Tiempo de lectura: 2 minutos
Clarín (21/09) anticipa que “en la Jefatura de Gabinete hay un borrador de DNU (Decreto de Necesidad y Urgencia) que, si es firmado por el presidente Alberto Fernández, los trabajadores desocupados-mujeres entre 55 y 59 años y varones entre 60 y 64 años, con treinta años de aportes ingresados en la Seguridad Social-podrán jubilarse con el 50 o 80% (según lo que finalmente se decida) del haber que le corresponde. Y cuando alcancen la edad jubilatoria (60 años las mujeres, 65 años los varones) pasarían a cobrar el 100%.”
Al jubilarse anticipadamente tendrán cobertura médica del PAMI y en caso de fallecimiento del titular, el derecho de pensión del cónyuge. Son los conocidos como “jóvenes para jubilarse pero grandes para trabajar”. Se calcula que serían unos 33.000 los beneficiados con este DNU. Del otro lado de la moneda están los que tienen la edad para jubilarse pero les falta años de aporte para completar los 30 requeridos.
En la Cámara de Diputados, por otra parte, hay proyectos de Mirta Tundis (diputada oficialista) y de Alicia terrada (diputada opositora) relativos a reflotar la Prestación Anticipada por Desempleo (PAD), similar a la ley Nª 25.594 sancionada en enero del 2005 y vigente hasta el 2007. En esa fecha accedieron a la PAD 54.000 beneficiados. Tenían derecho a cobrar la mitad del haber que les correspondería cuando llegasen a la edad de jubilarse. Cumplidos los 60 y 65 años, hombres y mujeres respectivamente, pasaban a cobrar la jubilación completa. Pero a diferencia de aquella ley, estos proyectos plantean que la PAD sea incompatible con la percepción de otra pensión graciable o no contributiva, jubilación, planes sociales de cualquier tipo, retiro civil o militar, realización de actividades en relación de dependencia o por cuenta propia. Otro requisito es una evaluación socio-patrimonial previa al beneficio con el objeto que llegue a los sectores de bajos ingresos.
Las versiones en danza son un “parche” frente al derrumbe social motorizado por las reformas previsionales de “Todos” y “Juntos”, que han convertido a la jubilación en una miserable “pensión a la vejez”, y con una CGT que le da la espalda a los jubilados y pensionados. Actualmente más del 60% cobramos la indigencia de $ 26.000, cuando el costo de la canasta familiar es de $ 130.000.
En nuestro país, más del 50% de los trabajadores no se va a poder jubilar, como resultado del trabajo en negro y los despidos.
Después de las elecciones de noviembre un nuevo ataque se prepara contra los jubilados y pensionados, comenzando por la elevación de la edad jubilatoria. Es materia de negociación con el FMI. Los bloques de las dos coaliciones mayoritarias levantarán sus manos en el Congreso para admitir el pago imposible de cumplir de 400 mil millones de dólares de esta deuda usuraria, a expensas del trabajo y las jubilaciones.
Ningún jubilado debe ganar menos de la canasta familiar hoy, en $ 130.000, como haber mínimo. Fuera el FMI. No al pago de esta deuda usuraria. Por un congreso nacional de trabajadores ocupados, desocupados y jubilados que debata una salida a esta crisis.