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La pauta salarial que firmó la UTA con las patronales para los trabajadores del AMBA representa un 19,3% al básico y 4 cuotas no remunerativas que llevan el salario de un trabajador del transporte a $150 mil en agosto, cuando el costo de la canasta familiar para una familia en abril, incluido el pago de alquiler, promedia los 190 mil pesos. Sin contemplar los tarifazos en el gas y la luz que el gobierno ya autorizó, como parte del acuerdo con el FMI. Los analistas prevén una inflación superior al 80% para finales de 2022.
En términos reales el ingreso al básico corresponde, en un lapso de cinco meses a $29 mil pesos, con descuentos se convierte en $23.490 de bolsillo, al básico en el AMBA. UTA fijó además, cuatro cuotas de un bono "compensador" no remunerativo, de 26 mil a cobrar en abril, 6 mil en mayo, 6 mil a cobrar en junio y 10 mil del sueldo de julio a cobrar en agosto. La burocracia de UTA presenta como parte de la paritaria todos los bonos en negro, y anuncia a la tribuna un aumento del 50%. El relato de Fernández no corresponde a la realidad.
El acta que firmó Fernández con las cámaras empresariales para los trabajadores del AMBA es la misma que discuten para el interior con FATAP. Un detalle no menor, es que en el interior los trabajadores reciben un básico inferior al de un trabajador en el AMBA. El 11 de abril realizaron una primera reunión entre UTA-FATAP en la que no llegaron a un acuerdo principalmente porque las cámaras empresariales denunciaron que el gobierno no les paga el “Fondo Compensador” acordado, por lo que “es imposible discutir una nueva pauta salarial”. En la reunión del 21 los representantes de las provincias no asistieron y FATAP se negó a discutirlo. La paritaria entró en un impasse.
La UTA sale al rescate de las patronales que hacen de los subsidios del estado un negociado, como su fuera un reclamo propio. En Salta, por ejemplo, la dirección de UTA, convocó a un paro en 2021, para que el gobierno nacional aumente los subsidios a las empresas. Hoy guardan silencio frente a las extorsiones patronales y a las amenazas de mermar frecuencias nocturnas, lo que dejaría a centenares de trabajadores sin trabajo. Ahora Fernández ensaya un paro por 48 horas para el próximo 26 de abril, frente a la frustrada segunda audiencia paritaria. Un anuncio de paro dominguero para que el gobierno para que ponga los 46 millones de “fondo compensador" que reclaman las cámaras empresariales. La burocracia ensaya medidas para tratar de distender la creciente deliberación que se desarrolla entre las bases a nivel nacional. Esa deliberación puede convertirse en una tendencia combativa nacional para sacarse de encima al lastre de los burócratas de UTA.
En junio de 2020 UTA firmó un acuerdo con FATAP, en el que establece que los empresarios podrán abonar los aportes patronales sobre el 12% del sueldo de los trabajadores. El acuerdo respondió a un “estímulo a las empresas" en el marco de la pandemia. Luego de un año de circulación plena las patronales siguen embolsado el 88% de los aportes jubilatorios de cada trabajador. En el caso de Salta, un chofer con 15 años de antigüedad, significan para la patronal un 15 mil pesos por mes, durante dos años son 360 mil por trabajador, en una empresa con 500 choferes, el patrón confiscó más de 7 millones y medio de pesos. Un negocio a costas del vaciamiento jubilatorio.
El punto de partida es la defensa del salario igual al costo de la canasta familiar, incluido el costo de los alquileres – lo que hoy significa no menos de 190 mil pesos, es decir un incremento del 80% de inmediato al básico. La caída inmediata de la resolución 1288/20 y la recuperación de confiscación jubilatoria, jornadas de 6 horas sin afectar el salario, la apertura de los libros contables de las empresas para determinar dónde están los millones de pesos de subsidios.
Queda planteado el desarrollo de una lucha común que marca como perspectiva la defensa del valor de la fuerza de trabajo como prioridad el marco de la crisis. Si UTA no está a la cabeza de este reclamo, los trabajadores deberán imponerlo con asambleas y delegados de base con mandato.
Este reclamo encuentra como aliados a los miles de trabajadores del transporte en contraposición al rol que está jugando la burocracia y el conjunto del arco político burgués, en defensa de las Cámaras Empresarias.
Es necesario que este programa motorice una campaña en cada una de las líneas, en los talleres por asambleas y un plan de lucha que convoque a los trabajadores a coordinar sus esfuerzos para oponer a la miseria y al hambre una salida política de la clase obrera.