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El inmenso despliegue represivo en la autopista 25 de Mayo contra las organizaciones del frente que integra el Polo Obrero Tendencia despertó la inmediata solidaridad de casi todo el conjunto de organizaciones piqueteras que se encontraban acampando en la 9 de Julio. De inmediato, dirigentes de esas organizaciones se comunicaron con quienes se encontraban cortando la autopista para invitarlos a acercarse al Ministerio, donde ellos estaban, y asegurarles un lugar en sus inmediaciones. Una delegación de dirigentes de la Unidad Piquetera se acercó a recibir a nuestra columna que bajaba de la autopista. Los únicos ausentes fueron los dirigentes del Polo Obrero oficial.
Decimos que fueron “los dirigentes”, y no la organización en su conjunto, porque la llegada de nuestra columna a las inmediaciones del Ministerio fue recibida con aplausos de parte de los acampantes, incluyendo a los compañeros que pertenecen al Polo oficial.
Durante la jornada se desarrollaron diversos canales de diálogo entre las organizaciones de la Unidad Piquetera y las de nuestro Frente. Se nos acercó la propuesta de mantener coordinaciones. La propuesta, sin embargo, tuvo un obstáculo: Belliboni, del Polo Obrero oficial, sostuvo que aceptarían coordinar con todas las organizaciones presentes, menos con la Tendencia. Para reforzar esta postura, se valió de maniobras y falsificaciones sobre la Tendencia que no tienen ningún sustento.
Este atentado contra la unidad del conjunto de las organizaciones de desocupados, no es reflejada nunca en las páginas de Prensa Obrera, al menos de manera abierta. Más bien al contrario, han derramado ríos de tinta llamando a la más sólida unidad de los trabajadores, con referencias a “los boicots que realizan los militantes de la Tendencia a marchas y acciones convocadas por el Frente Piquetero”. Una verdadera escuela de falsificación (https://politicaobrera.com/5858-a-que-santo-se-encomienda-rafael-santos).
Distinto recibimiento tuvo el dirigente oficialista del MTE y emisario papal, Juan Grabois, que, según los medios, “fue escoltado por Belliboni” (no vino acompañado por nadie de su organización semi-estatal – Pérsico, del MTE, es ministro) durante su brevísimo paso por el acampe. Allí, además, reclamaron una foto para mostrarse abrazados. Al día siguiente, entrevistado por diversos periodistas, Belliboni replicó una línea que ya había sido desplegada en redes sociales por otros dirigentes del PO: “Le pedimos [a Grabois] que rompa con el gobierno y que luche con nosotros”. “Le pedimos”, no tiene siquiera categoría de interpelación. En resumen, Belliboni quiere luchar con todos, incluido Grabois, menos con la Tendencia.
Durante la misma entrevista, los periodistas le preguntaron a Belliboni si los que se estaban manifestando querían “que se vaya antes Alberto Fernández”. La respuesta del dirigente del Polo oficial fue contundente: “Nosotros estamos acá por una necesidad social. No nos metemos en la interna del gobierno ni queremos que nos involucren en la interna del gobierno”. Para Belliboni, el derrumbe político del gobierno capitalista que aplica un ajuste y arregló con el FMI, es “una interna”, a la que las masas deberían asistir como espectadores. El Polo Obrero había poblado las marchas contra el FMI, evitando la confrontación política con el gobierno. Estamos ante un planteo muy peligroso, que el Polo oficial debería discutir con urgencia.
En ocasión de un debate en el comité nacional del PO, debido a la ausencia de la consigna gobierno de trabajadores en la campaña electoral de 2017, Belliboni fue quien más cuestionó la pertinencia de la consigna, mientras el resto del aparato sostenía que debía ser condicionada a “su oportunidad”. La oportunidad de una consigna tiene que ver con la acción inmediata del momento; el señalamiento de la estrategia debe ser permanente, en principio desde la propaganda y la agitación política, como ocurre con el planteo de poder. La reivindicación del gobierno de trabajadores vertebra la política de un partido realmente socialista.