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El centro de vacunación antirrábico del hospital Durand está literalmente vaciado. Si no se revierte esta situación, el Gobierno de la Ciudad dejaría sin el derecho al acceso a la salud a cientos de personas de la Ciudad y del Gran Buenos Aires.
Desde hace más de medio año no hay médicos en el antirrábico los sábados, y ahora han quitado el personal médico del día domingo y feriados. Estamos ante un vaciamiento por goteo ya que no se ha llamado a concurso para cubrir los puestos de un servicio a la comunidad que funciona ininterrumpidamente desde hace décadas.
Con esta medida se deja a la comunidad sin información especializada, y sin atención pública, del médico/a especialista antirrábico, único servicio de CABA y Gran Buenos Aires que atiende sábados, domingos y feriados.
Si bien el virus de la rabia se halla controlado -pero no erradicado- (y esto se ha logrado por vacunar a perros y gatos durante décadas en el Instituto Pasteur,) la importancia de la rabia para la salud pública radica en la alta letalidad que presenta la enfermedad si no es tratada en tiempo y forma según indica el propio Ministerio de Salud de la Nación. El gran peligro qué hay en la ciudad es la encefalitis de los murciélagos que exige una cantidad de medidas de profilaxis antirrábica
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El grupo con mayor vulnerabilidad a ser mordidos por perros y gatos -sin tener en cuenta el riesgo de animales silvestres (murciélagos por ejemplo) - son los niños, adultos mayores, discapacitados y personas en situación de padecimiento mental.
La posibilidad latente del cierre del dispensario antirrábico afecta directamente la calidad de vida de los trabajadores, contradiciendo todas las recomendaciones sanitarias de Promoción de la Salud.
Que se convoque a concurso. No al cierre del vacunatorio antirrábico de la ciudad.