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Este 5 de julio se cumple un año del fusilamiento de Brandon Romero, de siete disparos, a manos de un subteniente de policía de la provincia de Buenos Aires. Pedro Arcangel Bogado vació el cargador (11 tiros) invocando la legítima defensa. Asegura que Brandon “se le tiró encima”. Sin embargo, la autopsia demuestra que el primer impacto de bala lo recibió cuando se encontraba a casi media cuadra de distancia, por la espalda y desarmado. Es un típico caso de gatillo fácil.
En Argentina, un pibe es asesinado cada 19 horas a manos del aparato represivo, más de 8.000 casos desde la caída de la dictadura genocida. El hilo conductor de la impunidad, amparada por el Estado, se continúa en los aparatos de la Justicia. En la causa judicial de Brandon, el Ministerio Público a través del Fiscal Alejandro Pellegrinelli argumentó que el accionar del policía asesino fue “adecuada, completa y exhaustiva” y pidió su sobreseimiento.
Sin embargo, la impunidad de los policías y fiscales no pudo perpetuarse por la movilización de los familiares de Brandon -un año de crudas luchas- y el apoyo de un grupo importante de activistas de DDHH y grupos políticos. Esta fuerza organizada, logró que el juicio de instrucción se elevará a juicio Oral Público, y así, se abre un nuevo escenario de disputa política con el aparato represivo del Estado.
Este 5 de julio marchamos contra la impunidad de gatillo fácil y por la bronca de los jóvenes contra un sistema que no les presenta ninguna perspectiva.
Justicia por Brandon Romero. Cárcel común y perpetua a Pedro Bogado. Juicio y castigo a los encubridores. Abajo la impunidad del aparato represivo.