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El jueves 9 pasado, los obreros de la planta de Coca Cola en Salta iniciaron un paro con el ingreso del turno nocturno en rechazo al despido de tres compañeros. El propósito de la patronal era golpear el reclamo por el cumplimiento del último acuerdo paritario y reivindicaciones propias de la planta. Claramente buscaban quebrar la combativa organización obrera al interior de la fábrica. La respuesta obrera se dio rápidamente superando la inacción de la burocracia sindical de Sutiaga y Fataga.
Con el ingreso del turno noche, los obreros se aprestaron a parar la producción y cortar la avenida Paraguay, que colinda con las puertas de ingreso a la planta y une el centro de la ciudad con toda la zona sur capitalina. Sin embargo, ante la deliberación y bronca obrera, la patronal rápidamente buscó un acuerdo para reestablecer la producción y dio marcha atrás con los despidos.
El paro de los obreros de Coca Cola señala un camino para el movimiento obrero salteño, que en el último período ha venido sufriendo despidos de activistas gremiales en varias ramas, como la de UTA y mineros, o despidos encubiertos en azucareros o tabacaleros mediante la no convocatoria de trabajadores cíclicos. En casi todos los casos, las direcciones gremiales no han tomado iniciativa alguna contra los despidos y en el caso de UTA y Aoma -junto con los sellos gremiales con que las patronales mineras birlan el correcto encuadre de sus trabajadores- contaron con la venia de estas burocracias. El “derecho inalienable” a despedir por parte de las patronales, que la burocracia sindical invoca, ha quedado refutado por esta rápida y certera acción de los obreros de Coca Cola, quienes ahora siguen deliberando sobre cómo garantizar el conjunto de sus reivindicaciones y quebrar a una patronal que seguirá buscando nuevos medios y ocasiones para desarticular la organización obrera en la planta.
Si bien el paro de los obreros de Coca Cola no llegó a durar una hora y no tuvieron que realizar el piquete programado, los compañeros del Polo Obrero (T), anoticiados del conflicto en el marco de su agitación de su congreso provincial el próximo 20 de junio, ya habían preparado para dar su apoyo a la medida de fuerza. Una vanguardia del Polo (T) ha entendido claramente que su congreso es una instancia para deliberar, sacar conclusiones y tomar medidas que permitan generar las fuerzas necesarias para enfrentar todos los atropellos patronales, bajo la unidad de obreros ocupados y desocupados, con sus métodos de clase: los piquetes, la coordinación de sus luchas y la huelga general.
