El Reloj marcó 50 años

Escribe Sergio Escalas

La vigencia pesada de la legendaria banda del Oeste.

Tiempo de lectura: 4 minutos

El pasado 9 de abril, en el Auditorio Belgrano de la CABA, El Reloj realizó un recital en celebración por sus 50 años como banda. En un recinto casi colmado en su capacidad con fanáticos de la primera época, admiradores recientes y jóvenes que empiezan a descubrir su música, la velada estuvo cargada de momentos especiales y emotivos. Entre ellos, la participación de cuatro ex miembros de la banda y un set acústico, con violín y viola y un repertorio que abarcó temas de todos los discos de estudio del grupo, incluyendo algunos que no fueron tocados en muchos años.

Orígenes

Apenas comenzada la década del ´70 y constituidos como banda en la Zona Oeste de la Provincia de Buenos Aires, El Reloj fue contemporáneo a bandas como Vox Dei, Billy Bond y La Pesada del Rock and Roll, Pescado Rabioso, La Máquina de Hacer Pájaros, Crucis y Plus. Luego de algunos cambios de músicos desde su génesis, el conjunto pasó a tener su formación definitiva y consagratoria: Eduardo Frezza, en bajo y voz, Willy Gardi en guitarra, Osvaldo Zabala en Guitarra, Juan “Locomotora” Espósito en batería y Luis Valenti, en teclados.

Comparado con todo lo que sonaba hecho en Argentina por aquel entonces, en este caso se trataba de una banda que, para la época, fue de un Hard Rock extremo y se fue volcando cada vez más a la inclusión de elementos progresivos y sinfónicos, debido a que el Rock ya no los contenía, en su constante búsqueda de nuevos horizontes creativos. En ese sentido, Espósito fue el primer baterista latinoamericano en tocar con doble bombo. Una referencia musical para identificarlos puede ser Deep Purple y, sin embargo, El Reloj supo desarrollar una identidad artística muy propia, al haber sido unos obreros del Rock, impulsando todo su trabajo de manera independiente y a través del boca en boca.

Dando sus primeros pasos, la banda se fue ensamblando de un modo tan potente, que sus ensayos (desarrollados en el patio trasero de una casa en Lomas del Mirador, ya que en ese tiempo no existían aún las salas de ensayo), eran una gran atracción para jóvenes como Ricardo Mollo, Ricardo Iorio y tantos otros músicos que marcaron historia en las destacadas páginas del Rock argentino. La influencia de El Reloj sobre tantas bandas importantes que los sucedieron, fue decisiva.

Sus discos

Algo característico que tuvo el grupo desde sus inicios, eran las presentaciones en vivo. No había con que darle, en sus recitales eran una aplanadora. En 1975, llegó su debut, con el álbum “El Reloj I”. A horas de editarlo, RCA Víctor, la compañía encargada de publicar su disco, les negó la posibilidad de que “La persistencia de la memoria”, de Dalí, fuera el arte de tapa. Fue Espósito, a contrarreloj, quien se encargó de realizar la ilustración que finalmente pasó a ser la tapa del primer disco, que resultó ser un éxito de ventas y reconocimiento.

En 1976 e incorporando a Juan Carlos Mira como tercer guitarrista, el conjunto se puso un objetivo muy claro. Ir a estudiar y profundizar mucho más en sus conocimientos sobre música, para avanzar en una propuesta ambiciosa y elaborada. Este objetivo se cumplió con su siguiente disco, “El Reloj II”, cuya tapa fue ilustrada por Horacio Fontova. La popularidad alcanzada por El Reloj había llegado hasta tal punto, que hicieron una serie de recitales en el Luna Park, todos a sala llena. Fue cuando la banda se preparaba para su primera gira por Brasil, que llegó la separación. Los motivos de ese desenlace, fueron el contexto de la Dictadura y, en segundo lugar, algunas diferencias artísticas entre los músicos.

En 1983, Willy Gardi decide reunir a El Reloj, completando la formación con músicos nuevos y graban el disco “La esencia es la misma”. Totalmente distinto a sus producciones anteriores, se trató de un disco influenciado por el Jazz Rock. Apenas publicado el disco, la banda se volvió a separar. Durante los ´80 Valenti pasó a tocar con Vox Dei y Espósito con Pappo. A finales de esa década, los dos últimos músicos mencionados reformaron a El Reloj, con una propuesta “a lo Van Halen”, contando con el "Tano" Marciello y "Beto" Ceriotti (futuros miembros de Almafuerte), entre sus filas. Esa formación se terminó separando por la hiperinflación que enfrentaba la clase obrera, en el país.

Fue en 1994 cuando se reunió la formación original de la banda y grabaron “Santos y verdugos”, ganando a nuevas generaciones de admiradores. Con tan solo 43 años, un año después fallece Willy Gardi, motor artístico y humano fundamental para la banda. Recién en 1999, tras decidirse a seguir adelante, el grupo lanza “Hombre de hoy”. Con Jorge “Vikingo” Martínez en voz, El Reloj viró su propuesta musical hacia un sonido mucho más duro y moderno, a la vez que sus letras pasaron a estar fuertemente marcadas por la crítica a la realidad social. “Mercado de almas”, del 2002, con Gustavo Cipriano en voz, fue una continuidad del disco previo y todas sus letras estuvieron empapadas por el contexto del Argentinazo.

Debido al inmerecido trato que la banda recibió en el aspecto comercial, volvieron a separarse. Nuevamente, la tragedia tocó las puertas del conjunto con el fallecimiento de Luis Valenti en 2004 y de Juan Espósito, en 2016.

El reloj no se detiene

Tal y como dice un verso del tema “Más fuerte que el hombre”, a fines del 2016, Eduardo Frezza y Osvaldo Zabala se reunieron y decidieron volver a darle cuerda a esta leyenda viva del Rock argentino. Actualmente, la formación de El Reloj se completa con Richard Arena en teclados, Alan Left en guitarra y Maxi Zabala en batería. Para deleite de todos sus seguidores se dio a conocer su nueva canción, “América Siente”, marcando que las agujas de el reloj, siguen girando al compás de su música.

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