A 1 año del femicidio de Paola Tacacho: reclamo de justicia y por la destitución de Pisa

Escribe Alejandra del Castillo

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Este sábado 30 de octubre se llevó adelante una importante jornada de lucha con motivo de cumplirse un año del femicidio de Paola Tacacho. La marcha recorrió el lugar donde la joven docente de inglés fue atacada mortalmente y llegó a Casa de Gobierno donde se escucharon las palabras de su mamá, Mariela Tacacho. Hubo también intervenciones artísticas. En los días previos se realizaron distintas actividades y, durante la misma mañana del 30, se pintó un mural.

Se escuchó fuerte el reclamo de justicia y la denuncia sobre la responsabilidad del Estado. El caso de Paola pinta de cuerpo entero el calvario que sufren las víctimas de violencia de género, el que se agrava cuando están implicados hijos del poder. En este caso, las más de 20 denuncias que realizó no prosperaron por la mano del hermano del femicida, Ronald Parada Parejas, un importante empresario vinculado al poder político.

Si bien en el banquillo de acusados está todo el régimen político -fiscales que cajonearon las causas, funcionarios de distintas dependencias que miraron para un costado y el propio gobierno por sus vínculos con el hermano del femicida- en esta instancia de la lucha el reclamo está puesto en la destitución del juez Pisa. Este magistrado, que tuvo en sus manos la posibilidad de llevar a juicio una de las causas, resolvió sobreseer al acosador- -luego femicida- en nombre que era un gasto innecesario para la Justicia y que no había suficientes pruebas.

Pisa no es cualquier juez: es el oyarbide tucumano, y ya intentó ser rescatado por el propio Manzur. Pese a que había distintos pedidos de juicio político y que la movilización popular, luego del femicidio de Paola, apuntaba contra él, el gobernador le firmó la renuncia condicionada a la jubilación de privilegio. Por cuestiones administrativas Pisa no pudo concretar el retiro y en el medio de la interna del gobierno, entre Manzur y Jaldo, previa a las Paso, este último dio luz verde para que pase el juicio político.

Ahora con el acuerdo de gobernabilidad entre Jaldo y Manzur, la destitución de Pisa es una brasa caliente que el gobierno debe resolver. En cualquier variante, el problema debe ser colocado en el campo de la movilización popular porque el régimen político provincial es incapaz de dar una salida a los femicidios y a la violencia de género. Son las propias instituciones del Estado las que entregan a las mujeres a los femicidas. Para sacar a todos los pisa hay que preparar una lucha de conjunto para remover el régimen.

En este cuadro cobra importancia la jornada que se preparó con motivo del primer aniversario del femicidio de Paola y resulta de vital importancia mantener la movilización por la destitución de Pisa.

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