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La interna de la CGT por la renovación de autoridades ha tomado características de un cambalache. En las últimas semanas se conjugaron esquemas de la futura conducción que se derrumbaban apenas llegaban a las páginas de los diarios. Detrás de estas idas y venidas, alianzas y rupturas, roscas y acuerdos, asoma la disyuntiva que enfrenta la burocracia para posicionarse frente crisis del régimen político. El ‘golpe blando’ contra el gobierno, que hasta hace poco se adjudicaba al macrismo, ha vuelto al ruido político, pero esta vez promovido desde el peronismo. Los ataques de Fernández ‘a los cordobeses’ apuntarían a esa dirección.
El último trascendido, que pretende ser definitivo, conformaría la dirección de la CGT con un triunvirato integrado por Héctor Daer, Carlos Acuña y Pablo Moyano. Este esquema dejaría afuera al jefe de la UOM, Antonio Caló, que amenaza con romper la central y puja por desplazar a Acuña, representante de la fracción “disidente” de Barrionuevo, o a convertir el triunvirato en un cuarteto.
El desplazamiento de Caló de la conducción de la CGT es revelador. Según Clarín, “una razón por la que marginan a Caló de la futura conducción de la central obrera peronista es su perfil político. Últimamente se muestra muy alineado con la Casa Rosada y en la CGT pretenden mostrar autonomía del Poder Ejecutivo”. La “autonomía” que busca la CGT no consiste en una independencia política del Estado. La crisis del armado de la cúpula de la CGT está relacionada con el alcance que la derrota electoral del gobierno podría tener para su supervivencia. Los operadores del golpismo han lanzado al ruedo la convocatoria de una Asamblea Legislativa, un procedimiento para elegir al reemplazante de los Fernández.
En este cuadro, Caló protagonizó en un predio metalúrgico de la localidad de Pilar un plenario de delegados junto con el gobernador Axel Kicillof, como un acto de campaña en apoyo al elenco oficial del Frente de Todos. Los medios interpretaron este acto de campaña como un apoyo del kirchnerismo a la candidatura de Caló al Consejo Directivo de la CGT. La CGT se ha convertido en uno de los epicentros del desenlace de la crisis política.
El acercamiento de Caló al kirchnerismo acompaña el de otros dirigentes metalúrgicos, como el número dos del sindicato, Naldo Brunelli, de la UOM San Nicolás, que encabezó la lista del Frente de Todos para diputados provinciales en la segunda sección electoral. Fue uno de los pocos cargos de relevancia que obtuvo la burocracia cegetista. La industria metalúrgica sería una de las principales víctimas de una devaluación del peso, acompañada por un aumento elevado de la tasa de interés, como propicia el FMI. La posibilidad de exclusión de Caló de la cúpula dejó trascender rumores de ruptura del líder metalúrgico junto con otros gremios industriales. La burocracia de Smata apoya la postulación de Caló.
La cúpula de la CGT apunta ahora a formar parte de una coalición de gobierno no kirchnerista después del 14 de noviembre. La designación de Manzur como jefe de Gabinete tuvo que ver, entre otras cosas, con sus fuertes vínculos con Héctor Daer, uno de los triunviros de la CGT; ambos son 'empleados' de los grandes laboratorios farmacéuticos.
Este congreso de la CGT se realizará a espaldas de los trabajadores y de las luchas que se encuentra liberado el movimiento obrero. Los trabajadores de OCA están enfrentando los despidos que se llevaron a cabo con la complicidad de la dirección del sindicato camionero. Ni hablar de la lucha de las decenas de miles de desocupados que se movilizan a diario en reclamo de trabajo genuino.
A la disputa de camarillas de la CGT y la crisis del régimen político, oponemos un congreso obrero que delibere por una intervención política autónoma de la clase obrera y por la preparación de la huelga general.