Un examen de la situación mundial y nacional (*)

Escribe Jorge Altamira

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Compañeros, buenos días a todos. Sería conveniente desarrollar una exposición integral de la situación internacional y nacional, porque ya estamos muy cerca del congreso. Las circunstancias en las que tiene lugar el congreso, tanto nacional como internacional, son excepcionales. Vamos a discutir los planteamientos de una corriente política acerca de la guerra, en medio de la guerra. Y de otro lado, a nivel nacional, mostrando las tendencias al derrumbe político, económico y social de Argentina.

Pocas veces hemos discutido en un congreso las tesis políticas en un tiempo tan real. Postuladas antes de estos acontecimientos, pegan de lleno a los planteamientos políticos. Solo para que las nuevas generaciones que se incorporan a la lucha lo tengan anotado, recuerdo dos congresos de esta importancia. El primer congreso de Política Obrera antes del golpe militar y el tercer congreso de Política Obrera bajo la dictadura militar. Imagínense un congreso, en noviembre de 1975, que contenía textos que planteaban la inminencia de un golpe militar y del gobierno de una dictadura sangrienta. Ese congreso, todavía bajo un gobierno constitucional, noviembre de 1975, se desarrolló sin embargo en la clandestinidad. ¿Por qué? Por la cuestión de las triple A. En el caso del tercer congreso de Política Obrera, que fue en noviembre 1982, fue también extremadamente importante, porque vaticinábamos y nos organizábamos para la salida de la dictadura. En el informe, advertimos que el próximo presidente iba a ser Raúl Alfonsín, aun cuando en ese momento era la fracción minoritaria de la Unión Cívica Radical, sin ninguna chance de llegar a la presidencia. Para lanzar su campaña, había elegido la Federación de Box, donde no entran más de 900 personas. La razón que dábamos es que Raúl Alfonsín y Arturo Illia habían mediado con la embajada norteamericana la rendición de Argentina en Malvinas. Y en base a ese dato dijimos “el hombre de la embajada norteamericana en las próximas elecciones, es Alfonsín”, y si alguien nos decía –bueno, pero Alfonsín es una minoría, no va a ser ni candidato de la UCR (porque la inmensa mayoría era Balbín, De La Rúa)- nosotros poníamos el argumento de que Alfonsín era el hombre de los yanquis. Después de la derrota argentina a manos de la OTAN en Malvinas, la iba a gobernar un hombre de la OTAN, y enseguida después también otro personaje de la Otan - Menem.

Una guerra mundial

Ahora creo que vivimos una circunstancia también, de fondo, con el estallido de la guerra. Nosotros hemos venido discutiendo sistemáticamente la perspectiva de esta guerra, de una guerra de alcance mundial, a partir de nuestros análisis de cómo se agudizaban las contradicciones dentro de las fuerzas capitalistas a nivel mundial. Por ejemplo, el creciente antagonismo entre Estados Unidos y China; los ataques recíprocos entre Rusia y los Estados Unidos; y además recordábamos que en estos últimos treinta años habíamos visto varias guerras: en Yugoslavia, en Irak, Afganistán, en Siria, en el medio Oriente y en Libia. Lo que distingue esto que estamos viendo hoy, y les pido que tomen nota de estas afirmaciones que hago para luego discutirlas, lo que distingue a esta guerra es que estamos ¡ya! en una guerra mundial. Estamos en una guerra mundial, lo estuvimos quizás antes, pero antes eran guerras todavía locales. Ahora estamos en una guerra mundial porque se plantea el enfrentamiento militar en la totalidad del continente europeo. Porque Rusia es un extremo de Europa y Francia, España, Portugal, son el otro extremo de Europa y todo ellos están involucrados en esta guerra. Es una guerra de alcance mundial, no solo en términos militares, aunque los términos no militares son también militares. Estamos en una guerra mundial porque se han desatado sanciones económicas de enorme envergadura, que han producido quiebras en los mercados mundiales, y en algunos casos catástrofes, porque se anuncia una catástrofe humanitaria en numerosos países como consecuencia del aumento del precio del trigo, de la escasez del trigo, y por lo tanto de la imposibilidad de los alimentos básicos para poblaciones enteras. En Argentina ya ha aumentado el precio del pan, ¡a pesar de que el trigo se produce en Argentina! Pero en algunas sociedades muy pobres, vamos de cabeza a una crisis humanitaria. Vamos de cabeza a una crisis económica internacional, porque el precio del gas ha aumentado un 600% en 60 días. Y el precio del petróleo ha aumentado 120% respecto del año pasado. Por lo tanto, es una inflación extraordinaria, incrementa los costos de sectores industriales inmensos y produce beneficios fabulosos a los monopolios petroleros, a los monopolios gasíferos y a los monopolios militares. Estas sanciones económicas son medidas de guerra porque procuran socavar y hundir al adversario, a través de un debilitamiento catastrófico de su régimen económico.

Esta no es una guerra por la independencia de Ucrania. Es decir, no estamos, como en alguna medida estábamos en Malvinas, ante una guerra de alcance internacional, por el destino de Malvinas. Acá lo que está en juego no es el destino de Ucrania. Acá lo que está en juego es el destino del mundo entero, porque es una confrontación mundial entre la OTAN y Rusia, y en buena medida no solo Rusia sino también China. Entonces, reflexiono, pero lo tenemos que discutir: cuando mucha gente dice “estoy por la independencia de Ucrania”, está haciendo una afirmación sin sentido. Porque la independencia de Ucrania no es lo que está en juego. Lo que está en juego ahora es la OTAN o Rusia. O la OTAN o Rusia y China. Si la OTAN derrota a Rusia y China, Ucrania no va a ser independiente, va a ser una colonia de la OTAN. Y si Rusia y China derrotan a la OTAN, Ucrania no va a ser una nación independiente, va a ser una colonia de Rusia y de China. Muchos evitan esta caracterización porque la guerra mundial es el punto del estallido completo de las contradicciones en la sociedad capitalista en la que vivimos. Cuando esas contradicciones alcanzan un punto intolerable, se desata la guerra. No se puede minimizar a la guerra como un conflicto donde este tiene tal interés, y el otro tiene tal interés, y cortando en pedacitos al mundo tendríamos una suma de intereses en conflicto. Es una sociedad entera la que ha llegado a un punto de estallido de sus contradicciones, que no encuentra otra vía para enfrentar y para salir de ellas, que a través de la guerra, sin importarle que las consecuencias de la guerra pueden ser un agravamiento, diez veces mayor todavía de todas esas contradicciones.

La guerra, Argentina y el FMI

Indudablemente que otro problema importante de si es una guerra mundial o no, es si nosotros hoy en Argentina nos tenemos que preocupar por el problema del FMI o por la inflación con independencia de las circunstancias mundiales. Me adelanto en el tiempo, pero en estas circunstancias mundiales, el acuerdo que vote el Congreso y el programa del FMI está muerto antes de que el gobierno lo gire, si es que lo gira. No se va a cumplir nada, porque la inflación que quieran controlar acá en Argentina, con recursos internos, va a estallar por la inflación a nivel internacional. Además, la confrontación que el gobierno pueda tener con el macrismo, con este y con el otro, no van a ser confrontaciones puramente internas de Argentina sino confrontaciones mundiales. Porque la OTAN va a decir “¿de qué lado estás Alberto? Porque a Macri lo tenemos con nosotros, ¿vos estás con Macri?”. En el Congreso, el otro día, Juntos por el Cambio puso la bandera de Ucrania, el Frente de Todos no, pero, ¿no están con la OTAN? Después de una serie de regodeos y maniobras, el gobierno de Cristina Fernández y Alberto Fernández votó la condena de Rusia en las Naciones Unidas. Si no la hubieran votado, hoy no discuten ningún programa con el FMI porque le bajan el pulgar y declaran a la Argentina en defol.

(Con posterioridad a esta exposición, el jefe de Gabinete, Juan Manzur, se presentó con la bandera de Ucrania ¡en la puerta de la embajada norteamericana!)

Desarrollo el punto de esta manera, para que exista la conciencia más exacta de lo que estamos planteando y del carácter concreto de esta crisis que vivimos. Es una guerra mundial, que naturalmente se encuentra en esta fase y en este desarrollo, como ha ocurrido con todas las guerras mundiales. Por ejemplo, la Primera Guerra Mundial, comenzó con un fervor nacionalista, en los distintos pueblos, muy grande. El pueblo alemán decía “vamos por la victoria de Alemania” y el pueblo de Francia decía “vamos por la victoria de Francia”. Esto cuando empezó la guerra. Cuando ya tenía tres años de desarrollo, los trabajadores de Francia, los soldados de Francia la repudiaban. Una guerra tiene distintas fases, yo les decía que había mucho entusiasmo bélico, pensaban que la Primera Guerra Mundial iba a durar cuatro o cinco meses, porque la guerra anterior, entre Francia y Alemania, había durado un par de semanas. Pero esta vez duró cuatro años, y empezó con un apoyo popular a cada gobierno en guerra por parte de su pueblo y terminó con un levantamiento popular general de todos los pueblos contra todos los gobiernos y el estallido de la revolución en Europa. Entonces estamos en esta fase, una primera fase. Quizás en una segunda. Quizás, episodios anteriores, con un examen más detenido, podrían ser caracterizados como una primera fase. Pero el diseño de una guerra europea está claramente planteado en este momento. Nosotros, que estamos en el Cono Sur de América Latina, y en cierto modo, estamos reaccionando como si estuviéramos lejos, cuando esta guerra va a envolver abiertamente a todos los países porque ¡ya! las sanciones económicas de los bloques económicos, abren un período de crisis acentuadas.

La guerra en su primera fase

¿Qué es lo que discernimos nosotros en esta primera fase de la guerra? El gobierno de Rusia desarrolló toda una cantidad de maniobras militares durante casi dos meses movilizando un número impresionante de tropas, como una advertencia a la OTAN para que cediera en un reclamo de Rusia, y es que Ucrania no pasara a formar parte de la OTAN y no se convirtiera en una base militar de la OTAN. No le dieron ni cinco de pelota. Inclusive ayer en la televisión escuché que el primer ministro de Alemania le dijo a Putin: “Ucrania nunca va estar en la OTAN, nunca la vamos a militarizar, pero no sé lo que vos querés”. Entonces que lo pongan por escrito, porque esto mismo, de que “nunca va a estar en la OTAN y nunca la voy a militarizar” ya lo dijo el presidente de Estados Unidos, Bush padre en 1991 en una sesión del parlamento ucraniano, y a las palabras se las lleva el viento. Cuando comenzó la disolución de la Unión Soviética, la OTAN prometió que no iba a poner bases militares en ningún país de Europa del Este. Hoy hay bases militares en todos los países de Europa del Este. Por lo tanto, desde el punto de vista del desenvolvimiento de esta guerra, ella es, por sobre todo, una manufactura de la OTAN, una creación de la OTAN. Un cercamiento de Rusia en términos políticos, militares y económicos, para someter a Rusia al capital financiero internacional. Porque es indudable, y acá hay otro concepto a discutir, que la OTAN representa al imperialismo ¡mun-di-al!, en tanto Rusia tiene apetitos imperialistas locales, en sus fronteras… ¿se entiende? Como si Argentina quisiera quedarse con Paysandú, del otro lado del Río Uruguay. Sería un acto imperialista, pero sería un acto de “imperialismo” rioplatense. Una gran diferencia entre Rusia y China, de un lado, y la OTAN del otro lado es que la OTAN representa el imperialismo mundial: históricamente hablando, económicamente hablando, geográficamente hablando y políticamente hablando.

El lugar de la OTAN y el de Rusia

De manera que cuando se dice que es una guerra interimperialista, no se dice nada falso, pero no es del todo correcto. Porque el imperialismo mundial es la OTAN, los otros son socios menores. Si mañana, Rusia se quedara con Ucrania, pasaría a ser un satélite de la OTAN, porque habrá conquistado Ucrania, pero para todos los fines es dependiennte de la economía mundial, dominada por los países de OTAN. La prueba: hay un Sistema Internacional de Pagos que esta manejado por dos bancos privados, es decir que ahí no tiene un papel el Estado, no son públicos. Sin embargo, cuando se lanzaron las sanciones, Rusia fue expulsada de ese sistema. ¿Por orden de quién? De Estados Unidos. – Pero Estados Unidos, ¡si vos no sos el dueño de este sistema de pagos! Estados Unidos dice: “No seré el dueño de este sistema de pagos pero el 75% de las transacciones se hacen en dólares, y el dueño de los dólares soy yo”. Entonces ¿Quién es el imperialismo mundial? El que maneja el sistema internacional de pagos. Este Sistema Internacional de Pagos transa 400 billones de dólares al día. Quiere decir que es un gigantesco sistema de transacciones que asegura a todos los que participan del comercio mundial, que lo que venden lo cobran y a su vez, que los que prestan…tendrán de vuelta sus deudas. Es toda una red mundial. Viendo que este es un factor mundial de dominio, China armó su propio sistema mundial de pagos. El problema es que China, ahora con Rusia, tiene un sistema de pagos que es de 50 billones de dólares por día, el otro es de 400, es decir, y, agrupa más que nada a bancos de China, de la frontera con China en el sudeste asiático, de Rusia etcétera, ¡todos los cuales dependen de la banca internacional! Estamos discutiendo en este congreso ¿qué es el imperialismo y qué no es el imperialismo? Y ¿qué es el imperialismo y que es el otro imperialismo?... que no lo es, pero que lo es, porque será un imperialismo local, pero no deja de ser imperialismo. Porque tiene otras características, tiene otro alcance, e incluso es dependiente del imperialismo mundial. Poco después de llegar a la Presidencia, Putín planteó que Rusia integrara la Otan.

El desarrollo de la guerra, cuando uno sigue todo el desenvolvimiento, está demostrando que es una guerra de la OTAN. Por ejemplo, cuando Rusia moviliza tropas fuera de las fronteras de Rusia, la OTAN dice – “No, nosotros no vamos a ceder en lo que vos querés”. Pero el que insiste en no ceder, y está dispuesto no ya a no firmar nada, sino a no decir nada, es Estados Unidos. Estados Unidos repetidamente le dice a Rusia que no le va a hacer ninguna concesión y que si quiere invadir Ucrania ¡que la invada! El agresor, en una guerra mundial, no siempre es el que invade - hay ejemplos históricos fenomenales de ello - sino el que se las arregla para presentar la responsabilidad de la guerra en otro que no es él, cuando el que quiere la guerra es él. El caso más famoso fue en el siglo XIX, cuando Alemania, o mejor, la confederación alemana dirigida por Prusia, quería una guerra con Francia, para completar la unificación nacional de Alemania. Se produce esa guerra, que ahora no voy a explicar, se une toda Alemania, y efectivamente Alemania proclama la unidad; por fin los 38 Estados alemanes de 30 años antes, se convertían ahora en un solo Estado. Alemania maniobró diplomáticamente (manipuló información) para que Francia invadiera Alemania. ¿Se entiende?

Quiero ilustrar este punto porque en la polémica de ahora Rusia es el agresor. Es el agresor militar, ingresó con sus tropas, invadió… pero el que pavimentó esa guerra no es Rusia. Además esta guerra, en particular en Ucrania, se viene desarrollando desde un golpe de estado que se produjo en 2014, que provocó que una franja del Este de Ucrania quedara separada de Ucrania. Desde entonces Ucrania ha intentado varias veces recuperar ese territorio. Que utilizó para ello bandas nazis no lo discute nadie - no es un invento de Putin. Hay una tradición política nazi en Ucrania, que se manifestó con fuerza en la segunda guerra mundial. En marzo de 2021, el actual presidente de Ucrania, llamó a prepararse para una ofensiva militar y ocupar estos lugares secesionistas. Es decir, que los rusos estaban advertidos de un planteamiento de ataque militar en el este de Ucrania para recuperar territorios. En cierto modo, esta guerra de parte de Rusia es preventiva. Quiere decir que el escenario de la guerra ha sido construido por un choque internacional de fuerzas. Esto es lo que permite caracterizar una guerra mundial. Existe una enorme literatura geopolítica que destaca el propósito del imperialismo mundial de dominar euro-asia, a partir de la disolución de la Unión Soviética.

Los socialistas y la guerra

Ahora, como trabajadores, es una guerra entre patrones… porque de tanto hablar de quién tiene la culpa, esto y lo otro, y de decir “no pero la culpa la tiene este, el otro no”, podemos cometer un error. Algunos piensan, que son los ucranianos, otros piensan que los rusos… y otros piensan que es la democracia. ¡No! Son todos victimarios, y las victimas somos los trabajadores de todo el mundo, que vamos a tener que poner la carne de la guerra mientras los grandes capitalistas van calculando en las bolsas cómo invertir su dinero para sacar mayor provecho de la guerra. Los socialistas no somos una corriente política como cualquier otra, nos distingue algo realmente decisivo. Para ser socialista tenés que ser internacionalista. Es decir, considerar a los trabajadores de todo el mundo, como los trabajadores de tu país. Y a los capitalistas de todo el mundo como a los patrones de tu país. Y la lucha es la unidad internacional de los trabajadores contra las patronales, contra la burguesía, contra el imperialismo. Este principio es muy importante, y fíjense la actualidad que tiene, que hoy es 5 de Marzo, pero dentro de tres días es el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Y en ningún lugar del mundo, las mujeres van a salir a la calle con la consigna “¡Abajo la guerra imperialista!” Porque los movimientos feministas son pro-occidentales y dicen que Putin es un autócrata, y que hay que defender la democracia, y que es un imperialista que quiere someter a Ucrania, por lo tanto Ucrania tiene derecho a estar en la OTAN. Con lo cual, estas feministas descubren su posición de clase; no es cierto que nosotros inventamos que hay una diferencia entre la mujer trabajadora y la mujer no trabajadora, entre la mujer socialista y la que no es socialista. ¡Sí la hay! En está en una guerra mundial, las mujeres que no abrazan la causa del socialismo y las mujeres pequeñoburguesas están del lado de la OTAN; en cambio las mujeres trabajadoras ¡tienen que manifestarse por la unidad de las ucranianas, de las rusas, de las norteamericanas, de las alemanas y de las argentinas contra el imperialismo mundial! (aplausos).

La continuidad de esta guerra está asegurada porque la acción que ha emprendido Putin, es una acción sin salida. Rusia no tiene condiciones para dominar Ucrania, ni políticas ni financieras. Además no tiene condiciones para hacer lo que hace Estados Unidos, que domina la Argentina sin necesidad de invadir. Quiere decir que Estados Unidos para someter un país, sin la necesidad de meter soldados, aunque tiene una nueva flota en el Atlántico sur, a partir de la guerra de Malvinas. Eso no quiere decir que eso ocurra en todos lados, en Colombia, hay tropas norteamericanas. En toda Europa están las tropas de la OTAN. Esa capacidad de dominación de una nación sin violentar la soberanía formal, Rusia no la tiene. Y la posibilidad de sostener un ejército adentro del país, cuyo territorio es el más grande de Europa, después de Rusia, esa posibilidad, es insostenible. Es decir que Putin está llevando a adelante una política creyendo que puede lograr alguna concesión del imperialismo mundial, o creyendo incluso que puede dividir a la Unión Europea y a Estados Unidos. La división de la Unión Europea y a Estados unidos, es efectivamente real. Tienen choques muy grandes entre ellos y no solamente por intereses económicos. Cuando estuvo como presidente, Trump organizó todo un boicot a la Unión Europea, y el boicot más importante ¿cuál fue?, pues apoyar a la fracción conservadora de Gran Bretaña para retirar a Gran Bretaña de la Unión Europea. Gran Bretaña es un peón de Estados Unidos en Europa, contra la Unión Europea. El país que más procuró elaborar una vía independiente de Estados Unidos en función de sus intereses económicos fue Alemania con Ángela Merkel. Putin seguramente pensó que iba a separar a Alemania de Estados Unidos y conseguir que una parte de la Unión Europea consintiera una salida para Ucrania. A la hora de la guerra, en Alemania hubo un golpe interno, y el primer ministro cambió de orientación y se ha adherido a las posiciones de la guerra, aunque sigue intentando actuar como mediador. Esto es muy interesante, porque un artículo del principal diario financiero internacional tiene como título: “Se reconfigura el sistema corporativo en Alemania”. ¿Qué quiere decir? Pierden peso las industrias con intereses fuertes en el mercado ruso (VW), y levanta cabeza la industria armamentista. Alemania ha invertido capitales en otros países, para armamentos. Ha habido una levantada fenomenal de todas las acciones y las producciones de todas las compañías alemanas de armas. Entonces Alemania ha pegado un viraje, al menos en principio. Con el tiempo van a renacer las contradicciones con Estados Unidos, pero si Putín hizo el cálculo de que eso iba a ocurrir ahora, se equivocó.

Vuelvo al punto de la independencia de Ucrania; esta guerra no tiene que ver con el problema de su independencia. A la OTAN y a Rusia, el problema de la independencia les importa un bledo. El problema es una guerra entre ellos, que se libra en territorio ucraniano, y cualquiera sea el desenlace de esta guerra en territorio ucraniano ¡va a continuar en otro territorio! Si pierde Putín, en Rusia y si gana Putín, en el resto de Europa. Esta es una idea que quiero dejar firme. Estoy dando un informe a todos ustedes porque vamos a participar de un congreso que va a votar la orientación estratégica de nuestro colectivo obrero. Entonces hay planteos que deben ser formulados con nitidez.

La restauración capitalista

Yo entiendo que los que están aquí presentes provienen de varias generaciones, y tienen una diferente comprensión de los acontecimientos internacionales. Un joven compañero de 20 años, nació ya en el siglo XXI, entonces, uno le habla de la segunda guerra mundial o le habla de Yugoslavia, y es un acontecimiento que todavía no lo tiene registrado en el estudio, en la discusión y todo lo demás. Hay otras edades acá, que cuando les hablo de la Guerra Francoprusiana de 1870, me dicen ¡a sí, yo lo vi de lejos! (risas). Hago esta aclaración porque estamos abordando un tema políticamente sustancial con diferentes generaciones.

En 1989-1991, se disolvió la Unión Soviética, un país que tenía una forma de organización del estado muy peculiar, como consecuencia de la victoria revolucionaria de la clase obrera sobre el capitalismo en la Primera Guerra Mundial. Se había instaurado un gobierno de trabajadores. Ese gobierno de trabajadores fue saboteado por los capitalistas del país, le hicieron la guerra civil, y como consecuencia de todo el desarrollo, toda la propiedad económica, el suelo, las industrias, los bancos, quedaron nacionalizadas bajo el control de los trabajadores. Cuando se disuelve la Unión Soviética, el imperialismo logra imponerla privatización de una economía estatal gigantesca. A nosotros, en lo superficial, nos puede parecer que es como privatizar Gas del Estado o YPF, se la dan al grupo Techint, Repsol… ¡y ya está! En la ex URSS significaba privatizar centenas de miles de empresas. Es decir que el tránsito de una economía donde se ha expropiado al capital, a una economía en que el capital expropia a la clase obrera de ese control, es un proceso catastrófico.

Cuando este problema se presentó por primera vez, era claro que solo podía ocurrir a través de una guerra. ¿Cuándo? En la segunda Guerra Mundial, cuando los alemanes invadieron la Unión Soviética. Si los alemanes hubieran ganado la guerra, Hitler hubiera tomado la Unión Soviética como una colonia de Alemania, y habría transformado a la Unión Soviética, con el tiempo, en un país capitalista. Ya en aquél momento, León Trotsky advirtió sobre las ‘dificultades’ que iba a tener Hitler para pasar de la propiedad obrera a la propiedad capitalista. No voy a entrar ahora en este planteo de los años 30/40 del siglo pasado, pero lo coloco como una introducción de método. Como esta vez no hubo una guerra, los burócratas imaginaron que podían proceder a esta gigantesca transferencia de propiedad en forma pacífica. Como todo esto fue pacífico, la gente dijo: “qué sencillo que es pasar de una propiedad obrera estatizada a una propiedad capitalista privada”. La guerra actual, jalonada por tres décadas de guerras ‘localizadas’, desmiente esta transición pacífica. Es una transición aun incompleta porque para el capitalismo mundial la privatización de la economía soviética es la apropiación de esas empresas por parte del imperialismo, y no por los burócratas y oligarcas locales que se quedaron con esas empresas. Es verdad que Rusia es capitalista, pero desde el punto de vista del capitalismo mundial, hay una cuenta pendiente. Esa cuenta es la colonización del ex espacio soviético y de China por el capital internacional.

El otro problema, es que la apropiación de los activos del Estado no convierte a sus beneficiarios en una clase capitalista. La clase capitalista es un conjunto de relaciones sociales que se va desarrollando históricamente. El burgués existe porque hay una clase burguesa, no al revés; esto quiere decir que hay bancos burgueses que le prestan a industrias burguesas, que financian a crédito lo que venden; que hay un sistema monetario conectado a la circulación internacional de mercancías y capitales. Es decir, una red de relaciones capitalistas. La construcción de una red de relaciones capitalistas le llevó a la humanidad ¡500 años! Esto explica la disolución económica que tuvo lugar en la primera década de la restauración capitalista, y el dominio actual de los aparatos militares y de seguridad sobre el conjunto de la sociedad, para controlar el vacío que no ha podido llenar una clase capitalista real. La prueba de esto es que los oligarcas, que son ex-burócratas comunistas que se quedaron con la propiedad estatal, tienen sus capitales en las bolsas del exterior. Quiere decir que yo coloco mi plata afuera, y esa es la garantía de que no voy a ser expropiado en caso de una nueva crisis. Se teje una relación financiera. Naturalmente la clase obrera rusa se da cuenta que trabaja para capitalistas pero: ¿quiénes son estos capitalistas? “Hace 20 años, se interrogan, no sabíamos nada de capitalistas, ¿este quién carajo es? El burgués existe adentro de la burguesía, fuera de esta no hay burgueses, sólo puede haber tipos con plata. Pero para ser un burgués hay que estar integrado a las relaciones económicas, sociales, políticas, internacionales de la burguesía.

Entonces, miren qué interesante lo que ocurre ahora. Como todos los oligarcas tienen su plata en Londres, al comenzar la guerra, el gobierno de gran Bretaña les confiscó todo. Algo que está prohibido en Gran Bretaña, y que no se lo harían a un capitalista inglés, norteamericano o lo que fuere. En cambio estos oligarcas, como el que dirige el Chelsea, tienen todo congelado. Es decir que de golpe esa “clase burguesa” está agarrada de un pincel y lo que le exige el imperialismo es que rompa con Putin y que ayude a la OTAN a derrocar a Putin. Y…están ahí, ya algunos han hecho declaraciones en contra de la invasión a Ucrania.

¿Por qué nosotros pensamos que esta guerra continúa? Por una razón muy sencilla: así como Alberto Fernández, el 1 de marzo inauguró el año con un discurso, Biden hizo lo mismo en Estados Unidos, e hizo una afirmación muy importante –“vamos por la cabeza de Putin”. Es decir que la OTAN se ha trazado como línea hacer caer el régimen ruso e imponer una sucesión de paño propio. Por lo tanto, tenemos una guerra. Biden fue enfático, porque sospecha que algún aliado europeo se quiere salir del redil y arreglar con Putin. Entonces marca una línea absolutamente belicista. Por lo tanto Política Obrera, en todas sus actividades tiene que marcar ¡Abajo la guerra imperialista, por el socialismo, por un gobierno de trabajadores! En una palabra, el que no habla de socialismo y de abajo la guerra, es porque ha capitulado. Esta es nuestra caracterización.

El FMI

En este marco tenemos el acuerdo con el Fondo. No voy a entrar mucho en el tema del acuerdo con el FMI porque ya estamos hasta por las orejas con esto. Lo esencial del acuerdo es que Argentina está en cesación de pagos y sigue en cesación de pagos. El préstamo que le dieron a Macri, Argentina se lo devuelve al FMI con la plata que el FMI le va a dar para que se lo devuelva. Es decir que ahora, le debemos al FMI la misma plata, pero no de Macri sino de Alberto Fernández. Como esto es impagable, dentro de tres años cuando venza este acuerdo vamos a un defol de nuevo. ¿Por qué es importante esto? Porque pasa lo siguiente, un ajuste puede ser muy doloroso para un trabajador, no solo puede ser, es brutal, para un trabajador. Pero este acuerdo no ofrece una perspectiva de salida ni con ajuste. Este es el punto central. Si lo de Macri hubiera tenido alguna perspectiva, Argentina no hubiera necesitado en 2018 pedirle plata al FMI. Lo singular de la Argentina, es que repetidamente pero en escala creciente fracasaron todos los planes, neoliberales o fondomonetaristas, y los antiliberales y anti Fondo. No es que fueron antiobreros solamente, fracasaron. Que quiere decir que fracasaron, repetidamente Cuando ganó Macri los fondos internacionales y nacionales dijeron -“esta es la nuestra”, y se metieron con cualquier cantidad de plata en pesos… y en 2018 vino la devaluación. ¡Perdieron como en la guerra! La clase capitalista se ve afectada por la crisis capitalista. La crisis de un régimen afecta la capacidad de dominación de la clase que dirige ese régimen. En el acuerdo con el FMI hay un operativo de rescate de los fondos que invirtieron en pesos, para que evitar que se fuguen al dólar y provoquen un derrumbe financiero – la corrida cambiaria.

Ahora bien, a la luz de todo lo que dijimos ¿Cuál es el abordaje de toda esta situación? El conjunto de las distintas corrientes de izquierda hace el siguiente abordaje: “el acuerdo con el FMI es antinacional, antipopular, etc., abajo el acuerdo con el FMI”. Bueno nosotros también… “es antinacional, antipopular, abajo el acuerdo con el FMI”, pero lo que nos distingue es que ponemos el acento en ¡la quiebra del Estado argentino, del régimen político argentino, de la burguesía argentina, y la intolerancia creciente de las masas con este estado de cosas! Nosotros enfocamos en la lucha de clases y no en un discurso nacionalista. Colocamos el acuerdo con el FMI como un factor poderoso, no solamente económico sino político, de una crisis que tiene que llevar a un levantamiento popular y a una quiebra cada vez mayor del gobierno. Esto no es que nosotros lo deseamos, esto es lo que viene ocurriendo sistemáticamente desde que Macri hizo el acuerdo con el FMI, y antes de eso, desde que Cristina perdió las elecciones en el 2013 y en el 2015. Lo advertimos inmediatamente después de las elecciones de 2011. Argentina tiene firmando un acuerdo con el FMI a un gobierno peronista que le jode la vida al pueblo peronista - y para servir a los intereses de la oligarquía antiperonista. La burocracia de los sindicatos, la CGT, apoya el ataque al pueblo peronista, que baja los salarios del pueblo peronista… el peronismo está en crisis, Máximo Kirchner dice “me voy”; La Cámpora sabotea; Alberto Fernández no es nadie, subió por medio de Cristina; Cirstina le mueve el piso: para votar el acuerdo con el FMI no encuentran votos dentro del bloque kirchnerista, entonces quieren que lo vote el macrismo, y entonces el macrismo va a salvar al gobierno peronista, en un acuerdo antinacional. ¡Argentina ha entrado en una completa crisis de gobernabilidad! La inflación se va al 60%. Nosotros planteamos una cuestión de poder y no nos limitamos a una protesta contra un acuerdo negativo contra los intereses populares. Es el señalamiento de una cuestión de poder, y no es pavada de diferencia.

Crisis de poder

Porque así como están equivocados quienes creen que la guerra tiene que ver con la independencia de Ucrania, están equivocados los que creen que la creciente miseria social en Argentina, es una consecuencia de las arbitrariedades que impone el FMI. El FMI quiere rescatar a los acreedores privados, punto, y que Argentina se alinee con la Otan, punto. La miseria social en Argentina es el resultado del impasse del régimen capitalista, del cual el FMI es una batuta. Pero es el régimen social en el que se derrumba; si sacamos al FMI se viene todo abajo; el costo de esta operación lo pagan los trabajadores. El FMI juega un papel de árbitro internacional; en su ausencia, el gran capital pierde su punto de apoyo y de equilibrio en la crisis. Este punto es vital en nuestro congreso, porque está planteada una crisis de poder. La crisis de poder está planteada, antes que un trabajador diga “quiero tomar el poder”, sino cuando las clases que gobiernan han perdido el manejo del país. Coloca a todas las clases: a la burguesía, a la clase media y a los obreros ante la pregunta ¿quién dirige el país? Es decir, se plantea algo que no estaba en duda, y que no estaba planteado como interpelación. Ahora, el problema que se está discutiendo es que este país va a una acentuada declinación encima de una declinación ya profunda. El gobierno no puede pagar la deuda externa, no puede pagar la deuda con el FMI, no puede pagar los gastos del Estado, porque no puede pedir dinero al Banco Central… ¡Compañeros, no puede pagar los planes sociales! Han cerrado las altas. El acuerdo con el FMI, tiene una característica que ha sido bien señalada por algunos periodistas: que fija una meta de inflación mayor a la del año transcurrido, mayor a la establecida en el Presupuesto que no se votó – y sólo menor ¡a la que efectivamente ocurrirá – no el 50% sino el 70. El organismo de los planes anti-inflacionarios impone un plan inflacionario. Tenemos que tomar todos esos elementos en consideración. Lo que ellos llaman, el factor político. Pero es el reconocimiento explícito por parte del FMI, de un cuadro de ingobernabilidad.

Nosotros tenemos por delante un trabajo muy sencillo. Digo muy sencillo, porque no tiene nada que ver con cuantos somos, sino con la calidad y firmeza de nuestra política – algo que depende de nosotros mismos. La línea de acción nuestra es simplemente explicar a los trabajadores lo que está ocurriendo, apoyar sus luchas, coordinarlas, y en función de lo que explicamos, señalar la importancia de que haya un congreso de la clase trabajadora para decidir. Hay que abordar por sobre todo a la vanguardia de la clase obrera, los luchadores, la juventud obrera. Ayudar a loos activistas a hacer un trabajo de clarificación en la clase. Tenemos un programa probado. Esto da autoridad. Se ve en la cuestión de la guerra imperialista- La guerra imperialista se vincula con el fascismo, con el doblegamiento y la atomización de cada pueblo. Porque para hacer una guerra hay que someter al propio pueblo de uno para que haya guerra. Es decir que toda guerra mundial plantea la guerra civil en todos los países que hacen la guerra. En esa guerra civil, nosotros marchamos con el proletariado y la clase obrera de cada uno de nuestros países. Es una concepción integral.

Los bolcheviques, en la Rusia de 1917, eran exactamente 11.000 sobre 100 millones de habitantes y 20 millones de kilómetros cuadrados. Pudieron tomar el poder porque habían tenido la capacidad de desarrollar la conciencia de clase del proletariado durante dos décadas. La revolución no es la conspiración de un grupo de individuos, las revoluciones nacen de las entrañas de los pueblos y las contradicciones del sistema. La función esclarecedora de una organización revolucionaria, puede alcanzar una influencia inmensa. Todo esto permite entender la crisis con el aparato del Partido Obrero. Mientras estoy dando este discurso, ellos están viendo cómo van a hacer la intervención parlamentaria, en la cual no van a hablar del derrumbe del poder político, del derrumbe del Estado del derrumbe del orden social, del derrumbe de la burguesía, de la falta de perspectivas, de la lucha de clases, ni van a llamar a la clase obrera a que se levante. Creo oportuno recordar, y ustedes lo pueden averiguar, que en marzo del año 2001, en un debate en la legislatura de la Capital, donde se discutía qué hacemos con De La Rúa, intervine para decir “ustedes en esta crisis ya no tienen ningún papel que jugar, esto lo arregla el pueblo argentino en la calle”; esa es la función de un parlamentario y una organización socialista.

Somos la única organización realista. Mientras nuestros adversarios decían que no iba a haber golpe de Estado en 1976, nosotros nos preparamos, desde el nombramiento idela para luchar contra el golpe”. Abiertamente, en ese primer congreso del Partido Obrero, tres meses antes del golpe llamamos a la movilización contra el inminente golpe de Estado. Todos los demás creían que iba a haber elecciones en 1976. Fuimos realistas Nosotros dijimos que iba a haber un Cordobazo, y dijimos “el jueves 29 a las diez de la mañana”, y el jueves 29 a las diez de la mañana, se produjo el Cordobazo. Ahora decimos que va a haber una rebelión popular ¿no somos realistas? Con esto que digo de forma coloquial, reivindico nuestro método que pasó por la prueba de la experiencia. ¿No nos podemos equivocar? Claro que sí. Lo más lindo de la militancia política es el aprendizaje que nos deja - de la vida, de los demás, de la vida colectiva, de los sentimientos. Porque la política burguesa es una máquina de hacer maniobras y dice que la política revolucionaria consiste en hablar del FMI. ¡No!, se trata de organizar a los explotados, del empuje de las familias. Sin ese empuje de las familias, ¿cómo hubiéramos sobrevivido en la clandestinidad bajo la dictadura? Así que este es un congreso muy importante, participemos activamente en él, ahora abramos un debate. Compañeros, ¡muchas gracias!

(*) Exposición llevada adelante en el plenario precongresal de Política Obrera en Morón, el 5 de marzo de 2022.

Desgrabación: Catalina Rojo

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