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Aunque actualmente estaba alejado de la militancia aquejado por diversas patologías, José Luis fue durante todo un periodo, quizás en la época más difícil, un constructor de Política Obrera y el Partido Obrero en Tucumán.
Rompió con el PST durante la dictadura militar por la política democratizante del morenismo, que había llegado al extremo de considerar al régimen dictatorial como una ´dictadura blanda´ y por lo tanto que la militancia debía permanecer en sus frentes de trabajo y domicilios, lo que le costó al PST el secuestro y el asesinato de más de un centenar de cuadros, muchos de los cuales eran conocidos por José Luis. Su determinación fue sumarse al núcleo de Política Obrera de aquel entonces.
A finales del 82 asume resueltamente la tarea en la que nos empeñamos de conquistar la legalidad electoral. Tucumán fue la primera regional partidaria en conquistar la legalidad. José Luis tuvo a cargo la intervención en el ingenio San Pablo y la localidad homónima. Allí se hizo un enorme trabajo político. José Luis, junto a su compañera Susana, pusieron en pie un círculo de obreros del ingenio y reclutaron al partido a Ricardo Corvalán, unos de los caudillos obreros sobrevivientes de la represión dictatorial. Ricardo Corvalán se convirtió en nuestro candidato a gobernador en las elecciones del 83. Cabe señalar que fue en la localidad de San Pablo donde el Partido Obrero obtuvo el mejor porcentaje electoral en aquella elección, con el 7% de los votos.
José Luis ya integraba el comité regional. Siempre demostró una preocupación por el desarrollo del partido en el movimiento obrero. Trabajando como portero de edificio, puso en pie el Suther provincial.
En el 86-87, José Luis y un grupo de compañeros de varias regionales se apartan para impulsar por una vía oportunista la construcción de un partido obrero. El experimento fracasó completamente. Varios compañeros terminaron cooptados por el PJ. Otros, a lo largo del tiempo, fueron retornando al partido. Fue también lo que ocurrió con José Luis, reconociendo en la historia, los principios y el programa del Partido Obrero, los instrumentos imprescindibles para la lucha revolucionaria.
Cuando se constituyó la Tendencia y se producen las expulsiones, José Luis ya había dejado de militar y luchaba contra las enfermedades que lo aquejaban, a pesar de lo cual no dudó en tomar partido a favor de la Tendencia y plantear que, si lograba recuperarse, iba a colaborar integrando al trabajo en el movimiento obrero a una importante periferia de relaciones en varios sindicatos.
En el posteo que su hijo Diego, uno de los dirigentes partidarios actuales de la regional, realizó en las redes dando la triste noticia fueron numerosas las muestras de reconocimiento a José Luis.
Este es nuestro homenaje a alguien que a lo largo de su vida se volcó en el tortuoso camino de la lucha revolucionaria por un gobierno de trabajadores y el socialismo, con sus aciertos y también sus desvíos, pero con la cualidad de recapacitar y recomponer posiciones.
A su compañera Susana, a su hijo Diego, a todos sus familiares y amigos compañeros, nuestras condolencias.
José Luis, hasta la victoria del socialismo siempre.