El paro bancario

Escribe Pablo Busch

Tiempo de lectura: 2 minutos

La Comisión Directiva de la Bancaria anunció un paro total de la actividad para el 28 de abril próximo “ante el nuevo fracaso de la negociación paritaria”. La huelga se realizará en todo el país. Las patronales bancarias, por su parte, acusan que el paro es “una decisión originada en las necesidades políticas del líder de la Asociación Bancaria, Sergio Palazzo”.

Una medida contra el salario

El reclamo del 60% que levanta Palazzo está en la línea de lo acordado por el Sindicato de Comercio, que viene de suscribir un 59,5%. Los banqueros han sido los grandes beneficiarios de la pandemia y acumulan ganancias extraordinarias, mientras que el salario inicial de los trabajadores bancarios no llega a cubrir la canasta familiar.

El argumento principal para el paro es que las patronales bancarias pronosticaron una inflación más alta que el aumento salarial que ofrecen. Sucedió lo mismo en las paritarias de 2020 y de 2021. Sí. La Bancaria decía entonces que no importaba firmar por debajo del pronóstico inflacionario porque después había revisión y emparejaban. Palazzo debe dudar de que el pronóstico de bancos y consultoras no se quede corto, reclama ese pronóstico y se reserva la posibilidad de ‘emparejar’ más tarde.

A pesar de que la mayoría de los empleados bancarios pagan Impuesto a las Ganancias, la Directiva de Palazzo ni siquiera incluyó su eliminación en las reivindicaciones del paro. El sindicalismo kirchnerista busca reposicionarse ante la crisis del gobierno. El reposicionamiento que busca el sindicalismo cristinista frente al del albertismo... llega a esto.

Destrucción del salario a pico y pala

Una discusión importante que saca a luz el paro bancario es cómo calcular los aumentos salariales de la paritaria. El comunicado de Palazzo explica que la oferta de las cámaras empresarias es insuficiente y dilata el acuerdo salarial. Como en paritarias anteriores, los bancos tienen un cálculo de inflación futura para determinar los intereses que les debería pagar del Banco Central, pero uno distinto para calcular la paritaria. Palazzo firmó siempre en los términos propuestos por los bancos.

Los directores de bancos respondieron que “siempre les garantizamos que van a estar por encima de la inflación y no van a perder poder adquisitivo, tal como ocurrió en los últimos tres años, pero no se puede aumentar en base a la inflación futura”.

Como se ve, las paritarias bancarias se discuten sobre la inflación pasada o la futura, siempre según la que sea más baja y conveniente para las patronales. El condimento explosivo de la actualidad es que la pasada está arriba del 55% y que la futura podría alcanzar el 100%. No hay paritaria, ni cláusula de revisión, ni nada que valga. Por otro lado, eso de que aumentar los salarios aumenta las expectativas inflacionarias es una mentira fenomenal: el aumento de los salarios no sube de por sí ningún precio, sino que reduce las ganancias de los capitalistas.

Hay dudas de que el paro anunciado se lleve a cabo. Existe la expectativa de que intervenga el Ministerio de Trabajo y dicte la conciliación obligatoria antes de concretar la medida. Existe un compromiso formal de la CGT en avenirse a las decisiones del Ministerio de Trabajo, como lo establecen, precisamente, los términos del acuerdo que firmó con las autoridades y las patronales para adelantar paritarias.

Planteamos un aumento salarial del 100% -para recuperar lo perdido entre el gobierno de Macri, la pandemia y el gobierno de los Fernández- y el fin del impuesto a las Ganancias a los trabajadores.

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