El paro de UTA en el interior

Escribe Iñaki Aldasoro

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Luego de cinco audiencias y dos conciliaciones obligatorias seguidas e infructuosas, finalmente UTA declaró un paro en el interior del país para transporte de media y larga distancia por tres días –martes, jueves y viernes. El miércoles se vuelve a circular con horario reducido para “no entorpecer el Censo”. La medida llega luego del acatamiento de sendas conciliaciones sin que las patronales hayan arrimado ninguna oferta concreta.

El reclamo salarial que levanta UTA es la equiparación salarial con los choferes de AMBA. Se sigue montando sobre el lobby empresarial por el aumento de subsidios al Interior. Nación confirmó la entrega de 46 mil millones de pesos del Fondo Compensador y el resto se debería completar con aportes de las provincias. A su vez, las provincias denuncian que el 85% de los subsidios nacionales quedan en AMBA.

Las patronales del transporte reclaman que si no reciben nuevos subsidios, deben subir el precio del boleto para cubrir la diferencia, aunque hoy el precio en el Interior es, en promedio, tres veces más caro que en el AMBA.

UTA, con el freno de mano puesto

Roberto Fernández, de UTA, tiró la pelota a los gobernadores, los “principales responsables del sistema de transporte en el interior del país”. Misma posición ha tomado la FATAP, que reclama que las provincias aporten subsidios por el monto equivalente al que ha fijado Nación (acta audiencia, 9/5).

La UTA vino dilatando la medida de fuerza, acatando todas las conciliaciones obligatorias –pero no así las patronales, que no se han privado de despedir trabajadores en SAETA, por ejemplo. En la audiencia de la semana pasada, FATAP ofreció un bono no remunerativo de 20 mil pesos en dos cuotas a cuenta de la paritaria, aclarando que si Nación no enviaba los fondos solo sería una cuota de 10 mil, con lo que la UTA terminó acordando.

Como ya discutimos desde estas páginas, es inviable una salida al problema del transporte en estos términos. Las patronales no rinden cuentas de sus ganancias ni cuánto invierten, cuando formalmente son una empresa privada. Viven recibiendo subsidios millonarios sin control, los gobiernos habilitan sistemáticamente aumentos del precio del boleto sin estudios de costos. Durante la pandemia se dispusieron una serie de medidas que aun hoy están vigentes y les generan ingresos extra (como el pago del mínimo de los aportes provisionales a sus obreros). Hace dos meses, las empresas del AMBA declararon un lock out patronal por nuevos subsidios al Estado.

La crisis del transporte no se puede analizar por fuera del escenario nacional: el acuerdo con el FMI y la política de reducción de subsidios, la quiebra de las finanzas públicas, la escalada inflacionaria y una puja entre diversas camarillas empresariales para mantener sus beneficios.

Los trabajadores llevan más de 115 días sin paritarias y sin viso de modificación de esta situación. La patronal ha adoptado una posición muy cómoda (seguida también por la UTA) de someter cualquier tipo de arreglo a los subsidios que deben entregar Nación y las provincias, por lo que probablemente el conflicto continúe después de esta jornada de paros. Los trabajadores tenemos que discutir como continuar la lucha después del paro, en este cuadro.

La crisis del sistema de transporte, y la lucha salarial de los choferes impone una gran deliberación entre los obreros, la elección de delegados en todas las líneas para discutir los reclamos de los trabajadores; para superar la maniobra pro-patronal de la burocracia sindical de atar la paritaria al beneficio empresarial con mayores subsidios.

Por la reorganización del sistema de transporte bajo control de los obreros y usuarios, aperturas de todos los libros de las empresas, para saber cuánto reciben, cuanto invierten y cuál es el costo real del sistema de transporte.

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