Residentes y concurrentes volvimos a las calles

Escribe Julián Asiner

A seguirla para derrotar las maniobras dilatorias del gobierno porteño.

Tiempo de lectura: 4 minutos

Horas después de que la asamblea de residentes y concurrentes de CABA había anunciado una movilización denunciando la postergación de reuniones por parte del Ministerio de Salud porteño, los funcionarios del gobierno de Larreta se apresuraron a comunicarse con representantes del movimiento para ponerle fecha a la cita. La reunión se realizó finalmente este lunes 17, y tuvo como marco una movilización de centenares de jóvenes profesionales de la salud que acudimos para exigir que se cumplan los compromisos asumidos por el oficialismo tras la lucha de diciembre. En ese entonces, el paro y las movilizaciones de residentes y concurrentes lograron frenar la ley precarizadora que el gobierno de Larreta había pactado con la burocracia de la Asociación de Médicos Municipales (AMM) y buena parte de los legisladores de la oposición peronista. Sin embargo, un conjunto de reivindicaciones urgentes del movimiento quedó sin resolver.

Los reclamos

Tras una serie de negociaciones, quince delegadxs de diferentes hospitales logramos ingresar a la reunión con el subsecretario de Planificación Sanitaria, Daniel Ferrante, y el nuevo director general de Docencia, Investigación y Desarrollo Profesional, Gabriel Villa Monte. Allí expusimos la situación límite que vivimos en nuestras sedes, donde lxs residentes no sabemos muchas veces cuándo arranca nuestra jornada laboral y cuándo termina, nos vemos obligadxs a realizar tareas que no nos corresponden y recibimos sueldos que apenas superan una canasta de pobreza. Denunciamos que, en especialidades como Clínica Médica o Cirugía, nuestrxs compañerxs trabajan 100 horas semanales durante los primeros años, violando incluso las propias normativas del Ministerio que no permiten más de 64. Expresamos nuestra férrea voluntad de dejar de ser la mano de obra barata, todoterreno, de la cual se valen los sucesivos gobiernos para cubrir el vaciamiento de la salud pública.

El tema del salario fue un eje de la reunión, cuando la paritaria está vencida desde diciembre y venimos de perder un 20% del sueldo en los últimos dos años. Si lo comparamos con el dólar, el poder adquisitivo se fue a menos de la mitad. Ni hablar de la situación impostergable de lxs concurrentes, que no cobran un peso por su labor y ni siquiera tienen derecho un plato de comida y a contar con ART u obra social. Lejos de constituir casos aislados, se trata de 1.440 compañerxs que tienen a su cargo el funcionamiento de servicios de salud enteros, como ocurre en salud mental. Sobre las super-extensas jornadas de trabajo, refutamos la idea, muy extendida, de que “cuantas más horas estás en el hospital, más aprendés”. La realidad es que esas horas se pierden en la realización de un sinfín de tareas propias de cargos de guardia, enfermería, camilleros, administrativos, etc., que el gobierno no designa.

Un reclamo no menor fue el de la continuidad laboral. Al terminar los tres o cuatro años de residencia, lxs profesionales de la salud quedamos en la calle. Eso obliga a buscar otros trabajos parciales, recargando aún más las ya extenuantes jornadas laborales, que sirven como refugio cuando la residencia llega a su fin. Bien mirado, el desentendimiento del gobierno porteño acerca de nuestro futuro profesional constituye un monumental subsidio a la salud privada, cuyas clínicas y hospitales terminan absorbiendo a una mano de obra altamente calificada sin invertir en su formación.

La respuesta

Los funcionarios del gobierno no hicieron más que lamentarse de las grandes deudas del sistema de salud. Ferrante contó las penurias que sufrió cuando fue residente, buscando naturalizar una situación que, por crónica, no significa que no haya sido perpetuada bajo su gestión como subsecretario de Planificación Sanitaria durante los últimos cuatro años. Acordó con nosotrxs en que la situación extrema que atravesamos residentes y concurrentes no es más que un emergente de la crisis del sistema de salud. Lo hizo, sin embargo, al solo objeto de explicar la necesidad de involucrar a “todos los actores” en las soluciones, ofreciendo la conformación de una “mesa de trabajo” con las burocracias sindicales, los legisladores que habían redactado la ley de diciembre y otros sectores como las autoridades de la UBA, todos absolutamente ajenos (y hostiles) al movimiento de residentes y concurrentes.

Ante nuestra insistencia, los funcionarios debieron comprometerse a convocar a una nueva reunión con lxs representantes de la asamblea, cuya fecha será informada antes de este viernes, para dar respuesta a los tres principales reclamos: la recomposición del salario para que alcance al costo de la canasta familiar, la reducción de la jornada de trabajo y el otorgamiento del salario y todos los derechos laborales para lxs concurrentes.

Asamblea y plan de lucha

En las puertas del Ministerio, la asamblea de residentes y concurrentes debatió los pasos a seguir. Valoramos positivamente la reunión que arrancamos con la movilización, que nos permitió poner nuestros reclamos en la agenda. Hubo coincidencia en la necesidad de continuar y profundizar el plan de lucha, a sabiendas de que el gobierno de Larreta trabaja a diario por el desmantelamiento de la salud pública. Así caracterizamos al avance del 5x1 en salud mental, el ninguneo a enfermería y la cuotificación de la cláusula gatillo para dilatar la paritaria 2020. Por caso, sabemos que un aumento salarial para lxs residentes impactaría negativamente en el negocio de medicina privada, que se vería obligada a reconocer cifras similares a sus trabajadores. El ajuste a la salud pública no es un “mal histórico”, sino una política consciente en la cual el gobierno se esmera cotidianamente para apuntalar el desarrollo de la salud privada.

A partir de estas consideraciones, se votó convocar a una nueva movilización para acompañar la próxima reunión con el gobierno. También se resolvió parar y movilizar el próximo lunes 2 de marzo junto a enfermería, la asamblea de salud mental y los municipales autoconvocadxs, cuando se reinicien las sesiones en la Legislatura porteña. Se votó participar activamente de los preparativos para el 8M, siendo que lxs profesionales de la salud somos quienes estamos al pie del cañón a la hora de defender la autonomía de las mujeres para decidir sobre su propio cuerpo y ejercer el derecho a practicar una interrupción legal del embarazo en condiciones seguras, sin interferencia de jueces ni de curas. El aborto legal, seguro y gratuito es también nuestra bandera.

El movimiento, que ya demostró su fuerza en diciembre, tiene ahora el desafío de seguir creciendo para transformar sus reclamos en realidad. ¡A organizar asambleas por hospitales y centros de salud para ratificar el plan votado y llamar a todxs lxs trabajadores de salud a unificarnos en esta lucha!

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