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El próximo lunes 27 comenzarán las elecciones de centro de estudiantes en la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), y el martes 28 las de los consejos departamentales y el superior. Se votará hasta el viernes 1 de octubre. En ambas estará presente la UJS - Partido Obrero (Tendencia), que impulsa la lista 2018 “Por la unidad de los estudiantes”.
Vamos defender consejeros y secretarías para seguir organizando la lucha contra la privatización y las reformas educativas que promueve el FMI y lleva adelante el rectorado de la universidad, con el aval y los votos de “La Juana Azurduy”, actual conducción del centro de estudiantes.
Es la primera elección en dos años, desde que comenzó la pandemia. En 2020, tanto la gestión como “La Juana” se extendieron el mandato a sí mismas. Estas elecciones serán presenciales, mientras que el grueso de los estudiantes continúa cursando de manera virtual. Por lo tanto, la concurrencia a las urnas dependerá de la movilización política del estudiantado.
Tanto la gestión universitaria como “La Juana” han buscado que la elección transcurra en el más completo sigilo. Han operado para que medien apenas siete días entre la oficialización de listas y la apertura de las urnas. Al tiempo, existirá una veda total durante los comicios. Nosotros nos hemos plantado ante esta tentativa. Reclamamos, en primer lugar, que exista un debate de todas las listas involucradas en el proceso electoral que fue aceptado y realizado, finalmente, el jueves 23. Se debatieron diversos tópicos relacionados a la educación en pandemia, la situación política nacional y la universidad y las propuestas y perspectivas de cada lista.
Por otra parte, hemos recibido una solidaridad muy extendida de la docencia universitaria que ante nuestro pedido de ingresar a las cursadas virtuales han respondido de manera satisfactoria y hasta felicitando nuestra iniciativa de ir en busca de todos los estudiantes en este contexto. Una clara diferenciación con la camarilla universitaria que ha negado todo medio para garantizar un debate entre estudiantes y entre los diversos claustros que componen la universidad.
En el debate público de candidatos, participaron todas las listas. De nuestra parte, desarrollamos a fondo nuestro planteo respecto al ataque que el FMI prepara para las universidades como requisito para firmar un acuerdo con gobierno, en sintonía con las reformas previsionales y laborales. Desnudamos la complicidad de “La Juana” y Franja Morada (reciclada bajo “Estudiantes por UNQ”), enroladas en coaliciones políticas cuyos diputados y legisladores aprobarán en el Congreso el acuerdo colonial y en la universidad intentarán desarticular cualquier lucha estudiantil. El resto de la izquierda -“Unidad de la Izquierda”, integrada por el FIT-U, y la lista del Nuevo MAS- se limitó a reiterar su campaña a nivel nacional, denunciar a Manzur como “antiderechos” y, en el caso del NMAS, defender furiosamente el retorno a las aulas.
Nuestra lista se destacó con el eje en luchar contra la privatización de la UNQ y las reformas educativas, ligando estos planteos con la necesidad de un nombramiento docente masivo para garantizar la cursada del conjunto de los estudiantes, la lucha por el sostenimiento de los miles de estudiantes expulsados por la ausencia de soportes en materia de conectividad y computadoras, básicos para sostener la cursada virtual en el contexto de la pandemia. Señalamos que todas estas reivindicaciones provendrán de la deliberación y la acción directa, es decir, de las asambleas y el debate con los estudiantes para hacerse de sus propios espacios de organización
Nuestra conformación como lista defiende desde su nombre y número de lista la rebelión educativa del 2018, toma como bandera los métodos históricos del movimiento estudiantil y el movimiento obrero así como la unidad obrero-estudiantil.
La próxima semana continuaremos, bajo las limitaciones que impone una veda total durante el proceso electoral, el desafío por transformar esta campaña en posiciones de lucha para seguir organizando la lucha contra el régimen de las patentes, la privatización y las reformas educativas.