Nos movilizamos a la embajada de Cuba por la libertad de los presos del 11J

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Política Obrera se movilizó esta tarde a la embajada cubana para reclamar la libertad de los presos de la movilización del 11 de julio pasado.

A continuación, reproducimos el texto de la carta de nuestra organización dirigida al embajador, pero que no fue recibido, según el jefe del dispositivo policial, porque le dijeron que no había funcionarios para recibirla.

Jorge Altamira pronunció un discurso que también reproducimos más abajo.

Buenos Aires, 21 de enero de 2022

Señor Embajador en Buenos Aires

De la República de Cuba

Presente

Queremos que haga llegar a las autoridades de su país nuestro reclamo y rechazo por las detenciones y condenas que tienen lugar en Cuba como consecuencia de las protestas populares del pasado 11 de julio de 2021.

Quienes suscribimos esta carta somos luchadores políticos socialistas, que hemos sufrido la represión del Estado capitalista a lo largo de nuestras vidas. Hemos sufrido también la represión paraestatal y paramilitar. A lo largo de la historia la represión a la lucha de los pueblos ha estado al servicio del imperialismo. En el caso de los países que atravesaron transformaciones sociales históricamente profundas, las represiones que acompañaron su degeneración política pavimentaron el camino de la restauración de la explotación capitalista. Sólo la victoria de las masas contra esos estados hubieran podido impedir ese gigantesco retroceso histórico y abrir un camino al socialismo a escala internacional.

Como han referido numerosos testimonios, la protesta del llamado 11J fue una reacción de trabajadores y sectores populares de Cuba, incluidos militantes del partido comunista, contra un escenario de agravamiento extraordinario de la falta de alimentos, los cortes de luz y el desabastecimiento de productos básicos. También contra la acentuación de la desigualdad social, de un lado entre quienes tienen acceso a divisas y a tiendas especiales, y del otro una mayoría que recibe pesos cubanos, como consecuencia de una devaluación monetaria de características catastróficas. Del primer lado se encuentra una parte de la población con conexiones con el exterior y de los círculos de poder; del otro, la población laboriosa que ha defendido la Revolución Cubana con su esfuerzo diario y con las armas. El plan de “ajuste” –como lo llamaríamos en Argentina- ha sido adoptado en plena pandemia, es decir, cuando las masas cubanas requerían, más que nunca, que las conquistas y reivindicaciones de las que dependían su salud y su vida fueran preservadas. No es un secreto que, en la jornada del 11 de junio, la población movilizada repudió las llamadas tiendas especiales dolarizadas, que son el símbolo de la creciente desigualdad social y del incesante empobrecimiento de la población.

No solamente rechazamos la criminalización de la protesta política y social – nos solidarizamos con el pueblo movilizado. De acuerdo a las informaciones difundidas por los familiares de los detenidos, desde principios de enero más de 60 personas han sido llevadas a juicio por su participación en las protestas del 11 de junio, y enfrentan penas de hasta 30 años de prisión. Entre esos procesados hay al menos cinco menores de edad, algunos tan jóvenes como de 16 años.

Estas personas forman parte de los 620 detenidos que han enfrentado juicio o ya tienen fecha para ser juzgados. El proceso judicial no ha sido público, los acusados no han tenido la posibilidad de manifestar sus razones ante los tribunales de justicia ni ante sus conciudadanos.

Las consideraciones de esta carta y el repudio a la represión popular tienen lugar cuando los trabajadores de toda América Latina, incluido nuestro país, Argentina, atraviesan un período semejante de insurgencia del pueblo, que es reprimido por los estados vigentes y los gobiernos de turno. Callar el repudio a la represión contra los manifestantes del 11J, en Cuba, sería una complicidad con la represión que se desenvuelve en toda América Latina y también en los Estados Unidos, por parte de la policía brutal de Trump y de Biden contra la población negra y la lucha contra el golpe fascistizante.

El destino histórico de la Revolución Cubana no depende ni lo garantiza un aparato de estado, sino la disposición de lucha de las masas. Desde esta posición reclamamos la libertad de los trabajadores y jóvenes detenidos en las protestas del 11J; el desprocesamiento y absolución de quienes están siendo juzgados; la publicidad de las sesiones judiciales; la anulación de las condenas aplicadas, la investigación integral de los hechos represivos y la satisfacción de los reclamos sociales levantados por los manifestantes.

Viva la Revolución Cubana, Viva la revolución socialista latinoamericana. Venceremos.

Por Politica Obrera, Tendencia del Partido Obrero

Jorge Altamira - Marcelo Ramal

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