Tucumán: justicia por Rocío

Escribe Alejandra del Castillo

El desamparo de la niñez y la responsabilidad del Estado.

Tiempo de lectura: 2 minutos

Rocío, una niña de 4 años que había desaparecido este jueves de la casa de su madrina con quien vivía, fue brutalmente asesinada. Su cuerpo fue quemado y sus restos esparcidos en distintos lugares. Los autores serían del propio grupo familiar.

A la conmoción social que produce el brutal asesinato de una niña, se suman desgarradores datos sobre el calvario que vivió Rocío. Fue separada de su mamá desde pequeña porque su papá había abusado de sus hermanas mayores. Ella y su hermana pequeña fueron a vivir con la madrina y su familia. Allí sufrió maltratos, según cuentan vecinos que no se animaron a denunciarlos para evitar conflictos. La nena también habría sido abusada.

Rocío fue claramente abandonada por el Estado. Fue entregada la madrina pero las instancias encargadas de velar por su bienestar, de hacer un seguimiento y de responder ante sus necesidades, no existieron.

El año pasado, ocurrió otro caso similar: una niña de 3 años, llamada Érika, que se encontraba bajo los cuidados del abuelo, también fue asesinada con una brutal golpiza. Estaba desnutrida y presentaba lesiones de larga data. Este antecedente ni siquiera fue tomado por los jueces de familia y la secretaria de Niñez, Adolescencia y Familia para agrandar la planta de trabajadores y para dotarse de recursos para asistir a las familias. Buscaron echarle la culpa a los trabajadores precarizados de la dirección de familia, abarrotados de casos y que ni siquiera tienen vehículos para hacer las visitas.

En el contexto de la pandemia, donde se alteraron el funcionamiento de la escuela, centros de salud y comedores, instancias donde se podían alertar estas situaciones, esta política es claramente criminal.

El asesinato de Rocío muestra una vez el profundo desamparo de la niñez como resultado de un régimen social que condena las familias trabajadoras a la miseria, a la marginalidad y a la descomposición. El Estado abandonó a Rocío como lo hizo con Erika. La lucha por justicia para Rocío plantea la necesidad de la organización en las barriadas y el combate a toda forma de degradación de la vida. Pongamos en la organización comités barriales que, apoyados en asambleas y de manera independiente, se organicen para imponer los reclamos de los vecinos contra la violencia institucional, los abusos y maltratos intrafamiliares y por la salud, contra el hambre y la desocupación.

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