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Tras los tres días de retenciones de tareas y el dictado de la conciliación obligatoria por parte del Ministerio de Trabajo, la patronal ha reiterado, en las reuniones con los delegados, la oferta que llevó al conflicto: $ 20 mil de bono fin de año, $ 20 mil atados a una serie de tareas (TPM) y adelantar el 10% de la paritaria vitivinícola de enero a noviembre. Mientras no afloja en las negociaciones, la empresa empezó a comunicar vacaciones para los meses de marzo y abril, en perjuicio del descanso de los trabajadores con sus familias.
La firmeza en las decisiones y la unidad generada entre los obreros han logrado que la pelea por sus salarios y condiciones laborales se encuentre con mucha fuerza y apoyo de varios sectores del sindicato vitivinicola, en particular de delegados de plantas de la zona norte.
El próximo 18 de noviembre los trabajadores tendrán otra audiencia, y el día 23 finalizarían los plazos conciliatorios, aunque no descartan que la patronal solicite prorroga.
La dureza de la patronal en ceder un mínimo de sus super ganancias llevó a esta situación. Son ellos los principales responsables. En ese marco, los trabajadores están denunciando aprietes del personal jerárquico para con los compañeros que se encuentran contratados por agencia, intentando obligarlos a hacer horas extras para lograr superar el desabastecimiento por los días de retenciones.
Dentro de la planta, los trabajadores sienten que esta pelea van a llevarla hasta las últimas consecuencias, siempre apoyados en sus métodos, los mismos que los llevaron en los últimos años a mejorar sus condiciones laborales: la asamblea es la que manda y así se garantiza la participación y el compromiso del conjunto de la planta.
También es un sentimiento más que presente entre los obreros que, finalizada la conciliación y si no logran sus reinvidicaciones, volverán a las medidas de fuerza que sean necesarias para imponer sus reclamos.
Los trabajadores de Branca, como otros sectores de la clase obrera, dan pelea por salarios o enfrentan ataques a la organización sindical y despidos. Vemos con carácter de urgencia empezar a trabajar en la conformación de un congreso obrero que lleve todas las reivindicaciones del conjunto de la clase obrera y enfrente los intentos de reforma laboral al servicio de las patronales y los ajustes que el nuevo congreso votará de a pedido del FMI, dotándose así de una herramienta propia para esa tarea.