Una rebelión de los técnicos del gremio telefónico

Escribe Agrupación Clasista Naranja Telefónica

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Como en todas las actividades económicas, el nuevo coronavirus ha causado un sacudón. Gran parte de las tareas se realizan de forma remota con teletrabajo, pero para muchas especialidades esto no es posible, y abrió una fuerte disputa. En la atención comercial, trabajadores y clientes estaban altísimamente expuestos al contagio por la gran afluencia en los centros de atención, con turistas recién llegados y gente que no cumplía la cuarentena. Solo horas antes del decreto de cuarentena obligatoria, Telefónica decretó la suspensión de atención al público, mientras en Telecom-Personal, del grupo Clarín, ya aparecían asambleas exigiendo el cierre, como en Caballito y Belgrano.

En los técnicos de planta externa es donde se desarrolló la crisis más fuerte, ya que trabajan dentro del domicilio del abonado. Varios compañeros, luego de realizar su trabajo, eran informados por el cliente que se encontraba en cuarentena por venir del exterior. Esto resultó en resoluciones de no entrar más en domicilios para proteger al trabajador, sus compañeros y familias.

Los sindicatos, que avalaron inicialmente y detrás de los hechos la medida, al día siguiente pegaron una voltereta y en el Ministerio de Trabajo junto a las empresas firmaron un protocolo de entrada en domicilio, que según el acta no era “materia opinable” por trabajadores y delegados y su no cumplimiento conllevaba “responsabilidades gremiales y penales”.

Este protocolo indicaba que los clientes debían realizar una declaración jurada de no estar contagiados ni en cuarentena para que el técnico pudiera entrar. Lo cual es ridículo, porque el cliente puede no saber que está infectado, mentir o estar asintomático e igualmente contagiar. Inversamente, un técnico infectado y asintomático puede contagiar los varios clientes y familias que visita por día. Un disparate por donde se lo mire, y una afrenta firmada el mismo día del telefónico -el 18 de marzo.

En la siguiente toma de servicio la respuesta fue un masivo rechazo de la base técnica al protocolo, manteniendo la negativa a entrar en domicilios. Con otra voltereta, las direcciones sindicales salieron del paso mediante resoluciones de la Superintendencia de Riesgos de Trabajo (SRT) y el Enacom, que avalaron el no ingreso a domicilio. Una victoria para celebrar su día, y un cimbronazo que llegó a las direcciones y precipitó un comunicado diferente de Foetra Buenos Aires y Chaco, al de Fattel (Federación de Trabajadores de las Telecomunicaciones).

Planteamos:

Establecimiento de guardias mínimas en plantel exterior, que son suficientes para garantizar el servicio esencial. El kit provisto por las empresas debe incluir barbijo.

Ningún despido, suspensión o descuento para los tercerizados que hagan uso de las licencias decretadas y se nieguen a entrar en domicilios. Pase a planta.

Defendemos el derecho a la organización, asamblea y no trabajar si la patronal no garantiza condiciones adecuadas, o sea, del derecho a huelga para proteger trabajadores y clientes.

Que se realicen test masivos a nivel nacional para controlar la epidemia, y se financie el sistema de salud con el No pago de la deuda externa. La salud no puede ser un negocio.

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