” del PTS era una preparación de la división – sin principios. El PTS, después de todo, no ha contestado ni refutado nuestra caracterización de la actividad parlamentaria del FIT-U, que no tiene nada que ver con el uso socialista de esa tribuna política, sino que ha servido para ofrecer quórums y votos a proyectos patronales nacionales e internacionales – en este caso el tratado Trump-Netanyahu, firmado por Argentina, cuya ratificación pidió el canciller Solá al Congreso nacional y a las Legislaturas.

Exclusión

Para excusarse de sus propias tropelías, el PTS ahora afirma que nosotros queremos excluir a los representantes del aparato oficialista de las listas del FIT-U, pero ese no es nuestro método sino el del PTS y el de ese aparato. El PTS no puede citar una línea en ese sentido de nuestra parte. Las exclusiones dentro del FIT-U tienen como únicos protagonistas a sus propios miembros, como lo revelan los ataques y hasta las provocaciones que se lanzan entre ellos. El FIT-U es una riña de gallos. No han querido establecer un único bloque del FIT en los parlamentos, ni mucho menos la gestión colectiva de las tareas parlamentarias, como lo prueba el elevado número de “audiencias públicas” que unos convocan y otros sabotean. El método de unidad parlamentaria del FIT se aplica en sólo dos casos – con la diputación de Liliana Olivero en Córdoba y la de Marcelo Ramal en la legislatura porteña. En las reuniones realizadas por iniciativa de la Tendencia (para salir del fango de las llamadas telefónicas de Pistonesi) dejamos claro que no vetamos a nadie. Es suficiente leer un artículo reciente acerca de Frentes de Izquierda y Elecciones, de Altamira, que no abordamos al Frente del Pueblo y a Izquierda Unida desde los vetos, sino desde el programa y el método político de acción. Durante casi una década, el PTS vetó, en cambio y en forma sistemática en todas las actividades, al MST. La verdad no ofende.

El PTS asegura que le hemos reclamado un posicionamiento en la crisis del PO y que no es algo que les incumba, cuando en realidad tomaron partido por el aparato interventor desde el primer momento. Que no les incumba es, de por sí, una toma de posición, por aquello de que el que calla otorga, o sea que el PTS entiende que las expulsiones sumarias son compatibles con el método de un partido revolucionario. Retoman las posiciones del centrismo internacional en los años 30, que no repudiaba los métodos del stalinismo porque se declaraba equidistante de stalinistas y trotskistas. Le tocó a un liberal norteamericano, John Dewey, reunir una comisión internacional para investigar las denuncias de Stalin contra el fundador del Ejército Rojo. Al PTS lo ocupa ahora el abandono de la política por parte de Pablo Iglesias, donde no se aplicaría el principio de no intervención en otros partidos. Pura chapucería; Pistonesi ha pasado del ‘globo de ensayo’ a la provocación. Poco propicio al respeto recíproco, Pistonesi se descontrola como consecuencia del acuerdo electoral entre el Partido Obrero de Salta y el Nmas.

Presencialidad

El PTS se mete en camisa de once varas cuando plantea que utilizamos el argumento de la presencialidad capitalista en pandemia como un “principio revolucionario y no parte eventual de un programa integral frente a la catástrofe sanitaria”. El PTS no es un presencialista escolar eventual, es sistemático – es el que dice que si las cajeras van a los supermercados, por qué no deberían los docentes ir a las escuelas. Nunca dijo que el cierre de escuela fuera su programa 'eventual'; su adopción de la “suspensión temporal” fue un recule ante la presión de los maestros. Del Plá hizo campaña contra el cierre de escuelas cuando la pandemia en Salta crecía. De todos modos, aclaremos: el cierre de escuelas no es, como dice el PTS, “un principio revolucionario”. Revolucionaria es la oposición a la gestión capitalista de la pandemia y, por sobre todo, al capital mismo, que ha desatado una crisis humanitaria, en nombre del socialismo. El PTS parece haber adoptado el método de Leandro Santoro y Ángela Merkel: “el semáforo rojo” – hoy no cerramos, mañana sí, pasado mañana, quizás. Eso, para un socialista, no es un programa – es un contorneo, la teoría de 'la adaptación permanente'. Las patronales han aceptado el “semáforo rojo” en Alemania, sólo con forceps, y aquí si se subordina al federalismo; al fin de cuentas, ellas mismas han debido reducir turnos de trabajo o cerrar plantas en forma temporaria. De modo que el planteo del PTS encaja bien con lo que viene ocurriendo – a la rastra de los acontecimientos y de la burguesía (y el clero y la patronal de la educación privada). La reducción de la presencialidad al estatus “eventual” es funcional a las presiones políticas del momento, o como le gusta decir al PTS: “tener en cuenta a la opinión pública”.

Por otro lado, el PTS nos advierte que el NMas defiende junto con ellos la presencialidad. Chocolate por la noticia. En la campaña electoral, el NMas defenderá su posición, nosotros la nuestra, como ocurre ya en las asambleas docentes con toda la izquierda. Pero con un agregado: cuando se voten los paros contra la presencialidad, ambos nos movilizaremos para su éxito – lo contrario de lo que ha hecho el FIT-U en los Sutebas de Escobar y Bahía Blanca. El PTS llamó a carnerear el paro de cinco días de los docentes autoconvocados salteños, en marzo pasado, cuando quedaron en minoría en sus asambleas. Esto sí es un enorme obstáculo para un frente de izquierda. Defendemos la unidad de fuerzas contra las patronales y sus partidos en los eventos electorales, a condición de que se haga en la claridad y con métodos consistentes con la claridad. No aceptamos 'globos de ensayo' seguidos de una provocación

Programa

El acuerdo electoral con el NMas deja en claro los acuerdos y las diferencias, y tiene una función política importante: evitar una mayor dispersión a la ya instaurada por el divisionismo del PTS y el FIT-U. El PTS ridiculiza al NMas salteño como un grupo minúsculo, pero menos minúsculo, sin embargo, que cuando el PTS envió dos o tres militantes a Salta para enfrentar al PO. El 24 de Marzo pasado duplicó en número al cortejo del PTS.

El PTS tira al pasar que la Tendencia del PO se dedica a “la administración de planes del estado para engrosar columnas y actos partidarios”, cuando sabe que eso es falso. El Polo vinculado a la Tendencia es el resultado de una diferenciación política con los métodos y objetivos del aparato. El PTS alimenta la inquina contra el movimiento de desocupados desde el surgimiento del movimiento piquetero, al cual desconoce como parte de la clase obrera. Al mismo tiempo, los diputados del FIT-U, Del Caño y Romina Del Plá, votaron la ley de emergencia alimentaria pactada por Macri, Alberto Fernández y el FMI (con la abstención de Izquierda Socialista), que hoy se ve que fue una farsa, porque son precisamente los alimentos lo que no llega a los comedores de los barrios. El proyecto Fernández-Macri fue caracterizado por toda la prensa como un instrumento para obtener “una transición política ordenada”.

Pistonesi, lo decimos con pena, no aguanta un prontuario.

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