Salud pública y privada: la lucha por el salario la ganamos en la calle

Escribe Tribuna de Salud (Tendencia) CABA

Vamos por una huelga y un plan de lucha unificado.

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Con una paritaria que sigue empantanada, el sindicato de la Sanidad convocó a un paro de 24 horas para este jueves 29 de julio. La burocracia de Daer llama al paro para negociar un aumento en cuotas del 45%, a la espera de que las prepagas arreglen con el gobierno un tarifazo contra la población.

Sin embargo, pese a las idas y vueltas de la cúpula del gremio con funcionarios y empresas, el paro de la semana pasada fue contundente. ATSA convocó a parar solo 4 horas por turno, pero en el Británico, Italiano, Dupuytren, Español, Clínica Santa Isabel y Sagrado Corazón, entre otros, los trabajadores se las ingeniaron para organizar cortes de calles con movilizaciones numerosas. Aprovechando las fisuras de la crisis gobierno-prepagas-burocracia, los trabajadores de la salud tienden a convertirse en los verdaderos protagonistas de la lucha por el salario.

Por el lado de la salud pública, el Hospital Garrahan votó un nuevo paro de 24 horas para este miércoles 28, tras varias jornadas de lucha y de denunciar aprietes de las autoridades y la burocracia sindical. Los trabajadores rechazan el 35% en cuotas que firmaron UPCN, Sutecba y ATE y exigen un aumento del 50% en una sola cuota. Con sus paros y movilizaciones, ya lograron que las autoridades del hospital se avengan a adelantar alguna de esas cuotas, con el único objetivo de apaciguar al movimiento. Pero los trabajadores se mantienen firmes e irán a una nueva jornada de paro por un mínimo igual a la canasta familiar y la sanción de un régimen de insalubridad para el hospital. En esta misma línea, el jueves 29 los trabajadores del Moyano realizarán un ‘semaforazo’ y una asamblea de residentes del Ramos Mejía votó organizar un paro, que bajo la presión del PO oficialista transmutó en una ‘jornada’ con acciones locales.

Hasta el momento, la burocracia de Médicos Municipales evitó ponerle un porcentaje al reclamo de la salud pública y parece dispuesta a firmar el 40% en cuotas que el gobierno de Larreta cerró con Sutecba para todos los municipales. Pero la crisis en la paritaria privada y la lucha que viene creciendo en los privados y en el Garrahan pone en aprietos a Gilardi y compañía. A pesar de la pasividad de la “opositora” Lista 10, alineada con el gobierno nacional, el reclamo por el salario y por la liberación de las licencias se viene sintiendo con fuerza en los hospitales porteños. El gobierno de Larreta hundió el salario de un profesional ingresante al nivel de la línea de pobreza, y al mismo tiempo se niega a concederle su derecho a licencia mientras descarga sobre él el peso completo de la pandemia, al promover un retorno de la presencialidad que incluye el desmantelamiento de las burbujas escolares y de las medidas de protección más elementales.

Los trabajadores y profesionales de la salud ponemos el cuerpo frente al Covid, pero las burocracias sindicales diluyen nuestra fuerza y nos subordinan a las prioridades de gobiernos y patronales. Así tenemos el cierre de centenares de cargos de concurrencias, miles de renuncias en enfermería y salarios que se disuelven por una política que, en plena crisis sanitaria, se mantiene atada a los dictados del FMI y los acreedores de la deuda. El resultado es una salud pública desvencijada, de un lado, y una “industria de la salud” que parasita de los fondos públicos y de los aportes obreros, del otro. En ambos subsistemas la regla es la precarización extrema de sus trabajadores, mientras los gobiernos esperan que sean nuestras espaldas las que banquen su política aperturista – cuando la variante Delta ya circula en la Argentina y las segundas dosis siguen sin aparecer.

Para ponerle fin a esta situación necesitamos asambleas en los hospitales tanto públicos como privados. Podemos conquistar el 50% en una cuota y un mínimo inicial igual a la canasta familiar, hoy en 140 mil pesos, con la condición de que marchemos a una huelga y un plan de lucha unificado, con paros progresivos y movilizaciones conjuntas. El camino ya lo marcaron los autoconvocados en Neuquén, con una huelga por tiempo indeterminado que triunfó al lograr el apoyo de toda la población. La coordinación es fundamental porque, ante un problema general como el salario, la salida no puede ser sectorial; mucho menos supeditarse a los intereses de la medicina privada. Al desquicio de la tríada gobiernos-prepagas-burocracia, Tribuna de Salud Tendencia y nuestros candidatos en las listas de Política Obrera le oponemos la defensa de un sistema de salud único y estatal, dirigido por representantes electos por los trabajadores.

El desafío de la hora es ganar la calle para vencer en la batalla por el salario. Pongamos en pie una coordinadora inter-salud, que nos permita articular la lucha de públicos y privados y unificar nuestra fuerza.

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