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En Córdoba, desde hace semanas que los casos rondan en los 1.500 diarios, uno de los niveles más altos de todo el país, mientras el gobernador Schiaretti -como Larreta en CABA- se juega a mantener las escuelas abiertas. La bronca de la docencia crece al compás de los contagios.
La política “aperturista” contradice todas las recomendaciones de los especialistas, incluso los más cercanos al gobierno.
Ricardo Lamberghini, infectólogo que integra el Comité Asesor del Gobierno de Córdoba, señaló que, “si no se toman medidas categóricas que de alguna manera disminuyan la circulación de las personas, pues bien: la situación irá empeorando día a día…si no cambiamos de actitud, va a morir mucha gente”.
El propio ministro de Salud de la Provincia, Diego Cardozo señaló al diario Perfil Córdoba que “…vamos a tener un invierno crudo y muy duro… van a venir momentos más críticos en cuanto a casos y a ocupación de camas Covid… las condiciones climáticas van a hacer que la transmisión aumente de forma sustancial, los espacios se van a empezar a ventilar menos y eso va a impactar. Las patologías respiratorias se van a sentir y lo estamos viendo en el Hospital de Niños, donde ya tenemos a menores de cinco años internados…”.
La farsa
La ´duplicación´ de camas críticas de terapia intensiva anunciada por el gobernador fue desestimada por el Consejo de Médicos de la Provincia de Córdoba (CMPC). “No hay profesionales para atenderlas”, señaló su presidente, Andrés de León. Antes de esta supuesta ampliación de camas, los terapistas registraban un 25 % de sobrecarga. El año pasado, en algunos hospitales de Córdoba, las terapias estuvieron cerradas porque “disponían de camas, respiradores y monitores pero no contaban con personal para atenderlas”.
Esta supuesta duplicación de camas es un ardid estadístico, ya que el gobierno de la provincia modificó los índices con los que evalúa el ´riesgo epidemiológico´. De esta manera, la supuesta ampliación del sistema sanitario, aunque no sea más que en términos edilicios o mobiliarios, permite maquillar el riesgo epidemiológico y sostener el “aperturismo” del gobernador hasta “una situación de desastre”.
Es justamente esta frase la utilizada por el presidente de la Unión Industrial de Córdoba, Marcelo Uribarren, para graficar hasta dónde está dispuesto a llegar el gobernador para no cerrarles la plantas. “El gobernador nos dijo que está convencido que los contagios se producen en las reuniones sociales y que ni en industrias, comercios ni restaurantes se producen contagios. Y que para que cierre eso tiene que haber una disposición nacional que los obligue o una situación de desastre. Nos dio su compromiso de llevar este tema hasta lo máximo posible (sic)”. El ´relato´ indica que en los colectivos abarrotados, las fábricas y los colegios, nadie se contagia. Los más de 200 trabajadores de Higiene Urbana contagiados o aislados, seguramente tomaron contacto con el virus en alguna ´fiesta clandestina´...
Lo cierto es que el empresario de la UIC no exageró en el grado de compromiso que asumió el gobernador con ellos. Las declaraciones del ministro de salud lo corroboran. “En caso de una situación extrema, en el que el sistema de salud se esté saturando, ahí se tomarán medidas duras.”
Es en este marco general que debemos comprender la insistencia irracional (capitalista) en mantener las escuelas abiertas, un lobby al que se suman las patronales de la educación privada. La burocracia de UEPC no hace más que tibios reclamos de cierres focalizados para descomprimir la situación y salvar la política aperturista del gobernador. El planteo de intermitencia realizado por algunas agrupaciones docentes tampoco tiene futuro en un cuadro de agravamiento de los contagios y con menos del 40 % de los docentes vacunados sólo con la primera dosis.
Suspensión de la presencialidad. Volver a las clases virtuales antes que nos lleven al “desastre”. Que el estado garantice los recursos para las clases virtuales.
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