PTS, hablemos de Grabois y el frente popular

Escribe Néstor Rivas (Jacyn)

Pistonesi, seguí participando.

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El PTS ha respondido a nuestra denuncia del acercamiento del FITU al frente popular con una nueva evasiva, o más precisamente una estafa. Para eso encargó el trabajo a quien tiene oficio en la materia calumnias y estafas – Guillermo Pistonesi. En lugar de discutir el contubernio sin principios que viene cultivando con un cuadro político del Estado y notorio emisario del Vaticano como Juan Grabois, pretende discutir sobre una supuesta participación del PO en “las manifestaciones de salutación al Papa en 1982 a días de la rendición en Malvinas”. Las ´salutaciones´ que conocemos fueron las del PST de aquella época a la ocupación de Malvinas por Galtieri, o sea al izamiento de la bandera argentina que dicen repudiar, en Puerto Stanley, y a la masacre de Alfonsín, los carapintadas y el ejército (celeste y blanco) de los ocupantes del cuartel de la Tablada en enero de 1989, cuando el PTS prefirió, antes que nada, “establecer la necesaria delimitación de una toma de cuartel totalmente descolgada y aventurera” (La Verdad Obrera, 13/2/14) [1]. Si a alguien le interesa el archivo, está disponible. Aprovechamos para saludar nuevamente la contribución a ese acervo que el CEIP/PTS ha puesto en marcha con la digitalización del primer año de Prensa Obrera.

Pistonesi le quiere esquivar el bulto al acuerdo con un funcionario de Estado, encima clerical, que está buscando un empalme de los trabajadores de la economía popular con Grobocopatel – quien encabeza la lista de candidatos a ser expropiados que el PTS intenta que apruebe el Congreso. El PTS, como señalamos en nuestro artículo, fue pionero en la aproximación política a éste, no Belliboni. Se han encargado de exhibirlo profusamente en La Izquierda Diario en cuanta oportunidad se ha presentado. En este menester el PTS ha ganado la iniciativa al aparato del PO, lo que demuestra, de paso, que el aparato del PO expulsó a 1.200 militantes para poder ir atrás del PTS.

El PTS viene llamando sistemáticamente a Grabois -a Baradel y hasta a Máximo Kirchner- a hacer causa común ´contra el FMI´. El PO oficial inició su acercamiento más recientemente. Pretende hacer causa común con el dirigente cayetano -un cruzado del anti-trotskismo- sobre la base de un salario asistencial de 15 mil o 20 mil pesos. Se busca darle a este ´salario´ un carácter nada menos que “universal”, o sea parte estructural de un nuevo piso de subsistencia para el valor de la fuerza de trabajo. Le piden a Grabois que rompa con el gobierno, que es lo que hizo Guzmán el otro día, y otros y otras antes de él. Desnaturalizan, con alevosía, el planteo que la III y la IV Internacionales dirigía a las organizaciones obreras burocráticas, de que ROMPAN CON LA BURGUESÍA, para encarar en común una lucha contra las patronales y el Estado. Para el caso que estamos tratando, sería que Grabois rompa con el gobierno y el estado y participe de una huelga general contra el gobierno del FMI, por las reivindicaciones de los trabajadores – fundamentalmente: salario mínimo igual al costo de la canasta familiar; aumento general de salarios y jubilaciones del ciento por ciento; el reparto de las horas de trabajo entre toda la población trabajadora.

La consigna del FIT-U es ´combatir el hambre´, pero despojada de planteos políticos. Ha abandonado las reivindicaciones inmediatas históricas, carece de reivindicaciones transitorias y apunta los cañones a las elecciones de 2023. La proclamación de candidatos por parte del PTS, con una anticipación mayor al año, en medio de un rodrigazo, pone en evidencia el propósito de armar un frente popular con el peronismo en los márgenes. En definitiva, el FIT-U adhiere a lo que el PO oficial llama “movimiento popular con banderas socialistas”. Se trata de un contrasentido porque las clases que forman un movimiento o bloque pluriclasista son ajenas al poder obrero y subsumen a sus intereses de clase a los obreros que participan de semejante ´movimiento´. Este planteo es, para horror del PTS, de cuño gramsciano, donde la palabra “bandera” sustituye a la mote gramsciano de “hegemonía”, entendida en términos culturales.

Por otra parte, Grabois, que dice querer sacar trabajadores de la indigencia para engrosar la franja de pobreza, acaba de adherir a la perspectiva del “estallido”, que sólo puede llevar a los trabajadores a una derrota. En su defensa hay que decir que, de parte del FIT-U, no recibe otra alternativa política que correr atrás de la crisis, con reivindicaciones circunstanciales. Ahora, el PO oficial ha llenado de afiches las paredes con la consigna de “paro nacional y plan de lucha”, que no menciona a la CGT pero va dirigida a ella. Un paro aislado, además sin un planteo de poder, sería una acción de desgaste de la clase obrera, y una oportunidad para acompañar al oficialismo. Es necesario un Congreso Obrero, porque sería la concentración de poder de la clase obrera. Es necesario un plan de lucha de los luchadores y el activismo en esa dirección. El PO oficial y el PTS coincidieron recientemente en la ´asamblea´ que Grabois montó en el hall de Constitución. Cada partido, previsiblemente, se sumó con sus ´críticas´ al Salario Básico Universal que propone el MTE -el PO reclamando la universalización, no de ese salario sino de los planes; el PTS, el reparto de las horas de trabajo como propuesta legislativa, como ocurre con el proyecto de las seis horas.

Los frentes populares raramente incorporan a la burguesía en un frente con la clase obrera – esto ocurre con los lugartenientes del capital, sean sociales, ´izquierdistas´ y hasta militares nacionalistas. El MTE es una corriente interna del gobierno kirchnerista. Grabois se ha encargado de persuadir a la Vicepresidenta de que el Salario Básico Universal no sólo es compatible con el acuerdo con el FMI, sino que incluso lo haría viable. Léase:

“¿Cuál fue la idea que le transmitió a la vicepresidenta? ´El salario básico universal sería un piso de ingresos que bajaría sin intermediación. Se puede ir financiando con la quita de subsidios a las tarifas, que debería ser más pronunciada´, dijo una persona que conoce de cerca a Grabois. Y agregó: ´Cristina siempre fue reticente a subir las tarifas porque cree que enfría la economía. Pero si reorientas esos fondos a los sectores de abajo, eso termina todo en consumo´” (La Nación, 20/7).

El PTS insiste en atribuirle a Altamira la autoría intelectual del “movimiento popular bajo banderas socialistas” por una frase de un texto sin firma publicado en una tapa de Prensa Obrera de noviembre de 2013, luego de que el Partido Obrero derrotara al PJ y a todos los partidos capitalistas en las elecciones salteñas. Ignora la violenta polémica contra el morenismo, en su momento, y con el aparato oficial, a lo largo de 2016, en el que sostuvo que no cabe calificar de socialista una revolución que no esté dirigida por el proletariado, ni establezca el poder obrero, por más radical que sea esa revolución. El ´trabajo de archivo´ para encontrar una frase descontextualizada hace casi diez años, no prueba que el planteo policlasista -con etiqueta socialista del FIT-U- no equivalga a un frente popular. Lenin advirtió en el IV Congreso de la Internacional Comunista contra las direcciones nacionalistas que se encubren con la palabra socialismo para adulterar el planteo marxista. Hemos tenido, en el último siglo, por todos lados socialismos nacionales, patrias socialistas y socialismos del siglo XXI – banderas ´socialistas´ de direcciones pequeño burguesas nacionalistas.

Para concluir, reiteramos: en las discusiones preparatorias de las movilizaciones contra el FMI, el FITU rechazó la consigna gobierno de trabajadores. Es su lugar, impuso: “un plan político, económico y social obrero y popular dirigido por las y los trabajadores. En lucha por un gobierno de las y los trabajadores que rompa con el imperialismo y enfrente al capitalismo” (sic).

En el año 2011, cuando se formó el FIT, la lucha de clases dominaba la propaganda del frente. Ahora, Myriam Bregman ofrece ´propuestas´. Hace once años el gobierno enfrentaba la situación política con confianza – ahora lo hace en un estado de desintegración histórica y social.

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