8M, el debut de la rebelión popular

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En la Argentina, en el continente y en el mundo, la jornada de lucha del 8M se fusionó con las luchas y reivindicaciones de todos los explotados, y ha sido un factor de reforzamiento de las tendencias a la rebelión popular. Cuando cerrábamos este periódico, en la tarde del domingo 8, dos millones de mujeres y jóvenes colmaban la Plaza de la Dignidad en Santiago de Chile, en una demostración que replicaba las jornadas más multitudinarias y combativas del proceso revolucionario que recorre a ese país. En Francia, la jornada del domingo colocaba al movimiento de la mujer a la cabeza de una nueva escalada de movilizaciones, ante el anuncio de Macron de avanzar con su reforma previsional reaccionaria en el parlamento. En Brasil, en Estados Unidos, en toda Europa, miles de mujeres cargaron sobre sus hombros la tarea de levantar sus reivindicaciones contra los jefes políticos de la guerra y la reacción política. Como nunca, el 8M es el escenario de una transición histórica convulsiva.

En Argentina, las movilizaciones del 8M arrancaron con un pañuelazo frente a la Catedral, protagonizado por las organizaciones de mujeres vinculadas a la izquierda. Fue el desafío a la “contra-jornada” organizada por la Iglesia en Luján, agitando desde el púlpito la oposición al aborto legal.

La jornada del lunes 9 convocará a centenares de miles de compañeras en el Congreso y sus alrededores. Es cierto que la cercanía de la fecha ha multiplicado las maniobras de los agentes del Estado y el clero para “institucionalizar” la jornada, y limarle cualquier roce con el gobierno. A pesar de esos esfuerzos, el alcance multitudinario de la movilización del 9 será un desafío objetivo a un régimen que ha colocado el foco en “presentarle los deberes” al FMI, una orientación incompatible con las reivindicaciones elementales que la mujer ha colocado en las calles el 8 y 9M-aborto legal en el hospital público, educación sexual integral, el fin de la violencia en todas sus formas. El 9M mostrará a las verdaderas protagonistas de la lucha por el aborto legal, seguro y gratuito, que el gobierno y el régimen político deberán reconocer después de las gigantescas movilizaciones que tuvieron lugar bajo la última etapa del gobierno macrista. Como jornada de paro, la del 9M tendrá un alcance importante en el Estado y en todo el sistema educativo. También en este caso, el gobierno ha intentado anticiparse decretando “asuetos” o licencias. Pero es otra echada de lastre, ante la percepción de que la tendencia a abandonar la tarea para marchar a Congreso será imparable.

El 9M masivo en Argentina es un emplazamiento a los Férnandez, Guzmán o Kristalina. Un anticipo de la rebelión popular que desatará la tentativa de liquidar el régimen previsional, la salud pública o las conquistas laborales en el altar de los banqueros.

Foto: RaraAvis

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