Laura Radetich tiene el derecho de volver a su puesto docente

Escribe Mariano Hermida

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El diario Clarín publica, en su edición del domingo 31, una columna firmada por Fabian Debesa, quien vuelve a apuntar contra la docente Laura Radetich del distrito de La Matanza, acusada de “adoctrinamiento”. Así fue calificado un episodio ocurrido en el marco de una clase en la Escuela Técnica N° 2 de ese distrito, a mediados de agosto pasado. En las escuelas privadas del clero, sin embargo, un adoctrinamiento real tiene lugar todo el día y a toda hora, sin que nadie abra el pico, en especial los medios adversarios de Clarín. El episodio consistió en una reacción virulenta de la docente ante el planteo macrista de un alumno en edad para ejercer el derecho al voto.

El articulista advierte que la docente, al día de la fecha, no se encuentra formalmente sancionada por las autoridades educativas y que continúa cobrando su salario. La sanción, sin embargo, se produjo de hecho. Kicillof instó a la Dirección General de Escuelas a desvincular a la docente de su actividad y a proceder a una investigación. No se conoce ninguna sanción ni “investigación” en curso sobre el mayor de los “adoctrinamientos” que se imparte en la provincia: aquel que se produce en las escuelas confesionales y privadas sostenidas con subsidios millonarios del Estado. Allí se priva a los niños del derecho a una Educación Sexual Integral, por ejemplo, pero también a los docentes, que tienen vedada la libertad de cátedra. Bajo amenaza de despido permanente, deben planificar la “línea” de contenidos que dicten sus empleadores.

La plana mayor de Juntos por el Cambio ha iniciado una causa penal contra la docente. El adoctrinamiento, por parte de los docentes de la escuela pública, es casi una obligación que tienen como pedagogos. La escuela está asediada, desde adentro y afuera, por la miseria social y por el sabotaje político y económico para coaccionar a un acuerdo con el FMI. El docente debe responder a las inquietudes de los alumnos por esta situación, y hasta despertar esas inquietudes en ellos, cuando no se ven conminados a hacerlo a la vista de las dificultades sociales crecientes de los pupilos. Obviamente, debe seguir para ello un método mayéutico –el diálogo, la reflexión, incluso la polémica, para arribar siempre a conclusiones o divergencias comunes. La condena al debate político escolar, bajo la figura de "adoctrinamiento", cancela los derechos democráticos, y convierte al ciudadano en súbdito, aunque no exista un régimen señorial.

La denuncia de politización de la escuela puso a Todes en aprietos, porque es incapaz de defender la democracia cuando ésta es denunciada como "subversiva". Recurrió, para salir del apuro, a su arsenal de cobardías, y apretó a la docente para que solicitara una licencia médica. Fue acompañado en esta maniobra por sindicalistas K y no K. Suteba renunció a defender a una afiliada sindical contra el Estado, estando en los dos lados de esta grieta inédita. Ha dejado al Sindicato en una posición vulnerable ante el ataque de los enemigos de los trabajadores y del laicismo. En lugar de esto, tendría que habe defendido la obligación de la docente a responder a planteos políticos. La crítica al método destemplado de la respuesta debió hacerse en el marco sindical, con el propósito de elevar la calidad de la politización escolar. La posición de Baradel ha sido reaccionaria y anti-sindical.

La sanción “disciplinaria” fue ejecutada por medio esa "licencia médica" innecesaria. La conducción provincial de SUTEBA optó por “preservar a la docente” (La Nación, 3/9), sacándola de circulación. Baradel avaló la salida “decorosa”, para no llamar a ninguna lucha contra el malón reaccionario. En realidad, al que “preservó” fue al gobierno de Kicillof. En el SUTEBA Matanza, una asamblea que contó con la presencia de más de 300 participantes, aprobó por unanimidad un comunicado de solidaridad con Laura Radetich, por parte de la Directiva seccional. No denunció, sin embargo, el pedido de "licencia médica", como un acto de coacción del Estado a esta docente y contra todos los docentes. Los miembros de nuestra Tendencia presentes en la asamblea, no advirtieron el límite político enorme del planteo de "solidaridad," incluso cuando habían denunciado esa coacción en las publicaciones de Política Obrera. Los sindicatos deben combatir cualquier castigo punitivo contra los trabajadores por sus opiniones, Las conductas de los compañeros deben ser resueltas en el ámbito sindical, mediante un debate pedagógico y político.

El alumno de orientación macrista ha decidido no retornar a ese colegio, de acuerdo a la información de Clarín. La compañera Radetich hará lo que crea mejor cuando venza su licencia. Nuestra corriente defiende, en forma incondicional, el derecho a retornar al aula de la que fue separada.

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