Ctera: el servilismo en 6 puntos

Escribe Analía Pascual

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El pomposo comunicado que sacó Ctera el 19 de agosto en relación a la paritaria nacional es un decálogo de entregas en 6 puntos. En primer lugar plantea que el salario “se elevará un 45,5%”. En los hechos implica que el salario docente llegará en diciembre (a cobrar en enero) a $40.000 cuando la línea de pobreza fue de $67.577 ¡...en julio! Los que hace 5 años cacareaban “ningún docente por debajo de la línea de pobreza” hoy celebran un salario mínimo de $28.000 por debajo de aquella.

En segundo lugar plantean que “los salarios tienen que estar 5 puntos por encima de la inflación”. Esto, que no deja de ser una expresión de deseo porque la inflación proyectada supera el 50% anual, es, sobre todo, una confesión de parte: 5% es el aumento salarial real que reclaman Alesso y Baradel; las cifras que equiparan la inflación no son aumentos, simplemente mantienen el poder adquisitivo del salario. ¿A quién le preguntó Ctera si los docentes queríamos un 5% de aumento? A nadie. Lo que corresponde es un salario igual a la canasta familiar, hoy por arriba de los $120.000, lo que implica un aumento del 300%.

El comunicado retoma el lamento de “no perder contra la inflación” en relación a los jubilado. Es decir, renuncian al aumento de las jubilaciones y, en el siguiente punto, reivindican las cifras en negro de Fonid y Conectividad que, entre otras, no van a los jubilados y profundizan la disociación de sus salarios con el de los docentes en actividad. El item de conectividad es lo que antes recibíamos en concepto de material didáctico. Difícil contratar un servicio de internet por $700 pero el objetivo de la mención es otro: ocultar que el gobierno les negó a estudiantes y docentes el insumo elemental para sostener la educación en pandemia. Lejos de reivindicar cifras miserables y en negro, el reclamo de la docencia es dispositivos y conectividad gratuitos para estudiatnes y docentes, todo el salario al básico.

En relación a los protocolos, el comunicado de Ctera pide al gobierno nacional que “interceda” en CABA y en Mendoza para que se cumplan. Omite que la flexibilización de los protocolos es la regla a nivel nacional. En provincia de Buenos Aires por caso, la mayoría de las escuelas no tienen condiciones para estar abiertas debido a problemas de infraestructura, falta de estufas, de auxiliares, etc. En algunas escuelas la jornada extendida se aplicó mucho antes de que el propio Kicillof flexibilizara el Plan Jurisdiccional y se habla de convocar a los cursos completos: las burbujas por aula de Larreta que, por otra parte, ya se aplican de hecho convocando a más estudiantes de lo que el aforo permite por apriete de los Inspectores. Todo esto, con la complicidad de la burocracia sindical que sigue defendiendo protocolos que ni se cumplen ni inmunizan. La inminencia de la tercera ola, la cepa Delta más contagiosa y un esquema de vacunación incompleto refuerzan la vigencia de la lucha por la educación en la virtualidad en defensa de la vida y la salud.

Por último, el comunicado le solicita al Ministerio de Educación de la Nación que “intervenga en los conflictos provinciales”. La Ctera reclama que el lobo cuide las ovejas. Lejos de invitar a reforzar el polo patronal (que en el caso de Chubut, se trata incluso del mismo frente político) lo que una central sindical docente debe hacer es reforzar el polo obrero convocando a una plan de lucha nacional por el triunfo de la huelga docente en Salta y Chubut y por todas las reivindicaciones de la docencia empezando por un salario igual a la canasta familiar y el rechazo a la presencialidad en pandemia. La total integración al Estado por parte de la Directiva sindical Celeste plantea la vigencia de recuperar los sindicatos para los trabajadores.

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