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Pasaron 52 años de aquella manifestación en las calles de Nueva York contra la represión policial que padecía la comunidad LGBTI, particularmente las personas trans. Los años 60 se caracterizaron por el despertar de los diferentes movimientos sociales de lucha por sus reivindicaciones como la diversidad sexual, la comunidad afroamericana, entre otros.
En vísperas de una nueva jornada de movilización para este lunes 28 de junio en el mundo, la agrupación autoconvocada LGBTI de Rosario de Lerma organizó un conversatorio para debatir las reivindicaciones que surgieron hace 52 años. Del encuentro participaron Tiziana Contreras, de 13 años, que desde los 10 años goza de su derecho a la identidad de género; Monserrat Tolaba, joven activista por el medioambiente y ex integrante de la coordinadora de secundarios salteños; y Janet Di Marzo, hermana de Mirna Antonella Di Marzo, víctima de travesticidio en octubre del 2018 en la localidad de General Güemes.
El debate giró en torno a la reciente aprobación de la ley de cupo laboral trans, en los crímenes de odio y la educación sexual en las escuelas. Monserrat señaló que las leyes no son suficientes y por ello es por lo que la lucha por el empleo genuino continúa, que todo indica que se ofrecerá trabajo precario e informal. La joven activista, consultada por cómo se puede unir la lucha con los desocupados, expresó que necesariamente se coloca a la comunidad trans a discutir este problema.
Tiziana, comenzó comentando su felicidad por el apoyo incondicional de sus padres en su transición, posibilidad con la que no cuentan todas las personas trans o de la diversidad en general. Tiziana, interpelada por los participantes, denunció que en las escuelas hay mucha resistencia a aplicar la educación sexual en términos científicos y dijo “nos hacen elegir entre el rosa y el celeste y yo les digo que los géneros no tienen color”. Graciela, madre de Tiziana asintió ante la intervención de una participante donde expresaba los límites de la actual ley de ESI que les da injerencia a las instituciones religiosas. La pequeña sentenció que seguirá luchando para que a las personas trans la vean como personas que deben poder acceder a todos los derechos que tiene cualquier persona y no que deba estar justificando que es una persona trans.
Finalizando el conversatorio, Janet Di Marzo se refirió a la triste pérdida de su hermana. Relato todos los obstáculos que debió sortear Antonella para ser quien quería ser y que eso le costó la vida. Entre los participantes denunciaron la corta expectativa de vida que tiene una mujer trans. Antonella tenía 32 años cuando la golpearon salvajemente, lo que terminó con su vida. Janet denunció que el asesino había estado preso, antes de golpear a Antonella, por abuso sexual a una niña y por intento de femicidio. José Gareca gozaba de salidas transitorias cuando golpeó brutalmente a Antonella a la salida de un boliche. Janet terminó diciendo “¿qué clase de jueces dejan libre a semejante criminal?”, un cuestionamiento a la justicia servil al capital y sus intereses que pretende disciplinar a la comunidad LGBTI así como a las mujeres.
La agrupación autoconvocada LGBTI de Rosario de Lerma se encuentra en un enorme esfuerzo por organizar a la comunidad de la diversidad por sus reivindicaciones más inmediatas como el acceso al trabajo genuino que la coloca en la necesidad de agruparse junto a los trabajadores desocupados que luchan por este mismo derecho, en el municipio. Por el acceso a la vivienda para sacar de las calles en las que viven las mujeres trans. La provisión de medicamentos para enfermedades infecciosas que padece la mayoría de la comunidad trans, producto de la prostitución a la que es arrojada y obligada por el estado frente a la falta de fuentes laborales y de discriminación. La lucha podrá potenciarse si se coordina con la clase obrera que está en la pelea contra la explotación y contra la opresión a las minorías en la sociedad capitalista.
