3 de junio: unidad de las mujeres trabajadoras contra la violencia, el hambre y la guerra

Escribe Plenario de Trabajadoras (Tendencia)

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El 3 de junio es un día histórico para el movimiento de mujeres En ese día de 2015, miles de mujeres nos dirigimos a las plazas políticas del país a gritar ¡basta! Basta de muertas, de femicidio, de redes de trata y mujeres prostituidas, de terror en el hogar y de violaciones. Basta de las múltiples violencias que ejercen el Estado y las patronales, basta de niñas madres y de muertas por aborto. Y apuntamos al Estado, al régimen social, como responsable de la violencia contra la mujer.

El inmenso movimiento se extendió a Latinoamérica, a Europa y a Asia con un grito, Ni Una Menos, que hizo visible la violencia cotidiana que vive una de cada cuatro mujeres.

Este 3 J nos veremos nuevamente en las calles. El panorama es dramático: la violencia capitalista alcanza con la guerra su escalón más alto, cuando todavía sentimos el horror de los millones de muertos de la pandemia del Covid. El rescate de los Estados volvió más ricos a los más ricos y hundió en la miseria a los explotados.

Sin que esa pesadilla haya terminado, asistimos ahora a una guerra imperialista. A la secuela de destrucción y muertes, se suman 7,5 millones de refugiados, el 95% mujeres y niños. Unicef dice que en las fronteras operan activamente las redes de trata, aprovechando el desamparo para capturar mujeres y niños. La “crisis alimentaria” que asuela a gran parte del planeta es otra arma de guerra. En la Argentina, la familia obrera soporta también la fenomenal carestía de alimentos, agobiada por la desocupación o por salarios que no superan la línea de pobreza.

A siete años del Ni Una Menos, asistimos al completo fracaso de las llamadas “políticas públicas” en materia de género, a manos del mismo Estado que condena a la miseria social a los explotados. En el reino de la “perspectiva de género”, la violencia contra las mujeres se ha agudizado. Esa violencia es inherente al capitalismo, para imponernos la función social que nos reserva: la reproducción de la fuerza de trabajo.

En la Argentina, en 2021 se registraron 256 femicidios, a los que se deben sumar 182 intentos fracasados. Seis de cada diez víctimas fueron asesinadas en sus casas, la mayoría por sus parejas o ex parejas. Subleva la complicidad de las fuerzas de seguridad y de la justicia con golpeadores, abusadores y femicidas. Se multiplican los fallos que les garantizan la impunidad.

No hay ley Micaela que “eduque” a los fiscales y jueces que absolvieron a los violadores en grupo cuando son hijos del poder. No hay perspectiva de género que evite que las mujeres seamos el último orejón del tarro del mercado de trabajo. Hay una avanzada judicial, patrocinada por abogados del clero, para penalizar a las que denuncian abusos, propios o a sus hijos.

La violencia contra las mujeres traduce la violencia social general. No tiene solución en el marco de un régimen social agotado que intenta arrasar con nuestras conquistas y nuestras vidas. El avance contra el derecho al aborto en Estados Unidos, Polonia y la mayoría de los países ex soviéticos es una muestra de lo que nos depara su derrumbe.

En la Argentina, el gobierno con pretendida “perspectiva de género” de los Fernández arrasa derechos elementales para rescatar a los banqueros internacionales. Quita la leche del Plan Materno Infantil, cierra el acceso a los planes sociales, impone salarios miserables, asfixia a la educación y a la salud públicas, ajusta las tarifas del gas y la luz.

En el mundo, Biden y Putin agitan abiertamente la amenaza nuclear. La humanidad enfrenta el desafío de sobrevivir a un régimen moribundo. Aliadas a los trabajadores y a todos los sectores oprimidos, las mujeres debemos prepararnos para dar esa pelea estratégica.

Autoorganización de la mujer trabajadora en los barrios y lugares de trabajo, para combatir la violencia en todos los planos.

Consejo autónomo de las mujeres, con representantes electas de las organizaciones de lucha.

Igualdad de condiciones salariales y laborales.

Derecho a la maternidad. Cumplimiento del derecho al aborto. Sobreseimiento de Miranda Ruiz, médica procesada por cumplir la ILE en Salta.

Salario mínimo igual a la canasta familiar. Asistencia alimentaria incondicional para las familias de desocupados. Control obrero de los monopolios agroexportadores y alimentarios.

Abajo la guerra imperialista de la OTAN y del restauracionista Putin. Unidad de las mujeres trabajadoras del mundo, junto a toda la clase obrera, para derrotar al imperialismo y a los gobiernos de la guerra.

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