Tucumán: despidos en el transporte y un balance necesario

Escribe Luciano Grupalli

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En los últimos días las patronales del transporte, en Tucumán, han procedido a despedir a un conjunto de trabajadores que integran el movimiento de choferes autoconvocados.

Los despidos “con causa” son sanciones explicitas a las acciones de protesta que se llevaron adelante el 13 y 14 de mayo pasado, Debido al constante retraso salarial, un núcleo de 80 choferes se movilizó a la sede de la UTA para reclamar un paro general y una asamblea. La movilización incluyó bloqueos parciales con colectivos en algunas calles del centro; los despidos fueron acompañados por suspensiones a las licencias de manejo.

Manzur y intendente de la capital, han promovido este atropello de manera directa, con la burocracia de UTA. Los choferes autoconvocados se habían constituido en todo este tiempo en una referencia que agrupaba al activismo.

Estos despidos se producen en momento en que el sistema de transporte provincial se encuentra completamente desquiciado. El retraso en el pago de los salarios es respondido con paros repetidos. Las condiciones laborales son pésimas. Los contagios entre los choferes han sido ocultados e incluso hay denuncias de que los mismos han sido obligados a trabajar contagiados o siendo personas de riesgo – ni hablar de la ausencia de un plan de vacunaciones. La mayoría de las patronales no ha siquiera provisto de alcohol para los trabajadores.

Las patronales piden más subsidios, a la vez que reclaman quintuplicar el precio del boleto. Plantean que es la única manera de asegurar el pago de los salarios y evitar despidos.

Del estado nacional ya avisaron que no cuentan con recursos. En 2019 le pasó la pelota al estado provincial. Por otro lado, aunque avalaría un aumento del 50% del boleto, teme aumentar las tarifas, pues desataría una rebelión popular.

Algunos de los referentes de los autoconvocados se habían vinculado con Bustinduy, la cabeza de un recambio burocrático a la dirigencia de Fernández. Frente a los despidos, Bustinduy y su agrupamiento no pasaron de los lamentos. A la hora de los balances, hoy el activismo que permanece en la UTA Tucumán comprueba en la práctica que no hay atajos para suplantar el esfuerzo de la organización de base, línea por línea.

El quebranto del sistema de transporte, la falta de pago de los salarios, van a empujar a los trabajadores nuevamente a la lucha. En función de ello, los choferes autoconvocados debemos reagruparnos y prepararnos para las luchas que se vienen.

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