El sistema sanitario ante una catástrofe sin precedentes

Escribe Tribuna de Salud - Tendencia (AMBA)

Cierre de concurrencias, renuncias masivas, derrumbe salarial.

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El nivel de precarización de la salud es extrema y la cadena se rompe por los eslabones más débiles. Han renunciado 50 enfermeros en el hospital Durand pero el hecho solo expone una situación general. El sindicato ATE denuncia la renuncia de 300 enfermeros en el ex Casa Cuna, 100 en el hospital Pirovano en un año, 50 enfermeros en el centro de salud Caballito, renuncias en el Ramos Mejia y Hospital Rivadavia.

La precarización comienza por el sector público que se sostiene de la ultra precarización de personal monotributista. La precarización de los contratos temporales y becas-covid con las que se suma a cuenta gotas al personal, genera una rotación que finalmente vacía los efectores de salud recargando a las residencias y en muchos casos al personal de planta y concurrentes, que son forzados a sostener la atención covid vaciando el contenido de formación de la mismas.

Los trabajadores denuncian falta de vacunación, presión para cortar licencias a los trabajadores de grupo de riesgo y un cansancio extremo. Jornadas extensivas y el pluriempleo -que son la única manera de llegar a fin de mes en el pico de contagios de la segunda ola- resultan letales. En los hospitales no solo se atiende a pacientes covid: la demanda se ha incrementado exponencialmente, pero no así la dotación de personal. El personal no está vacunado de forma completa. Han muerto más de 500 trabajadores desde el inicio de la pandemia; en abril, murieron por covid cerca de una decena de trabajadores en solo una semana. El número de fallecidos crece proporcionalmente al agotamiento de los trabajadores.

Estos son los reclamos que tienen en pie de lucha a los trabajadores de la salud de la zona Oeste de la provincia de Buenos Aires que marcan una perspectiva de coordinación. El hospital Larcade, referencia del Noroeste de la provincia de Buenos Aires, está siendo vaciado por el municipio de San Miguel, que persigue y hostiga a los trabajadores en lucha. Su personal, la mayoría con contratos precarizados, renunció masivamente. También luchan los enfermeros autoconvocados del AMBA, que el pasado viernes cortaron el puente Pueyrredón. Ante el reclamo básico de cobertura de ART y salario para el personal concurrente, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ha amenazado con el cierre de las concurrencias, afectando particularmente la atención de la salud mental -donde los psicólogos concurrentes garantizan la mayor parte de su atención- en un intento de privatizar la formación en salud en el ámbito público por excelencia, acentuando el vaciamiento del sistema público de atención.

Las clínicas privadas cerradas por quiebra se cuentan en todas las provincias, sin tener una solución por parte del Estado, que deja al sistema con menor número de efectores y tendales de familias trabajadoras en la calle. En muchos casos, los trabajadores dan pelea contra el vaciamiento sosteniendo ocupaciones como las del Sanatorio Plaza en Escobar y la clínica San Andrés, entre otras. El sindicato de la sanidad privada -ATSA- simplemente no se inmiscuye en el asunto, jamás se lo ha visto ni siquiera opinar al respecto. Por lo pronto, la burocracia se encamina a una nueva paritaria con salarios básicos de 55.000 pesos que no cubren ni siquiera el valor de la canasta de pobreza, cuando la canasta familiar ya supera los 100.000. Por su parte, las patronales -que han amasado cuantiosos subsidios en forma de ATP, Repro y exenciones impositivas- amenazan con no pagar aumentos si no se les permite meter un nuevo tarifazo en las prepagas. Una extorsión deliberada contra los trabajadores.

Por una nueva dirección en los sindicatos

La burocracia estatal de AMM, UPCN, Sutecba y ATE trabajan en los mismos despachos que los funcionarios de la ciudad, provincia y municipios pactando la precarización y los salarios de hambre. En el caso del gremio Cicop, su conducción se encuentra en un impasse, ya que parte de su conducción integra el Frente de Todos y en el año 2020 solo han hecho un paro. Para reabrir las paritarias y luchar contra la precarización laboral, no basta con comunicados, necesitamos asambleas, coordinadoras y plan de lucha como lo han hecho los trabajadores de la salud de Neuquén y Santa Cruz.

Progresa el derrumbe sanitario con las nuevas olas y cepas que la apertura indiscriminada de la industria y el comercio no esencial generan. Es la política capitalista de poner la defensa del capital, la ganancia de los capitalistas antes que la vida de la población. El nivel de contagios está fuera de control y se han detonado todas las contradicciones de nuestro sistema sanitario que se desgrana literalmente al ritmo de la suba de contagios – el 70% de los internados en terapia intensiva muere (Tiempo Argentino, 25/5).

La pandemia no es un problema sanitario, sino un problema político entre las grandes mayorías de la población trabajadora, condenada al contagio, pobreza y al hambre, y los grandes capitalistas que viven de nuestra explotación y de los subsidios del Estado. La defensa de un régimen sanitario fuerte que sirva para enfrentar la crisis humanitaria desatada por la pandemia no es compatible con las políticas del capitalismo.

Necesitamos la centralización de todo el sistema sanitario incluyendo laboratorios e industria farmacéutica en un solo mando público bajo control de los trabajadores// Vacunas para todos// Reapertura de paritarias // Salario igual al costo de la canasta familiar // Reapertura de clínicas y sanatorios. No al cierre de ningún efector de Salud ni público ni privado// No al cierre de las concurrencias. Salario y ART // Pase a planta de residencias y concurrencias que egresan // Pase a planta bajo convenio, y carrera profesional para todos los trabajadores de la salud precarizados // Reconocimiento profesional para enfermería.

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