Luis Juez, un oscurantista contra los artistas

Escribe Eugenia Cabral

Tiempo de lectura: 3 minutos

Luis Juez, flamante ganador en Córdoba de las PASO contra Mario Negri, como precandidato a senador nacional de Juntos por el Cambio, representa una de las corrientes más oscurantistas del culto católico, el Sedevacantismo. Si te gustan las historias de terror, leé lo que sigue.

A la derecha del obispo Lefebvre

Durante su gestión como intendente de Córdoba (2003-2007), Luis Juez logró un récord político burgués: concretar la mayor y más implacable censura y represión de artistas del periodo democrático abierto en 1983. Claro, quien lo vea por tevé exagerando la tonada cordobesa para adornar con chistes su discurso político no podría imaginar su alianza con una secta católica de ultraderecha, pero tan ultra que ni siquiera está dentro de la iglesia vaticana. Los hermanos Espina, de origen español y asentados en Argentina -desde que su padre vino de embajador apoyando la “Revolución Libertadora” de 1955-, son la cabeza del Sedevacantismo, corriente que desconoce a los papas desde Juan XXIII y el Concilio Vaticano II, por sus reformas eclesiásticas en cierto grado progresistas, y considera que la sede del Vaticano “está vacante” pues la ocupa un antipapa. Ni siquiera el obispo Marcel Lefebvre, reaccionario por antonomasia, había llegado a tanto. En 1996 el cura y abogado Julián Espina (autoproclamado “Esclavo de la Virgen María”) había intentado impedir la proyección de La última tentación de Cristo, de Martin Scorsese, en el Rectorado de la Universidad Nacional de Córdoba, sin alcanzar su cometido. El Sedevacantismo tuvo que esperar hasta que Luis Juez lo autorizara a censurar y reprimir.

El “Martillo de los herejes”… en el siglo veintiuno

Siglo 17: Giordano Bruno y Galileo Galilei padecen la Inquisición en procesos dirigidos por el cardenal Belarmino, “el martillo de los herejes”. Siglo 21: Belarmino resucita en el poder de Espina-Juez.

En diciembre de 2004 la muestra “Navidad, 10 artistas, 10 miradas”, organizada por la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Córdoba, incluye una obra de Roque Fraticelli con la figura de la Virgen María siendo penetrada en su vientre por el pico de una paloma. Las hordas oscurantistas de los Espina invaden el Cabildo Histórico de la Ciudad y consiguen el cierre de la exposición. Días después, durante una gran manifestación -frente al Cabildo- de artistas, escritores, intelectuales, los sedevacantistas irrumpen a cadenazos, golpes de puño y patadas contra los manifestantes, portando una Virgen María. La muestra nunca se reabrió.

En 2005, el Concejo Deliberante de Córdoba debía discutir la renovación de los contratos de las empresas proveedoras del mobiliario urbano. El grupo Urbomaquia, cuyas obras de contenido social y político se instalaban en espacios públicos, creando gran interés por su calidad artística, decide escribir una frase sobre los tachos de basura de la peatonal: “Hay mundo por poco tiempo”. Un vecino, “indignado”, avisa a la policía y a Cadena 3. Las artistas son detenidas y pasan varias horas en la comisaría. La denuncia penal es por vandalismo. 48 horas después, la tevé muestra al “vecino indignado” recibiendo la distinción de Ciudadano Destacado que le otorga el intendente Luis Juez…

El 6 de junio de 2007, el Centro Cultural España Córdoba, organismo dependiente de la Municipalidad y del Consulado, iba a inaugurar una muestra del dibujante y músico Alfonso Barbieri. Espina ya había cuestionado a La Voz del Interior la reproducción “sin censura previa” de ciertos dibujos de Barbieri al anunciarla. Las imágenes “herejes” claman contra la alienación social. Hay un Cristo crucificado por el teléfono, el automóvil, el televisor, la bebida alcohólica y la vivienda privada. La secta liderada por los Espina, sumando a “barrabravas” del Club Belgrano, un cura con acento extranjero y niños y adolescentes utilizados como escudo humano, solicita al director del CCEC “parlamentar” con Barbieri, pero en vez de ello arrasa el edificio destrozando vidrios, puertas y los cuadros ya colgados en la sala de arte, ante el terror de los empleados y el público. Barbieri, a quien buscan para golpearlo, se protege en un sótano. La noticia recorre los medios nacionales y el artista acepta integrar una mesa contra la censura con el Partido Obrero, en la cual participé.

Ni olvido ni perdón

El chistoso político Luis Juez, ahora en “Cambiando Juntos”, versión cordobesa de Juntos por el Cambio, en nada va a cambiar con respecto al oscurantismo religioso, el racismo, la xenofobia y el machismo. Trató de mugrientos a los ecuatorianos mientras él mismo era titular de la embajada argentina en… Ecuador. Votó contra la ley de interrupción voluntaria del embarazo ¡y a su propia hija extra matrimonial, nacida de una mujer habitante de un barrio muy pobre, la abandonó y -citado por la Justicia- se negó a someterse al examen de ADN! Solo la asistió tras un fallo judicial adverso, pero jamás se vinculó con ella afectivamente. El segundo de su fórmula, Rodrigo de Loredo, también proviene de la derecha católica. Socio en el estudio jurídico de su suegro, Oscar Aguad (alias “el milico”), de Loredo gestionó el ARSAT entre 2015 y 2018, mientras Aguad era Ministro de Comunicaciones de Mauricio Macri… El capítulo “corrupción juecista” llevaría muchas páginas. Igual, no os preocupéis: si el chiste es firmarle un acuerdo al FMI, Junto con el Frente de Todes, para precarizar hasta la servidumbre a los trabajadores, lo va a hacer. Pero los artistas y los trabajadores de la cultura de Córdoba no olvidamos ni perdonamos su oscurantismo religioso, su fascismo.

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