Altas por bajas en el movimiento piquetero

Escribe El Be

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Es claro que el movimiento piquetero se encuentra en un impasse. La Marcha Federal tuvo un impacto mucho menor al esperado por sus convocantes. En parte porque la movilización en CABA se realizó en acuerdo con el Gobierno porteño para que no se produzca una paralización de la ciudad. El horario de partida de las columnas más importantes fue pasadas las 17hs y las principales avenidas y carriles del metrobús no fueron obstaculizados. El acto en Plaza de Mayo, entrada la noche, pasó desapercibido para los medios de comunicación. El gobierno nacional repitió ese mismo día que los cupos de los planes sociales permanecerán cerrados.

Durante los últimos días, sin embargo, en los locales de una gran cantidad de organizaciones a lo largo y ancho del país se han estado realizando reuniones para repartir nuevos cupos de planes sociales. Esto se produjo en fuerzas que se encuentran integradas a la Unidad Piquetera y también en las que se encuentran integradas al gobierno. Ninguna organización ha manifestado públicamente que se haya derrotado la política de ajuste del gobierno con respecto a los planes o que el movimiento se ha alzado con una nueva conquista.

De lo que se trata es de un acuerdo alcanzado con el Ministerio de Desarrollo Social para aplicar las llamadas “altas por bajas” en planes sociales. Es un mecanismo que consiste en que el Estado habilita a las organizaciones a dar de baja planes sociales que cobran compañeros de esa organización para que la misma se lo entregue a otro compañero. Las bajas de los planes se aplican a quienes, por lo general, han dejado de participar de la organización o tienen una baja participación. Es una medida disciplinadora al interior de las organizaciones, en acuerdo con el Estado. En las organizaciones más “democráticas”, someten las altas por bajas a votación de la asamblea, lo cual entienden que los salva de cualquier acusación se punterismo.

Las altas por bajas le vienen como anillo al dedo al gobierno, porque es una vía para descomprimir parte del reclamo de las organizaciones piqueteras sin poner un solo peso. Está en sintonía, al menos por parte del oficialismo, con el objetivo de lograr 'gobernabilidad' hasta 2023.

Las altas por bajas son un instrumento de disciplinamiento. En las organizaciones más punteriles son utilizadas de manera personal y arbitraria. En las más “democráticas” no lo son menos, porque blande la amenaza de una baja del ingreso personal. Se trata de trabajadores y trabajadoras que se encuentran en un estado de completa precariedad laboral. No es, precisamente, un método para desarrollar la consciencia de clase.

Las razones por las cuales un trabajador o trabajadora que consiguió un plan se aleja de una organización piquetera son muchas y variadas. Puede ser porque ha conseguido un trabajo, porque ha comenzado a estudiar, porque la atención de la familia no le deja más tiempo, etc. También puede ser porque no ve una perspectiva y decide dar un paso al costado. Cualquiera sea el caso, es inadmisible desde un punto de vista clasista (deforma la consciencia del resto de la organización). La palabra “lucha”, que refiere a la acción unitaria de los trabajadores en defensa de sus intereses colectivos, se vacía de contenido. Mantiene un lenguaje obrero, pero resignificado en otro molde social.

Hace veinte años, el Partido Obrero publicó un artículo que abordaba el mismo problema: “En algunas organizaciones piqueteras, incluso en parte dentro del Polo Obrero, se ha instalado una consigna que no corresponde a una política revolucionaria: 'El que no lucha, no come'. Planteada así, la consigna despliega un carácter negativo; encierra a los explotados en su contradicción, no abre la vía superadora. La prohibición de comer para aquél que no acredite su presencia en los movimientos de lucha, en un país donde la hambruna es generalizada, mata a la revolución obrera en el nido. Nuestro planteo debe ser por la positiva: 'Para comer, para quebrar el hambre al que nos quieren condenar, tenemos que luchar'” (“El que lucha, come”, Christian Rath, 28/11/2002, PO 782).

Las altas por bajas son una cuña que introduce el Estado, a través de distintas organizaciones sociales, para quebrar la unidad de los trabajadores y debilitar su moral. Las enormes carencias y necesidades básicas insatisfechas que genera el régimen capitalista en las familias obreras deben ser enfrentadas mediante la solidaridad de clase.

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