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Desde hace años el intendente Grindetti se burla de los reclamos salariales y de las necesidades de la mayoría de los 6.000 trabajadores del municipio, entre ellos, los docentes de distintas disciplinas a los que contrata en forma precaria, desvirtuando la relación laboral para consignarlos como contratados de por vida.
Grindetti aumenta centavos a los sueldos municipales y él resolvió el aumento de sueldos por decreto, sin convocar a paritarias ni acatando la conciliación obligatoria.
Frente al ensimismamiento del Intendente, el SMLa no avala los paros. No obstante, el 29 de julio representaciones de distintos gremios de la provincia marcharon al Palacio Municipal para denunciar los derechos amputados por Néstor Grindetti y su régimen, que avanza sobre derechos adquiridos y la conciliación obligatoria, que garantiza que no se modifican cifras ni se pueden aplicar descuentos por las medidas de fuerza realizadas. Esas reservas y disposiciones legales a Grindetti no le importan, por lo tanto, es el principal agitador social que calienta la lucha de clases, levanta y empuja a los trabajadores a ir a nuevas medidas de acción directa al descontarles los días de huelga. El STML de Pedhelez anunció el 7 de junio un paro total de actividades, sin concurrencia a los lugares de trabajo; la medida fue aprobada por unanimidad en asamblea y fue el inicio del plan de lucha por mejoras salariales.
La medida de fuerza se decidió tras el repudio obrero generalizado que desató el despropósito salarial del aumento del 11% decidido por Grindetti. El STML de Pedhelez entendió que el horno no estaba para bollos y repudió la cifra ridícula que ni rozaba el 65% exigido. A pesar de los desmanejos, cuentos y actualizaciones por decretos con “bonos y bonificaciones”, el salario está atrasado y muy por debajo de las necesidades obreras mínimas. Pedhelez reclamó el 60% de incremento en los salarios.
Este primer descuento, de entre $5.000 y $12.000, es la punta del ovillo y ya aseguran que habría otros descuentos por el paro de dos jornadas para el mes que viene, que corresponderían al paro de junio, aquel que originó la conciliación obligatoria y que obligaba al sindicato a no realizar medidas de fuerza, pero también al municipio a no tomar represalias (cosa que no respetó) y a negociar con el Ministerio de Trabajo, lo que también ignoró.
Grindetti, como siempre, responsabiliza a los trabajadores por los paros señalando que los vecinos son quienes están de “rehenes” de los huelguistas. Esta idea sirve para justificar todo tipo de atropellos, sobre todo en el manejo discrecional del dinero de los contribuyentes que se destina, en su mayor parte, a sostener a un grupo de funcionarios con salarios millonarios. La política de Grindetti es apabullar a los trabajadores para que no protesten y, si es necesario, incluso despedirlos.
El 15 de julio los trabajadores decidieron no salir a hacer las tareas de bacheo y el STML anunció un paro de actividades para el lunes 18 y martes 19 de julio.
El 29 de julio los trabajadores ingresaron a la Municipalidad doblegando a la resistencia policial, que negaba la entrada a los trabajadores y dirigentes de ATE Lanús y de otros municipios del sur del GBA, quienes venían a gestionar una entrevista con el ejecutivo comunal y entregar un petitorio para rever el salario. Esta movida vino precedida de la agitación en varias dependencias municipales de Lanús, donde se quemaron gomas en las calles frente al Jardín de Infantes en Alcorta, en el Playón de Camiones de 25 de Mayo y en el vivero del Parque Eva Perón de Lanús Este. También se hicieron evidentes las protestas en diversas Unidades Sanitarias y en el Corralón de Madariaga. Esto da una idea de la temperatura que ha adquirido la lucha por el salario y las condiciones de trabajo en Lanús.
El STML denuncia que en 2021 hubo un superávit de 1.000 millones y que la planta de personal permanente y transitoria fue reducida de 6.747 a 5.866, casi 900 empleados menos, en tanto se crearon “más de 100 nuevos cargos jerárquicos” y se abonaron compensaciones por “movilidad, por prolongación de jornada, por función y bonificación y por disponibilidad permanente”; estas dos últimas implican pagos de hasta el 100 y 50% extra de los salarios destinados a “funcionarios, concejales y cargos políticos” (www.Inforegion, 3/6). También destaca la denuncia sindical de que la camarilla instalada en el municipio ha creado una “bonificación especial para la categoría 13”, destinada a incrementar las bases de cálculo para los sueldos del intendente y los concejales. Estamos frente a una organización “en las sombras”, donde participan funcionarios jerárquicos y concejales que aplastan a los trabajadores con salarios de miseria, mientras constituyen una superestructura de beneficiarios que legislan y gobiernan aprovechándose de su presencia al mando de la intendencia y de los bloques del Concejo Deliberante. La lucha de los trabajadores por su salario ha puesto en evidencia el manejo despótico de la caja de recursos de Lanús, en provecho de los punteros y destinada a expropiar parte del salario de la planta de trabajadores en beneficio de una banda.
Los sindicatos denunciaron que “el grueso del trabajo” municipal es sostenido por monotributistas precarizados, que no son registrados como empleados, porque son considerados locaciones de servicios y cooperativistas financiados por los gobiernos nacional y provincial, que en muchos casos reciben la vergonzosa suma de $20.000 al mes.
Una trabajadora municipal declaró a Telam: “Comenzamos esta lucha con el Ejecutivo hace 2 años cuando el intendente Grindetti despidió, en plena pandemia, a varios compañeros, mientras acrecentaba la planta política con nuevos funcionarios". La compañera denunció que al reclamo de reincorporación se sumó la mejora salarial, dado que “la brecha entre un funcionario y un trabajador municipal es muy grande” y detalló que los sueldos rondan entre los $20.000 y $30.000.
Un dirigente de ATE Lanús señaló: “Le venimos a decir que nos devuelva los descuentos de compañeros que hoy ya no tienen para comer y nos reprime con la policía”.
Salario igual al costo de la canasta familiar. Que se abran los libros: investigación a cargo de los trabajadores y vecinos con la colaboración de profesionales. Pase a planta permanente de todos los cooperativistas y precarizados.
Viva la lucha de los municipales.