Tiempo de lectura: 2 minutos
Los trabajadores de la planta de almacenamiento y entrega de Amazon en Staten Island, estado de Nueva York, aprobaron la creación del primer sindicato de la empresa, la segunda con más empleados del país del norte -casi un millón-.
De un total de 4.785 de votos, el 55,5%, o sea, 2.654 trabajadores, votaron afirmativamente por ser representados sindicalmente por el ALU -Sindicato de Trabajadores de Amazon- y un 44.5% -2131- votó en contra, constatado por la NRLB (Junta Nacional de Relaciones Laborales de EE. UU.).
El ALU fue formado por empleados y ex trabajadores del almacén de Staten Island con el fin de organizar un gremio que pusiera freno a los ritmos frenéticos de producción, los bajos salarios y los accidentes laborales a los que Amazon somete impunemente a sus empleados, en esa planta y las de todo el país. Esta política de híper explotación de la compañía se intensificó con la pandemia, así como también las tácticas de amedrentamiento para frenar la sindicalización –desde obligar a sus empleados a participar de reuniones anti gremiales, a realizar gastos astronómicos en consultoras anti sindicales-.
Los trabajadores decidieron formar un sindicato totalmente nuevo y no sumarse al poderoso RWDSU -sindicato de minoristas, mayoristas y grandes almacenes- que hace años está intentando sumar a los empleados de Amazon a sus filas, poniendo a disposición todo tipo de recursos de aparato. Los últimos dos intentos frustrados ocurrieron en la planta de Bessemer, Alabama.
En una columna de opinión en el sitio labornotes.com titulada “Cómo lo hicimos”, Justine Medina, dirigente del comité organizador de ALU y empacadora de la planta de Staten Island, cuenta que basaron su trabajo de creación del gremio en importantes experiencias sindicales del movimiento obrero de EE. UU. de principios del siglo XX, como la construcción de IWW -Trabajadores Industriales del mundo- fundada en 1905 por socialistas, anarquistas y sindicalistas revolucionarios, que aseguraba que “suprimir el capitalismo es la histórica misión de la clase obrera”.
Esta es otra demostración de la tendencia de la juventud precarizada de EE. UU. a sindicalizarse, que tomó envión con la crisis pandémica. Es casi segura su inclusión en la AFL-CIO, principal central sindical del país, capitaneada por la burocracia demócrata.
Atentos a que las iniciativas de los trabajadores de EE. UU. no los desborden, tanto el poder ejecutivo como los jerarcas sindicales saludaron la victoria de ALU. El presidente Biden dijo que estaba “contento de ver a los trabajadores asegurarse de que se escuchen sus voces” en las instalaciones de Amazon. “Sean O'Brien, el nuevo presidente de IBT -Hermandad internacional de camioneros- de 1.3 millones de miembros, dijo en una entrevista el jueves que el sindicato estaba preparado para gastar cientos de millones de dólares en sindicalizar a Amazon” (New York Times, 01/04).
La iniciativa obrera sigue creando nuevos sindicatos a lo largo y ancho de EE. UU.