Salta: la variante Delta acecha a la provincia

Escribe Olga Céspedes

Tiempo de lectura: 3 minutos

En lo que va del mes de noviembre, en la provincia de Salta se han triplicado los casos de contagios de Covid-19. De estos, entre un 40 y 50% corresponde a la variante Delta, sumando más de una decena de fallecidos y 206 contagiados con esta cepa. Toda esta amenaza se da por la decisión del gobierno provincial en avanzar a una mayor apertura de las actividades no esenciales. La salud pública se cae a pedazos y la miseria social arrecia.

El informe de Epidemiología de la provincia advierte que ya hay circulación comunitaria con la variante Delta en 12 departamentos. También informa que hay dos departamentos en zona de alto riesgo -San Martín y La Viña- y 13 departamentos en mediano riesgo. El dato de este informe es que la mayoría de estos departamentos son turísticos o de ingreso a la provincia. El gobierno de Saénz se ha lanzado a una mayor apertura del turismo que se concentra en los valles calchaquíes de ciudades como Cafayate, Cachi, La Viña y la propia Capital, y en las localidades de Tartagal, Aguaray y Salvador Mazza (Pocitos), es decir el paso fronterizo, donde se encuentra la mayor cantidad de casos afectados por la variante Delta. En este último caso se debe a la decisión del gobierno nacional de habilitar el paso del transporte de pasajeros que atraviesa el vecino país de Bolivia; es que allí se baraja un nuevo negociado aduanero que significa un impuesto de sellado para el ingreso cuyo costo es de $6.000. Los ingresantes no están obligados a cumplir aislamiento y solo deben presentar el esquema completo de vacunación.

Frente a este cuadro, el gobernador Saénz dice que están “tomando las medidas necesarias para controlar el Delta”. Estas “medidas” se han tomado solo por una semana, hasta el sábado pasado, disponiendo 2 centros de “testeos” -no masivos- solo para personas con síntomas compatibles con Covid-19 y a libre demanda para las que presenten el carné con el esquema de vacunación completo. Un despropósito, por cuanto hay muchas personas que circulan por no presentar síntomas. Es decir que Sáenz no tiene ni quiere ninguna medida en términos masivos como los testeos y una campaña decidida para incentivar la vacunación. La cantidad de vacunados en la provincia sufre un impasse. La vacunación con la primera dosis no supera el 70% y con las dos dosis no llega al 46%.

La legislatura salteña prorrogó la ley de estado de emergencia sociosanitaria para el norte provincial, para los departamentos de San Martín, Orán y Rivadavia, por 180 días más. Sin embargo, los hospitales de esta zona siguen afectados por un proceso de vaciamiento, resultado del régimen de autogestión y gerenciamientos. Los hospitales de Mosconi, Tartagal y San Ramón de la Nueva Orán se abastecen con rifas que impulsan desde los propios nosocomios. El fiel reflejo del desguace y la desidia para colocar los recursos es el hospital de Aguaray, donde esta semana han renunciado la gerente general y dos gerentes administrativos; las enfermeras denuncian que los camisolines se lavan, no son desechables como indica el protocolo. Se han tomado represalias contra las cuatro enfermeras que se animaron a denunciar y a exigir los elementos de protección personal no permitiéndoles ingresar a su lugar de trabajo y enviándolas a aislamiento en nombre de un posible contagio. El ministro de salud, Juan José Esteban y sus alcahuetes tratan de tapar el escándalo enviando 200 camisolines para una planta de 100 trabajadores, es decir para 2 días. Esteban seguirá lavando camisolines, Sáenz no coloca ni un peso al sistema de salud público.

La salud pública se derrumba a la par de una situación de pobreza extrema en la provincia. El Instituto de Estudios Laborales y del Desarrollo Económico (IELDE) que depende la Universidad Nacional de Salta, ha revelado un informe que 1 de cada 2 habitantes de Salta es pobre. Salta es la provincia con mayor pobreza y que 2 de cada 3 de esos pobres residen en el departamento de Oran y San Martín, los departamentos más golpeados por el covid-19, por la desocupación y por el colapso de los hospitales públicos. Estos son los resultados de la política capitalista que se exacerba en pandemia. A días de las elecciones nacionales, todos los candidatos que representan a las patronales ocultan la realidad y se esconden detrás de sus trifulcas de camarillas. El planteo de una política obrera y socialista, en cambio, ha sido y es por el fin del régimen de autogestión y gerenciamiento y de un congreso obrero que discuta los problemas de la salud en la provincia y todos los males a los que nos arrojan los personeros políticos del régimen capitalista.

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