Licencias y cuarentena en la salud

Escribe Maxi S.

Tiempo de lectura: 2 minutos

Las resoluciones adoptadas por los gobiernos nacional y de la Ciudad se caracterizan por su alcance limitado y contradictorio. Esto se pone especialmente de manifiesto en un área sensible, considerada esencial, como es el sistema de salud.

Swiss Medical, para tomar un ejemplo claro amparado en las resoluciones oficiales -en este caso, el decreto 207/20- se desentiende del pago de los días de licencia para los trabajadores que deben resolver el cuiidar a sus hijos menores. El pago del presentismo, que forma parte de la conformación de los salarios y en algunos casos son muy significativos, tampoco está contemplado en los decretos. El decreto del Gobierno de la Ciudad obliga a los trabajadores de la salud a tener que presentar informes de sus enfermedades crónicas y a pasar por un comité de evaluación de grupo de riesgo monopolizado por la burocracia de AMM, poniendo trabas a los trabajadores que deben pasar a cuarentena (art 7. Resolución 2020-622-GCABA-SSGRH). Las enfermedades que enumera el decreto, a su vez, no incluye todas aquellas que involucran problemas respiratorios.

Los héroes no son mártires

La activación de estas reglamentaciones ha anulado licencias y vacaciones programadas, por haber sido declaradas sus labores de carácter esencial. Sin embargo, a pesar de la esencialidad de sus funciones, el lunes 16, en la Legislatura de la Ciudad, los trabajadores de enfermería fueron silenciados en la Comisión de Salud, cuando se acercaron a comentar su situación y reclamar su incorporación a la carrera profesional. El gobierno los exalta como héroes, pero eso no se expresa en sus condiciones laborales. Asimismo, las autoridades de los hospitales se han lanzado contra los trabajadores intentando impedir licencias de su población de riesgo. Desde los departamentos de recursos humanos se bloquean, sin garantizar el pago de las mismas, y poniendo en riesgo de cesantía a los trabajadores.

En el Hospital Italiano, la patronal no reconoce la licencia a progenitores, en los casos en que ambos son personal esencial. En los centros de salud (Cesac), los problemas son los mismos: los trabajadores sin representación gremial se cubren entre ellos para cuidar a sus hijos en sus hogares.

Por otra parte, las autoridades plantean la contratación temporal y flexibilizados de personal jubilado, a pesar de que reviste como población de riesgo. Esta “solución” tiene el propósito de evitar reclamos para su posterior contratación a planta permanente. Pretenden evitar lo ocurrido frente a pandemia del H1N1, cuando la organización de los trabajadores logró posteriormente el pase a planta de todos los contratados temporales.

En Nación, y se prevé una resolución de CABA similar, han pospuesto los exámenes para las nuevas residencias y justifican así la prolongación del último año y jefaturas para no pasarlos a planta lo que significa un aumento salarial considerable. Cuando lo que esta crisis sanitaria ha puesto en evidencia, que es la falta de recursos y personal, el gobierno hace todo lo contrario. En el caso de los más de 1.500 concurrentes de la Ciudad, que trabajan ad honorem en los hospitales porteños, cuyos ingresos dependen de otros trabajos, las autoridades los hostigan y amenazan con cortar sus concurrencias.

El sistema de atención de urgencia 107, como así las empresas de emergencias médicas se encuentran colapsadas. Las empresas sobrecargan las jornadas de trabajo, sin ningún tipo de condición de salubridad, mientras niegan las licencias. Las medidas gubernamentales no resguardan la salud de los trabajadores, mientras subsidia a los centros privados y los exime de carga impositiva.

Suscribite al canal de WhatsApp de Política Obrera