El acto de la UOCRA

Escribe Jacyn

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El acto organizado por la UOCRA en Esteban Echeverría, concebido como un acto de apoyo a Alberto Fernández, acabó escenificando la soledad interna del presidente en su propia coalición de gobierno.

Los kirchneristas hicieron una demostración de ausencia. Estuvieron representados por unas -pocas- figuras de segunda y tercera línea. De los cristinistas con cargos en el gabinete solamente se hizo presente el ministro de Justicia, Martín Soria, un recordatorio lo que más preocupa a la jefa de la facción K.

Tampoco asistieron los gobernadores, de los cuales solamente concurrió el sanjuanino Sergio Uñac. Días antes, el jefe de ministros Juan Manzur había arengado a todo el gabinete a asistir. Se aseguraba, además, que los mandatarios provinciales e intendentes estarían bien representados, lo que finalmente no ocurrió. A último momento, en cambio, se sumó Sergio Massa.

El faltazo generalizado era previsible, naturalmente, porque el acto había sido convocado para marcar la cancha en la interna oficial. Su principal animador, Gerardo Martínez, de la UOCRA, lo anticipó días antes, cuando proclamó su apoyo a Alberto Fernández y a Martín Guzmán nada menos que delante de 800 empresarios en un evento de la cámara de comercio norteamericana – la AmCham. Para complementarlo, la pata ´combativa´ del triunvirato que dirige la CGT Pablo Moyano declaró a su turno que “Guzmán es un tipo preparado, prometió que no iba a haber ajuste y hoy no veo un ajuste hacia los trabajadores” (Infogremiales, 18/5). Además de Martínez, anfitrión, y de Moyano, también estuvieron Héctor Daer, Emilio Pérsico y el “Chino” Navarro. Al gobierno de AF lo sostienen, de un lado, el Departamento de Estado; del otro, la CGT y los ´movimientos sociales´ oficialistas. La burocracia sindical y piquetera es la principal abanderada del acuerdo con el Fondo Monetario.

El acto se desarrolló en un predio ubicado en el distrito cuyo intendente, Fernando Gray, fue el adversario más notorio a que Máximo Kirchner se hiciera con la presidencia del PJ bonaerense, como finalmente ocurrió. Según Infogremiales (19/5), Máximo ni siquiera fue invitado por Martínez. Para completar, Martínez le entregó a Fernández una lapicera – CFK había dicho que “la lapicera la tiene el presidente”. Una buena porción del ´albertismo´ reclama un golpe definitivo contra los K.

Martínez y Moyano habían coqueteado con convocar a una manifestación “contra la inflación”. El aporte de la burocracia para ´bajar las expectativas inflacionarias´ está a la vista: se han apresurado a firmar aumentos anuales en cuotas, por detrás de la inflación, perpetuando lo perdido en los últimos años y escalas salariales que ubican al 90 % de los trabajadores en la línea de pobreza. Pero para no incomodar tampoco a los ´formadores de precios´, finalmente el leit motiv del acto fue celebrar la recuperación de la industria de la construcción. Martínez asegura que se crearon 200 mil nuevos puestos de trabajo desde 2018. En cualquier caso, las mismas estadísticas oficiales ponen de manifiesto la inconsistencia de la “reactivación”, basada, antes que nada, en una enorme desvalorización de salarios y activos. La inflación que Martínez y Moyano convocan a ´combatir´ es un instrumento de política económica, algo que no ignoran. La guerra se ha encargado de acentuar todos los desequilibrios con los que debe lidiar Guzmán, lo cual ha sido correspondido por los funcioarios del FMI con una actitud ´comprensiva´. El adelantamiento de las paritarias fue, precisamente, una maniobra para evitar una huelga por el salario en un cuadro de carestía cada vez más agudo.

La burocracia, por arriba, se ha unificado en torno al programa fondomonetarista. Por abajo, en cambio, la rebelión de los obreros del limón en el norte del país y de los metalúrgicos en el extremo sur; la masividad de la marcha federal del 12 de mayo y el recambio y las divisiones de la vieja burocracia a manos de otras facciones menos ´quemadas´, exhiben una fractura todavía más profunda que la del propio gobierno. Una política revolucionaria debe colaborar en separar la paja del trigo y preparar al activismo y la vanguardia para una intervenir en el desenlace de una crisis sistémica, en lugar de pedirle peras al olmo – o ´planes de lucha´ a los Martínez y los Moyano.

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